Capitulo 25

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No pude evitar sonreír.

Abrí mis ojos y vi a un muy elegante Antonio, con un traje, creo que nunca lo había visto con un traje. Este era negro pero con bordados en rojo. Y en el bolsillo del saco, llevaba un pañuelo del mismo color de mi vestido. Al menos sé que no me espera un puesto de perros calientes.

-¿Lista?-Preguntó para acto seguido besar el dorso de mi mano, asentí sutilmente.- Eres lo mas bello que he visto en mis 21 años de vida.- Dijo mirándome de manera particular.

-¿Sabes que eso es muy poco para un vampiro?- Contesté saliendo de la habitación para que no me viera colorada.

- Pero por ahora es todo lo que puedo ofrecerte.- Me tomo de la mano. Y solemnemente añadió.- Pero prometo que después de cada año, cada década e incluso después de cada siglo de vida que cumpla te lo recordaré. Cada vez con más seguridad de mis palabras.

Estaba completamente impactada por lo que me había dicho, Tomás muchas veces me había dicho que Antonio sentía algo por mí, incluso antes de convertirse... Pero nunca pensé que hablara en serio, pero ahora. Solo un ciego, y sordo podría negarlo. Sonrojada hasta el tuétano y de la mano de Antonio, salimos de la gran casa.

- Debo confesar algo.- Dijo dejando de caminar y tomándome las manos. Lo miré atentamente.- Hubo un cambio de planes de último minuto y...- No lo dejé terminar.

- No me digas que enserio no tienes nada planeado.- Dije soltando mis manos de las suyas. Las volvió a tomar.

-¡Claro que sí! Tengo muchas cosas programadas para esta noche.- Dijo con molestia.- Confía un poco más en mí.- Lo miré avergonzada. Tiene razón, todo el tiempo he estado esperando que me decepcione... Pero no me ha dado motivo alguno para pensar en ello.- Tenía preparado llevarte a cenar en un carruaje a una cabaña de un lago del otro lado del bosque.- Hizo una mueca de inconformidad ¿Dijo carruaje?- Pero... Vi como estabas vestida y... Lo hermosa que luces esta noche, no pude hacerlo.

-¿Por qué no?- Pregunté confundida, lo del carruaje es una buena idea, así no tendría que contar con estos zapatos. Me sonrió dulcemente y explicó.

-¿Cómo voy a llevar lo más parecido a una diosa que he visto, a una casucha en mitad de la nada?- Lo miré sin creer lo que decía. - Por esto decidí cambiar de planes bruscamente. Y necesito que nos lleves a un lugar. No puedo llevarte con ningún método tradicional, tardaríamos horas solo en llegar.

- Entiendo ¿Alguna otra sorpresa?- Sonrió.

- Esta va a ser una noche llena de sorpresas.

Y no se equivoca. Me hizo traernos hasta un edificio que me había gustado mucho en un paseo familiar al que él asistió. Era una ciudad muy grande y lujosa. Estamos caminando hacia el edificio, a veces no me teletransporto en el lugar exacto, si no un poco lejos, es algo que debo practicar. Pero lo que no entiendo es el porque me trae a este edificio, si mal no recuerdo son solo oficinas, aunque la arquitectura de este indique algo contrario.

-¿Emocionada?- Preguntó sonriente.

- Confundida ¿Por qué me traes aquí? Son solo oficinas.-

- Mira la entrada del edificio ¿Qué ves?- preguntó burlón.

- Un puesto de perros calientes.- Dije para nada divertida. Aunque es el puesto de perros calientes más elegante que he visto en la vida.- No es gracioso.

-Si lo es, y lo sabes.- Dijo pícaro.- Pero por desgracia tu sorpresa no es esa. Está dentro del edificio. Pero tienes que vendarte los ojos.- Dijo sacando el pañuelo de su bolsillo.

-No te atrevas a estropear mi maquillaje con ese trapo viejo.- Me miró ofendido.

-Eres una chica muy difícil.- dijo mirándome divertido.

RECHAZADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora