Capitulo 27

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Lo besé, no sabía si en algún momento llegaría a arrepentirme de esta decisión, pero por ahora lo único que quiero es intentar olvidar lo malo que ha pasado y ser feliz a su lado. Al menos por esta noche. Me correspondió el beso con ternura, acariciando mi espalda pero sin llegar a sobrepasarse ni intentar llegar a algo más.

-Deberíamos irnos de una vez. - Dijo cuando nos separamos. Si no estuviera muerto podría jugar que se ha sonrojado. - Debemos ir a la playa.- Le miré curiosa.

- ¿A la playa? ¿Cuál playa? - Amo las playas y por lo mismo he visitado muchas. Podría ser cualquiera.

-A la última donde fuimos juntos.- Me miró tiernamente.- Lamento tener que usarte para transportarnos pero sería muy aburrido si fuera de otra manera.

- No hay problema. - En realidad esto no me molestaba en lo más mínimo, y su manera de actuar tan caballerosa era tan abrumadora que no podría negarle algo tan simple y que me cuesta tan poco en realidad. Tome sus manos y pensé en esa cálida playa, con arena tan fina que parecía que caminaba en las nubes y con agua tan clara que cualquiera pensaría que estaba en un paraíso. Y así era. Lo que me encontré cuando abrí los ojos era en definitiva un mini paraíso en otro de mis sitios favoritos. Había una manta en la arena, antorchas preciosas rodeando el pequeño lugar, muchas almohadas de diferentes formas y comida. Fruta, en su mayoría fresas y algún que otro postre. Y todos se ven deliciosos. Antonio me guio hasta la cama improvisada que había en mitad de una de las playas más hermosas del mundo. La luna brillaba más no poder, y el océano estaba totalmente sereno.

- ¿Cómo es que lograste organizar todo esto en tan poco? - Me senté en las cómodas almohadas. - Y ¿Cómo puedes hacer que todo sea tan perfecto? - Me miró orgulloso.

-Un gran mago jamás revela sus secretos. Y no es que todo sea perfecto, solo es que lo hice todo pensando y recordando cada cosa que alguna vez me mencionaste que querías en una cita.

-Nunca he mencionado algo parecido a nada de esto. De hecho creo que nada relacionado con citas o algo por el estilo. - Lo miré confundida.

- Si lo has hecho. - Levanté una ceja. - Por ejemplo el edificio, escogí ese lugar porque cuando lo viste por primera vez comentaste lo romántico que sería una cita en la azotea de este. - Estaba impresionada. Efectivamente había dicho eso, pero hace mucho tiempo y solo a Tomas, él no debió haber escuchado, lo dije en un tono discreto para que papá no me escuchara.

- Amas las playas con locura, y se que tenias mucho tiempo sin venir a una. Tenía razón. - Todo lo pensé tratando de atinar a lo que creo que es tu idea de cita perfecta. Dime... ¿Lo conseguí?

-Hubiera quedado satisfecha con unos perros calientes en un buen restaurante - Rio. - Has superado cualquier expectativa que podía tener, esto es más que maravilloso, es... Perfecto en todos los sentidos.

-Eso es justo lo que esperaba escuchar. - Se acostó en las almohadas y me ofreció fresas, las tomé gustosas.

- Es impresionante la cantidad de comida que puedes consumir.

-¡Hey! No pude comer bien con esa conversación que tuvimos. Le dije divertida. Me recosté a su lado. - Pero me ha dado mucho que pensar.

-Espero no haberte molestado mucho con mi discurso tan intenso. - Comentó divertido, pero apenado al mismo tiempo.

-No lo hiciste... Pero tengo una duda. - Me miró intrigado. - ¿Qué pasará cuando encuentres a tu mate? - Soltó una carcajada.

- No debes preocuparte por eso. - Dijo tratando de controlar la risa. Yo por mi parte no entiendo que es lo gracioso... Tal vez ¿ha decidido rechazarla? No podría vivir con la conciencia tranquila si algo así pasara. - Solo los vampiros puros pueden aspirar a un mate. - Lo miré doblemente confundida ¿Puros? Vio que no entendía así que se dispuso a explicarme.- Básicamente son vampiros que nacieron vampiros. Yo nací humano, y por esto no tengo derecho a un mate según él Dios, se supone que en tiempos antiguos era algo sumamente común encontrar vampiros puros... Ahora no lo es tanto, aún hay algunos, pero muchos más somos transformados. - Las reglas del mundo vampiro son muy distintas a las de nosotros, su modo de ver las cosas más simples también. Tal vez por eso nuestras especies no se llevan muy bien... - Yo debería hacerte esa pregunta. - Dijo un poco más serio. - ¿Qué harás cuando encuentres a tu mate?. - lo miré molesta.

-Creo que es obvio que es un poco tarde para preguntar eso, mi mate me rechazo ¿Qué más quieres que te diga?

-No hablo de tu mate lobo. - Dijo con fastidio. - Habló del de tu parte de bruja.

Lo mire sorprendida. Las especies de seres fantásticos no suelen mezclarse entre sí, por eso ni ellos suelen saber nuestras costumbres ni nosotros las de ellos. Pero si los vampiros son reservados las brujas y brujos lo son aún más. Hasta donde tenía entendido no tenían mate, y supongo que mamá tampoco sabía pues nunca me dijo nada al respecto.

-¿Existe algo así? - Le pregunté para qué cayera en cuenta de que no sabía casi nada sobre brujas. El se dispuso a explicarme.

-Hace no mucho me encontré a una bruja moribunda en mitad de la nada, ella solo decía el nombre de su amado, una y otra vez. Esa mujer me recordó... Me recordó a mi "madre" y decidí ayudarla, una vez lo hice como agradecimiento me contó gran parte de su vida... Pero no entraré en detalles de eso en este momento, como no tenía ni idea de que los brujos podían tener mates le pregunté al respecto y me lo explicó todo. Pero pensé que tu al ser mitad bruja lo sabrías. - me miró divertido. - Se supone que no son exactamente un mate como tal, sino más bien según me explicó. Los brujos hace mucho tiempo no eran como los conocemos hoy en día sino más bien eran algo parecido a los hermafroditas, habitan dos almas en un solo cuerpo. El Dios de los vampiros les puso una maldición por haber matado a su heredero. Los separó, algunos eran hombre y mujer y otros del mismo sexo, pero a todos ellos y a sus descendientes los condenó a buscar a su otra mitad para poder vivir en paz con ellos. Lo curioso es que en el caso de los brujos los mates no son como tu pareja romántica, en varios casos se crea un cariño profundo que solo puedo comparar al que le tienes a tu loba. También se dice que si tu mate muere después de que lo hayas amado, vuelve a ti, como una voz interna.

Antonio hoy me ha revelado más secretos sobre otras especies que mi padre durante toda mi vida, y no creo que sea porque no me las quiera decir, sino que simplemente tal vez no sea consciente de esto.

-¿Cómo es que consigues tanta información? - Pregunté tratando de digerirlo todo.

- Es un don. - Sonrió reluciente. - Pero responde ¿Qué harías si encuentras a tu segundo mate?

RECHAZADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora