Rocío
Mi despertador suena, haciendome que me deshaga de ese fabuloso sueño que tenía. ¿Que cuál era? Ni idea, ya ni me acuerdo. Pero era realmente agradable, lo suficiente como para querer aporrear el despertador y hacer que no volviera a sonar en la vida... Claro que...
<<Es hoy. ¡Es hoy! ¡Oh, santo Dios, es hoy!>>
Me levanto como si me hubiesen clavado un pincho en el trasero y le doy un beso al despertador. No todo iban a ser malos tratos al pobre aparato y menos hoy. Corro a la cocina, dónde mis padres ya están desayunando. Tienen una cara de sueño que no se la aguantan, y eso me causa gracia.
-Buenos días, cariño.
-Buenos días mamá. Buenos días papá. -les doy un beso a cada uno y caliento el desayuno a toda prisa.
-¿Lista para tu gran día? -me pregunta mi padre.
-Más que lista. Estoy deseando montar en el tren y ver a mis nuevos amigos.
-¿Nuevos amigos? ¿Qué nuevos amigos?
-Ah, es verdad, que no os lo contara. Hice amigos el día que fuimos todos con el señor Dumbledore y los el día que solo fui yo con él.
-¡Eso es estupendo cielo! ¿Y cómo se llaman?
-Ron Weasly y Hermione Granger.
Ni les iba a hablar de "Rubiales" Malfoy, ya que no lo consideraba como a un amigo. Más bien, un estorbo.
-¿Ron? ¿Cómo la bebida? -pregunta divertida mi madre.
-Mamá...
-¿Y qué tal es el chico, como es?
-Pues... Es pelirrojo. Con pecas. Y de ojos azules.
Mi padre toma un semblante serio y asiente.
-¿Rocío?
-¿Papá? -pregunto confundida.
-Cuidado con lo que hacéis.
-¡¡Papá!!
Mi madre se ríe y se levanta a recoger las cosas de su desayuno. Yo sirvo el mío y me siento en la mesa, con la cara roja.
-Te lo digo por tu bien, Rocío.
-Sólo somos amigos. No quiero nada con él, y no creo que él quiera algo conmigo.
-Sí. Ya. Claro.
-¡Papá!
-¡Que sí mujer, que sí, que te creo, sí...!
-¿Y la chica? -me pregunta mi madre.
-¡Oh, Hermiones es fantástica! Le encantan los libros, al igual que a mí y me ha contado muchas cosas, como que en su prer año se encontro con un... -me callo en seguida. ¿Cómo contarles que hay trolls que te comen de un bocado en el mundo mágico? No me dejarían ir ni loca.
-¿Un...?
-Un... Un... Un tipo de planta mágica que no es normal envontrarla en ese ambiente húmedo en el que está Hogwarts... Ganaron la copa de la casa por eso.
Mis padres sonrieron. Ya puedo tener cuidado de que no me pase nada, si no... Me llevarán de vuelta a casa, y eso no es lo que quiero.Terminamos de desayunar todos y nos arreglamos para estar ya listos a las nueve menos cuarto, esperando al señor Dumbledore en el salón.
-¿Cuando creéis que va a llegar?
-Espero que pronto. Aunque como todo esto sea una broma... -murmura mi padre.
-¡No es una broma! ¿Y ese mundo que hemos visto? ¿Y las cosas que me be comprado? ¿Cómo puedes seguir pensando así después de todo lo que...?
-Señores Pérez, buenos días.
Nos sobresaltamos al ver al señor Dumbledore sentado en el sofá así como si nada.
-¿Qué tal están? ¿Están listos?
-Si señor Dumbledore, más que listos. ¿Nos vamos ya?
El señor Dumbledore se ríe a carcajadas y se levanta.
-Por supuesto. Dense las manos. Partimos.
Todos nos levantamos y nos damos las manos. Yo se la doy al señor Dumbledore, que en el último momento me sonríe, antes de pronunciar unas cuantas palabras a la vez que mueve su varita.Ron
-¡TODOS ARRIBA! ¡ARRIBA, ARRIBA, ARRIBA!
Ninguno de los Weasly dudamos en levantarnos, y pobre del que lo hiciera. Al oír los golpes que nuestra madre daba con el cucharon en la sartén, teníamos exactamente 12 minutos para estar abajo todos. Como alguno de nosotros tardara demasiado, ya podía tener una buena excusa, porque si no, se ganaba un sartenazo en la cabeza. Por tardón. Me froto los ojos, cansado, y voy hacia el baño corriendo, rezando para que ninguno de mis hermanos me lo cogieran y se encerraran en él. Menos Ginny, por Merlín, si lo coge ella, estamos todos condenados.
-¡Demasiado lento hermano! -grita George pasando a mi lado corriendo.
-¡Te compadecemos! ¡Ojalá fueras tan espabilado como nosotros! -me dice Fred detrás de su gemelo, adelantándome.
Corremos, poniéndonos la zancadilla y empujándonos, pero al final logran llegar antes y encerrarse en el baño.
-¡No es justo! -grito, petando la puerta.- Nunca me toca a mi primero, ya os vale.
-¡Hemos llegado nosotros antes! -grita George desde dentro.
-¡Se siente! -grita ahora Fred.- Aunque...
Abren los dos la puerta de manera que quede una rendija y solo pueda ver sus ojos.
-Entendemos que lo quieras hoy antes que nadie. -dice Fred.
-Sí, al saber que hoy verás a tu querido amor quieres estar lo más resplandeciente posible. -me dice Goerge alzando una ceja.
-¡Sois unos pesados! ¿Sabéis qué? ¡Quedaos con el baño, me da igual!
Me voy abajo dispuesto a desayunar, enfadado y rojo hasta las orejas, con las risas de los gemelos de fondo. ¡No sé que le ven las chicas a esos dos, son unos ridículos, infantiles y estúpidos!
-Buenos días, Ronnie. -me dice mi madre besándome el pelo y sirviendo el desayuno a la familia.
-Buenos días mamá.
-¿Emocionado por volver a Hogwarts?
-La verdad es que sí. Hace una semana que Harry y Hermione estuvieron aquí y ya los echo de menos.
-¿Y no echas de menos a alguien más?
La pregunta de mi madre me pilla por sorpresa, y acierto a decir:
-Sí, echo de menos al pobre Snape. Esa arte de pegar collejas solo la tiene él.
-¡Ronald! ¡Qué no me entere yo que te castigan otra vez!
Me callo y me meto un par de tiras de bacon en la boca. Mejor no comentar nada. Solo si supiera la cantidad de veces que Fred y George fueron castigados... Le da algo.
<<Si tú supieras...>>
-Ahora en serio Ron, hijo, ¿no echas de menos a alguien más?
-No mamá. ¿Tendría que echar de menos a alguien más?
-Claro que sí. -dicen doa voces.
Los gemelos aparecen en la cocina arreglados, vestidos, duchados, peinados y... ¿Perfumados?
-¿Y por qué tan arreglados, chicos? -pregunta nuestra madre con una sonrisa.- ¿Alguna novia de la que no tenga conocimiento?
-No mamá. -se adelanta Fred.
-¿Por qué no le dices antes a Ron a quién tiene que echar de menos antes? El que vayamos tan arreglados tiene que ver... -dice George con una sonrisa maliciosa.
-Oh bueno... Pues Ron, ¿no echas a nadie de menos, entonces?
-Ya he dicho que no.
Los gemelos se sientan en la mesa y chasquean la lengua.
-Que mal novio... -dicen a la vez.
-¡BUENO, YA ESTÁ BIEN!
-¡Ronald Weasly, no grites! -me regaña mi madre.
-Por Merlín, solo queremos conocer a nuestra cuñada. No es para tanto. Queremos causar buena impresión.
-¡Si señor! Mis niños... -corre a abrazar a los gemelos y estos ponen una sonrisa de angelitos.
<<Menudos diablos...>>
-Yo no sé como tengo que decir las cosas... A lo mejor en parsel me entendéis mejor. ¡No me gusta, ni seremos novios! ¡Nunca! ¡Dejad de recordármela todo el rato!
-Ay, Ron, no seas así. Para una vez que no te pones nervioso con una chica...
-¡MAMÁ!
Los gemelos se ríen con ganas, golpeando la mesa y secándose las lágrimas.
-¡Qué triste! ¡Hasta mamá se ríe de ti! -dicen los dos, ganándose una colleja por parte de mamá.
-¡No os burléis de él! El amor es una cosa muy seria, ¡ya se burlará él cuando vosotros caigáis enamorados!
Los gemelos se miran y vuelven a reir.
-Ya veremos... -dicen entre risas.
Termino de desayumar de malhumor y me levanto decidido a ir al baño para arreglarme. Así, de paso, tendré algo de paz. Es muy tritse tener que buscar paz en el baño, pero si no queda otra...
-No les hagas caso, Ron.
Me doy la vuelta, sorprendiéndome por la voz de mi hermana, Ginny.
-Parece mentira que no lo sepas, cuanta más caso les hagas, peor te lo van a hacer. Pasa de ellos.
-¡Pero me resulta muy difícil! ¡Imáginate que te lo hacen a ti, pero con Harry...!
-¡Ronald! -mi hermana pequeña se pone colorada al oír a Harry y me da un golpe en el hombro a modo de reprimenda.
-Perdón, perdón... ¿Ves? Molesta, ¿no?
-Sí, pero debes dejarlos. Y procura que no la vean contigo. Te harán la vida imposible.
-Gracias Ginny... ¿Sabes? A ti también te la presentaré. Os haréis buenas amigas seguro.
-Estaba esperando a que me lo propusieras. -me abraza y en seguida se va a la cocina para desayunar.
A veces se me da por pensar que ella es la más buena de todos nosotros.Rocío
-¡Uau!
Si, exacto. UAU. Es lo único que me sale al ver la estación y el tren antiguo que espera a que los pocos niños que hay se monten. ¡Y yo soy uno de ellos! ¡Dios!
-Es normal que esté tan vacía la estación de por aquí. -nos dice el señor Dumbledore.- El resto de alumnos se subirán en la siguiente. Calculo dos horas hasta allá. Me sonríe a mi y a mis padres.- Creo que va siendo hora de que me vaya. Un placer haberlos conocido señor y señora Pérez. Y a ti, Rocío, te veré en la escuela, a la hora de la cena. Realmente estoy impaciente de vee en que casa quedas, aunque por los pocos días que hemos pasado los dos juntos, puedo adivinar cuál es.
Y con esto último, desparece.
Miro a mis padres, impaciente por montarme en el tren.
-Anda, ven aquí. -me dice mi madre abrazándome. Mi padre y mi hermano se unen.- Te vamos a echar muchísimo de menos...
-Y yo a vosotros.
Co la despedida se haga muy larga lloro, y no me gustaría que me viesen así.
-Acuérdate de mandarnos una carta cuando puedas. -me dice mi padre.
-Y sobretodo, no hagas tonterías. -me aconseja mi madre.
-Y menos nada que te pueda lastimar.
-Sí, os lo prometo.
Tras unos minutos en silencio, oigo que dan la última llamada para subir al tren y me separo del abrazo. Me seco una lagrimilla traicionera y tras darles un beso a cada uno, me doy la vuelta y corro hacia el tren con mi baúl, mi lechuza y el resto de cosas.
Cuando subo al tren, flipo en colores. Es precioso por dentro, y lo mejor de todo, está casi todo vacío. Corro por los pasillos hasta encontrar un compartimento que esté vacío y doy con uno que tiene una ventana hacia el paisaje. Me instalo, dejando mi baúl y mi lechuza colocados en uma rendija que hay arriba para colocar las cosas y para cuando me siento, el tren se pone en marcha. No puedo evitar que se me caiga otro par de lágrimas. Voy a echar mucho de menos a mi familia, pero al recordar todo lo que me espera, me las seco y sonrío.
<<Este va a ser el mejor año de mi vida, lo presiento>>.
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¿Y si fueras a Hogwarts...?
FanfictionEstás aburrida en casa sin nada que hacer, y como de costumbre, tu madre necesita que le hagas unos recados. Cuando vuelves a casa, decides coger también el poco correo que puede haber en tu buzón. Lo revisas y... ¿Qué tenemos aquí? Vaya, tienes una...