Capitulo 17

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-¡¡AL FIN!! Te extrañe tanto libertad.-Anunció Tomas una vez salimos del instituto. Milagrosamente pasamos nuestro primer día de instituto sin incidentes, Tomas se comportó decentemente en las clases. Fue aburrido, muy aburrido, pero es soportable.

-Necesitamos un auto.-Comentó Tomas al ver que un Jeep avanzaba a toda velocidad perdiéndose entre la flora del bosque.

-¿Para qué? .-Le pregunté distraída. Sin Mireia presente mis instintos son menores aunque siguen siendo excepcionales. Presiento algo...

-¿Cómo qué para qué?.-Preguntó mirándome como si estuviera loca.-Para ser más cool.-Dijo mientras con su mano derecha se arreglaba el cabello. Estuve a punto de reír por lo ridículo que se vio pero la risa quedó atrancada en mi garganta cuando sentí un olor particular. Olor a vampiro. Mi expresión debió cambiar muy bruscamente ya que Tomas se dio cuenta.

-¿Qué sucede? .-Pregunto bajo, seriamente.

-Vampiro.- Le Susurré, sus ojos ardieron con sádica emoción.

-¡Vamos a cazar vampiros! ¡Vamos a cazar vampiros!.- canturreo de manera extremadamente baja, pero lo escuche a la perfección.

-¡Cállate! nos van a escuchar.- Dije caminando hacia la dirección de donde creo que viene el singular olor.- Se discreto.- Le Susurré lo suficientemente bajo como para que solo él me escuchara. Asintió con la cabeza y empezó a caminar tras de mí.

*

-¡¿Cuánto falta!?.-Pregunto Tomas exasperado.

Llevamos 1 hora tras el rastro del vampiro y aún no hemos dado con él, me hubiera rendido hace mucho si el olor no me resultara familiar. No conozco a muchos vampiros, pero a la mayoría que conozco no se les pasaría por la cabeza entrar en territorio de licántropos, a menos que estuvieran muriendo y necesitasen refugio. Lo cual no pasa casi nunca. O que tengan deseos suicidas.

-¡Lo huelo pero no lo veo! Es tan exasperante.- Refunfuño Tomas tras de mi.

-Si quieres vuelve a la manada.-Le dije sin prestarle mucha atención.

-JA, ¡Claro! Te dejare desmembrar al vampiro sola.-Comentó con sarcasmo.-¿Porque no vamos en forma lobuna? Sería muucho más rápido.

-Nos detectan más rápido así, hacemos mucho ruido con las patas. Mejor lento pero seguro.-Dije olfateando el aire, yo conozco a ese vampiro, pero quien es. En un parpadeo Tomas en forma de lobo empezó a correr a toda velocidad, sacándome repentinamente de mis pensamientos. Me transformé mientras lanzaba un gruñido de exasperación.

-¡Vuelve aquí maldito pejelagarto! .-le gruñí por nuestra conexión.

-¡Atrápame si puedes, Cachorra! .-Me respondió y cerró la conexión.

Tomás empezó a correr aún más rápido, me tomó un par de minutos alcanzarlo y mantener el ritmo, Tomas es muy rápido. Empezamos a correr a aún más velocidad, poco a poco fui dejando a Tomas atrás, el cual gruñía molesto por eso. Estoy corriendo tan rápido que siento un pequeño ardor en mis patas, pero no me detengo y corro más rápido, por un momento olvido que persigo a un vampiro intruso, olvido el rechazo, olvido todo menos a Mireia, la siento, la siento como no la he sentido nunca, creo que ahora comprendo el porque no escucho su voz, no está lista. Aún no.

Desaceleró lo suficiente como para que Tomas pueda seguirme el paso, me lanza una divertida mirada enojada. Volviendo a la realidad, me doy cuenta que el camino que seguimos es el mismo que nos lleva a nuestra antigua casa. Miro a Tomas y él comprende, aceleramos hasta estar a pocos metros de nuestra casa, Tomas se transforma y lo imito. Tomas se pone por delante de mí mientras avanzamos por el camino empedrado que nos lleva a la entrada de nuestra casa. Me pongo a un lado ya que el cuerpo de Tomas no me deja ver porque paramos. En ese momento comprendo todo.

¡¿Corrí tanto por esto?! ¿Por él?

En la entrada de la casa estaba recostado contra la puerta con una sonrisa pícara y pantalones negros, solo pantalones. Nada más y nada menos que...

Antonio.

-¡¿Qué haces aquí?!-Preguntamos Tomas y yo al mismo tiempo. La sonrisa de Antonio se ensanchó.

-¡Como los extrañe!.-Dijo con cariño, un segundo después estábamos Tomas y yo siendo abrazados por Antonio.-Te extrañe a ti retrasado.- Dijo mirando a Tomas.- Y a ti cachorra tonta.- Estuve a punto de contestar por el apodo, pero se separó bruscamente de nosotros, nos sonrió y desapareció. Miré a Tomas, que está igual de confundido que yo.

-¡Oigan perros! .-Gritó desde el techo de la casa.-¿Para que me llamaron?. Mire a Tomas confundida, él me miró y se encogió de hombros.

-¡No te llamamos Antón Tiruriruriru!.- Le gritó Tomas. Antonio apareció justo enfrente mío.

-Bueno, pero me iban a llamar ¿Verdad? .- Dijo con aire suspicaz. ¡Claro! este sensual idiota ve el futuro.- Me llamarían para que la cachorra le diera celos a su mate el cual la rechazó. ¿Me equivoco?

-No.- dijimos Tomas y yo al mismo tiempo, el sonrió.

-Ayudaré porque me siento un poco culpable, no porque me vaya a aprovechar de esto.-Dijo mirándome de arriba a abajo con una sonrisa que no pude descifrar del todo.- Además la vida siempre me sonríe si estoy a su lado.

-¿Culpable? ¿Culpable por qué? .- Pregunto Tomas curioso. Antonio sonrió avergonzado.

-Es que ya sabía que te iban a rechazar cachorrita.- Dijo rápido, con una sonrisa inocente.-Creo que debí advertirte.- Me miró con un poco de miedo por mi reacción.

Bueno, no es algo que esperaba. Pero definitivamente no me sorprende. Antonio suele reservarse algunas de sus predicciones a su conveniencia. Probablemente si me lo hubiera dicho no le habría creído. No es algo por lo cual me deba enojarme menos cuando ha venido solo ayudarme. Además que Antonio es como otro hermano para mí, no puedo enojarme con él por mucho tiempo.

RECHAZADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora