Capitulo 6

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Él es el hijo del Alpha.

Estaba a punto de besarme. Pero escuchamos un gran estruendo que nos hizo pegar un salto, el se aparto inmediatamente de mi, sus ojos volvieron a la normalidad.

-Opaaaa, que pervertidos.- dijo mi hermano en el marco de la puerta.- ¿Qué tenemos aquí? Lo veo y no lo creo ¿Necesito lentes? osea tú .- me señalo.- Y tú...- Señaló a mi mate.-¿Tu quien carajo eres?

Mi mate se aclaró la garganta.- ¿Quién eres tú para entrar a mi habitación sin permiso?.- Mi hermano lo miró indignado.

-¡Soy tu cuñado fav! Osea ¿No le has contado de esta belleza? .- Me pregunto señalándose.- ¡Oh entiendo! No quieres que te lo quite o que él se enamore de mi. Si yo tuviera una hermana linda creo que también me pasaría.

-No seas...- antes de terminar mi oración mi padre se detuvo en la puerta nos miró y preguntó.

-¿Qué hacen aquí? Sofía ¿No habías ido por tu mate? Y Tomas deberías estar en tu habitación. -Dijo mirándonos raro. Luego pasó su vista a mi mate y pareció sorprenderse.-¡Jace! ¡Qué sorpresa! ¿Mi hijos te están causando molestia?

Puff, molestia, somos mates ¿Cómo seria yo una molestia? aunque, Tomas si es una molestia... ¡Interrumpió nuestro primer beso!

-No, no me están molestando, solo se presentaban. Pero ya se van.-dijo en tono amenazante mirándome con enojo.

¿Ah? ¿De que me perdí?

-¡Oh qué bien!.- Dijo mi padre entusiasmado. Yo miraba fijamente a mi mate, o bueno a... ¿Jace? Él evitaba mi mirada a toda costa.- Sofia, Te mostrare tu habitación.

No entiendo, enserio no entiendo. ¿Será bipolar? Hace unos segundos estábamos bien, ahora lo poco que me mira es con enojo.

¡Esto es culpa de Tomas!

-Bueno, ya nos vamos. Adiós futuro Alpha.-Dijo mi hermano haciendo una pequeña reverencia, mi mate asintió con la cabeza como respuesta. Tomas me arrastro hasta afuera, mi padre ya había salido de la habitación.

-¡Hey! ¡Espera! Debo hablar con él.- Dije soltándome del agarre de mi hermano y caminado hacia mi mate. él me miró con enojo.

-No tenemos nada de que hablar.- dicho esto cerró la puerta de su habitación en mis narices.

¿Qué diablos acaba de pasar? ¿Nada de qué hablar?

En este momento mi mente está en blanco, un blanco muy colorido. No estoy pensando en algo concretamente, pero al mismo tiempo estoy pensando en todo ¿Hice algo en estos 10 minutos de conocerlo que lo molestara tanto como para que me trate así? ¿Hice algo mal?

Siento una fuerte punzada de dolor en el pecho. El shock en el que me encuentro no me permite moverme, no soy demasiado consciente de lo que pasa a mi alrededor, pero a pesar de esto soy capaz de sentir que mis pies se despegan del suelo, aunque no soy capaz de hablar. El nudo que tengo en la garganta no me deja. Siento como mi cuerpo descansa encima de algo blando, en ese instante soy consciente de que Tomas está en una silla mirándome precavido, antes de hablar hace una pausa, pensando en lo que va a decir, algo raro en él. Me acomodo en la cama en la que, supongo, él me puso aún sin soltar palabra.

-Entonces... ¿Cómo estás? .- tanta meditación para soltar esa babosada.

-Acostada.- susurré, el nudo en mi garganta había disminuido, pero si hablo más alto lo mas seguro es que mi voz se quiebre.

-!Ahh! Es una excelente posición para estar ¿Sabes? no te cansas, es mejor estar sentado.

-Oh si, ya lo creo.- Dije recuperando de a poco mi voz, me aclaré la garganta.- Y... ¿Qué me cuentas? .- Me miró con una ceja alzada.

-El que debería preguntar eso. Soy yo.- Dijo ahora sentándose en la cama donde estaba.- Tú eres quien encontró a su mate. - De inmediato me deprimí.

¿Qué hice para que él me tratara así?

-No pongas esa cara. Seguro está confundido, alterado, emocionado o sorprendido.-dijo tratando de animarme.- Tal vez él sea gay y estaba esperando un mate hombre, y cuando llegaste tu pues... Le sorprendió y por eso te trato así.

-Tienes una gran imaginación.-Dije con una pequeña sonrisa.

- Ese es el don que se me ha dado.-Dijo serio.-Además mira el lado amable, por lo menos encontraste a tu mate. Ah, y por cierto esa es tu habitación, la mía es la de el frente.

-Okay.- dije mirando la habitación, las paredes son blancas como todo lo demás. Es una habitación bastante sencilla pero grande, demasiado blanco para mi gusto, pero esta bien.

-Bien .-dijo Tomas dirigiéndose a la puerta.-Me largo, es tarde y este hermoso rostro necesita sus 8 horas de sueño rejuvenecedor.

-¡Adiós! No vuelvas nunca.- Dije acomodándome en la cama. No me había dado cuenta, estaba agotada.

-¿Sabes? ahora me planteo la idea de quedarme a dormir aquí.-Dijo con malicia.

-¡Largo!.- Dije, aunque mi voz se escuchó sofocada por la almohada sabía que lo había escuchado. Escuché su sonora carcajada antes de que cerrara la puerta. Una vez Tomas se fue quedé mirando al techo de la habitación.

¡Qué día!

-Dímelo a mí.- Dijo mi loba desanimada.

-Oye, tranquila.- Dije tratando de animarla.- Seguramente y aunque odie admitirlo, Tomas debe tener razón, debe estar sorprendido por nuestra llegada.

-¡Debería estar feliz por nuestra llegada! Debería estar aquí con nosotras fabricando cachorros.- Dijo triste.

-¡Hey! yo no quiero cachorros aún, cuida tus hormonas.- Dije con una pizca de humor, pero ella seguía mal.

Si me afecta a mi que soy la parte "Humana" no quiero ni pensar como debe estar ella que lleva esperándolo desde que tiene conciencia.

-Tenemos que ser pacientes, de seguro mañana todo va a mejorar.- Dije tratando de subirle el ánimo.

-Algo me dice que esto no es lo peor.-Susurró.-No creo que esto mejore mañana, sigo con un mal presentimiento.

-¿No es lo peor? No entiendo a qué te refieres. Creo que exageras o estás confundida. Deberías descansar.-Dije ignorando que yo sentía exactamente lo mismo que ella. Se avecinan problemas. Una guerra tal vez, pero no estoy segura, puede que solo sea un presentimiento sin pies ni cabeza, aunque hasta ahora mi instinto jamás me ha fallado.

-Espero estés en lo correcto. Lo mejor será descansar.- Dijo y cortó la conexión.

-Esperemos que las cosas mejoren mañana.- Pensé antes de caer a un profundo sueño.

Estaba corriendo por un bosque desconocido, huyendo de algo. Tenía puesto un vestido blanco que me llegaba hasta los tobillos el cual me impedía correr más rápido, seguí corriendo por unos minutos, los cuales me parecieron eternos, empecé a disminuir mi velocidad, pensé que estaba a salvo.

¿Para que sigo huyendo si nada me persigue? .- Pensé.

Me detuve por completo, el bosque que durante todo mi recorrido había tenido colores vivos y alegres se volvió sombrío, escuche como una rama se quebraba atrás de mí, me puse en posición de defensa y giré rápidamente. Cuándo voltee no vi nada en especifico, solo la sombra de algo sumamente grande, una cosa peluda empezó a abrirse paso entre los grandes árboles del bosque, cuando salió por completo de las sombras pude ver de qué se trataba, una bestia. La bestia más grande y feroz que alguna vez había visto.

Di un paso hacia atrás, la bestia miraba con sumo detenimiento todos y cada uno de mis movimientos. Se empezó a acercar hacia mí, intenté pararlo con algún hechizo pero no pude, intente otra vez y nada, era como...

Cómo si no tuviera poderes.

RECHAZADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora