Capitulo 11

1.3K 81 2
                                    

-¿Llevarme al infierno?, ¿Eres idiota o me estas tomando el pelo?.-Él nos miró sorprendido ¡Pero claro! Es el hijo de un Alpha, ni su madre se atreve a gritarle.-¡El infierno es cualquier lugar si no estas conmigo, idiota!

-¡No tienes ningún derecho para hablarme así! .- Dijo apunto de soltar chispas por lo furioso que se encontraba.

-¡Tengo todo el derecho del mundo para tratarte como se me dé la regalada gana! ¡Soy tu estúpida mate! .-Contestó Mireia levantándose del suelo con dificultad.

-Te daré una oportunidad, solo acepta el rechazo y olvidaré tu falta de respeto hacia mi.-Dijo Jace cruzándose de brazos con una mirada altanera.

-¡Metete esa oportunidad donde mejor te quepa! ¡ Seré yo la que te dé una oportunidad! .-Dijo apoyándose contra un árbol para no caer.- Retráctate ahora mismo y te juro por la diosa que olvidaré esta humillación.- Se mantuvo en silencio unos segundos.

-Lamento si te he ofendido, pero mi decisión no cambiará. Estarás mejor sin mi créeme. A mi lado tendrías una vida tortuosa, te estoy ahorrando mucho dolor.

-¡Puedes engañar al mundo entero si te da la gana! Pero a mi no, hay más. No es por hacerme un bien. Sé lo suficientemente macho para decirme a la cara por qué me rechazas sin siquiera conocerme.- Le corte Mireia enojada.

-¡Tienes razón! No te rechazo solo por protegerte de mi. También lo hago porque no creo que vayas a ser una Luna para mi manada. Tampoco una buena madre para mis cachorros y menos una esposa decente. No eres suficiente para un futuro gran Alpha como yo.

Si su primer rechazo fue fuerte este fue mil veces peor, volví a caer de rodillas al suelo. Sus crueles palabras fueron suficientes para hacer que Mireia se desmayara de dolor.

-¿En qué te basas para pensar eso de mi? No me conoces ni un poco. No tienes derecho de rechazarme por razones tan absurdas. - Dije retorciéndome de la rabia y la indignación. Saqué fuerzas de donde no las tengo para ponerme de pie, con la cabeza en alto.-¡Tú no sabes nada! .- escupí con algo parecido al odio.

-El hecho de que no aceptaras mi rechazo con dignidad ya me dice mucho de ti y tu irritante loba.- Dijo él apartándose un poco.-Haznos un favor a ambos. Acepta el maldito rechazo y vuelve a tu habitación ¡Ah! Y también hazme el favor de llorar en silencio, no quiero que perturbes mis sueños con torpes sollozos.

-¿No aceptar el rechazo con dignidad? ¿Se supone que debo doblegarme y obedecer todo lo que digas sin rechistar? Me parecería mil veces más humillante aceptar un rechazo por razones tan patéticas. Y no me digas... ¿Llorar por ti? ¡JA! No me hagas reír, ¿Quién te crees? .- Pregunté con sarcasmo, él me miró anonadado. Aún destrozada estaba con toda la elegancia posible y el rostro en alto.- Lo de aceptar tu rechazo... Bueno, eso tendré que pensarlo un poco, ya que estas tan emocionado por que lo haga.

-¿De qué hablas?.- preguntó confundido.-¿Porque los diablos no lo aceptas de una maldita vez? .-pregunto jalando su cabello con exasperación.

-Tengo mis razones. Ahora pasemos a algo de importancia. Como sabrás soy hija del actual beta de esta manada.- Hizo ademanes de hablar pero lo corte.- Por tanto te recuerdo que tienes que asignar a alguien que me enseñe como funciona la manada. He estado lejos demasiado tiempo y la verdad no recuerdo mucho. Por otro lado, tienes que darme los últimos informes sobre lo que se sabe de los que atacaron la manada.

-¿Tú cómo sabes eso? Se supone que no habías estado aquí en 11 años.- Dijo confundido por el radical cambio de tema.

-¡Ah! Eso es muy fácil de explicar. Mientras tu estabas muy cómodo y calentito en el fuerte. Cada vez que atacan, yo estoy aquí presente luchando y dando la cara por mi manada.-Dije dirigiéndole una no muy agradable mirada, sacando todo el dolor en cada una de las letras de mis palabras.

-Como sea. Eso no importa.- dijo el refunfuñando.- Por otro lado ¿Quién te crees para darme órdenes? Yo soy tu Alpha y tú debes respetar.- Le corte.

-No. Tú no eres mi Alpha. Tu padre lo es ¿Okey? y ¿Sabes algo? El respeto no es algo que debas exigir a las patadas.-Escupí con desprecio por su actitud tan arrogante. - Esta conversación ya me aburrió. Adiós.-Dije mientras daba pequeños y torpes pasos hacia lo que supongo, es la salida del bosque.

-¡Te ordeno que pares! -Dijo con un tono de Alpha que me hizo reír. Seguí caminando como si no hubiera dicho nada.-¡No te burles de mi! ¡Detente en este mismo instante!

Ahora que lo pienso. No he sentido el dolor que describen en los libros de historia. Cuando tu mate te rechaza se supone que una parte de ti muere, pero yo solo me siento cansada, el dolor de hace rato ha cesado por completo, no me duele el pecho ni el corazón, tal vez un poco la cabeza. Pero es algo leve.

Me mantuve tan concentrada en mis pensamientos que no me había dado cuenta de 2 cosas. La primera Jace me ha estado gritando histéricamente que pare todo este tiempo. La segunda es que ya había avanzado lo suficiente en el bosque como para poder ver la manada.

Detente en este momento! .-Rugió Jace con su tono de Alpha, rojo de la furia. Seguí caminando como si no lo escuchase. Si fuera un lobo normal el tono en el que me está hablando haría que lo obedeciera involuntariamente, pero hay 3 razones principalmente que lo impiden. 1 Tengo sangre de beta, nadie nos da órdenes, ni siquiera un Alpha, a menos que le juremos lealtad. 2 Soy su mate, y aunque a él no le guste, me hace inmune a ese tipo de tonterías. 3 Soy mitad bruja, a la mitad de mi le da completamente igual el tono irritante de Jace. -¡He dicho que te detengas! .- Dijo antes de jalar con demasiada fuerza mi brazo. Sentí que lo sacó de su sitio.

-¡Ahg!.- grité por el dolor, al ser mi mate cualquier golpe que me dé se siente como si triturasen tus huesos, Aparte de que me ha sacado el brazo de su lugar. -¡Animal!.- le grité tratando de poner mi brazo otra vez en su lugar.

¡Maldición! ¡Esto si que duele!

-¡Lo Lamento! No quise.- dijo el aparentemente arrepentido.-Déjame.- intento tocar mi brazo pero me alejé de él.

-Ni se te ocurra ponerme un dedo encima ¡Lárgate! .- Le dije mientras me sentaba en un tronco que estaba tirado en el mohoso suelo y me acomodaba el brazo. Él agachó la cabeza y se dio vuelta para irse, o eso pensé.

-No es mi culpa que seas tan débil. De un solo golpe ya te deje llorando.-dijo él despectivamente dándome la espalda.-Al parecer tampoco serás una buena beta.

-Al parecer tu no serás un buen Alpha, y siempre serás un idiota. Es una verdadera lastima que esta manada la dirija un incompetente.- Me levanté del tronco ya casi sin ninguna dificultad.

-Te ordeno que.-empezó él con tono de Alpha, irritada de que usara ese tono conmigo le grité.

-¡Te ordeno que dejes de hablar y te largues a la manada!.- Eso casi igual a... sonó como un tono de ¿Alpha?.

-Como usted ordene.- Dijo Jace entrecortadamente y rojo de furia, parece un tomate.

Dijo para tomar el camino a la manada, dejándome completamente sola.

¿Le acabo de dar órdenes a un hijo de Alpha? ¿Y él me obedeció?

¿Qué carajos pasa aquí?

Supongo que es algo parecido a lo que mamá hace con papá. Le ordena algo y él nunca se puede negar. ¿Tendrá que ver con que soy su mate?

Confundida empecé a recorrer el tramo que me faltaba para llegar a la manada. Ya no me siento cansada, es como si no hubiese pasado nada pero no puedo transformarme, Mireia sigue inconsciente. Ya ha pasado bastante tiempo...

Loba perezosa.

RECHAZADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora