Cuando por fin la clase acaba, tanto Seamus como yo recogemos nuestras cosas a la velocidad de la luz y nos vamos por la puerta. Aunque él va más rápido y se va antes. Cuando salgo y lo veo caminar solo por la multitud de gente que pasa a su lado y se ría de él, decido correr hasta su lado y cogerle de la mano, para mostrarle mi apoyo. Además, tengo que hablar con él.
-Rocío... -me dice, pero yo le sonrío y le tiro de la mano para caminar más deprisa y escapar de toda esas malas personas. Camimamos rápido y sin hacer caso de las personas que nos abuchean y se ríen de nosotros. O bueno, yo por lo menos. Cuando estamos apartados de la multitud me pongo enfrente de él y lo miro, casi con pena. Él acaricia mi mano, que coge todavía la suya, y baja la cabeza.
-¿Por qué? ¿Qué se supone que has hecho para que te hayan hecho eso?
-Estar contigo, eso he hecho.
-¿Qué?
-Los gemelos son unos celosos de cuidado. Yo... -busca algo en su túnica y me lo tiende.- Me lo encontré en mi mesilla de noche al levantarme. Después de leerlo, corrí hasta el baño y me encontré al monstruo con el que hablas ahora.
Le cojo el papel y le abrazo.
-No digas eso. No eres un mosntruo. A mi el pelo me gusta. ¿Sabías que mi color favorito es el azul claro? Has ganado puntos con eso. -le digo, para animarlo.
-¿Eso crees?
-¡Claro que sí! Ahora... Veamos que han escrito esos dos...
Desdoblo la notita y me quedo a cuadros cuando veo lo que han escrito los gemelos.Lo del pelo ya te la teníamos jurada, pero tu bonita cara es por estar con Rocío ayer y pegarte tanto. La próxima vez que te vea tan cerca de ella, la cara se te pondrá peor. Y no por la magia, si no por mi puño.
Fmdo: George Weasley.
Con la ayuda de Fred Weasley.P.D: Gózatelo.
-¿¡Pero este qué se ha creído!? -digo, haciendo alusión a George.- ¡A este se le ha ido la cabeza completamente!
-Ya te dije que más celoso no podía estar. -me dice Seamus.- Aunque nada de esto hará que me separe de ti. Me gustas, y eso no lo podrá cambiar nadie. Por mucha torta que lleve.
-Que me entere yo de que te toca, que me entere yo... -arrugo el papel y frunzo el ceño.- ¿Recuerdas cuando he dicho que me costaba enfadarme?
-Sí.
-Se van a cagar... -digo, apretando mis puños.- Que esperen a que acaben las clases. Se las verán conmigo.
-No tienes que defenderme, bonita. Aunque me encanta que lo hagas.
-¡Es que esto ya es personal! No me lo puedo creer...
Seguimos caminando, y al separarnos por ir a diferentes clases, me da un beso en la mejilla.
-Gracias por no reírte... Ni por vomitar.
-No se dan, hombre. -le revuelvo el pelo. Me gusta así, azul.- Debería haber tenido el pelo violeta aún. Así haríamos el ridículo los dos. -sonrío.
-Tú no harías el ridículo. Ni lo hiciste. Te quedaba de miedo.
Se aleja y cuando se cruza con unos Slytherin le gritan "¡Mira, por ahí viene el monstruo de Halloween!" pero a él parece no importarle. Tiene una gran sonrisa en la boca. Por lo menos le he animado, bien. Ahora... A mi siguiente clase...Acabo de salir de la últina clase del día. Solo me quedan pociones con Rubiales y... Y ya. Luego... A dormir. Y diréis "Pero si sales a las seis...". Sí, pero tengo sueño. Sí, todavía.
Voy camino de mi sala común, donde voy a dejar mi bolsa y llevar tan solo mis libros de pociones, cuando veo a los gemelos caminar enfrente de mí. Me hierve la sangre.<<Como me hablen, se enteran de quién es la dulce Rosie...>>
Ellos me ven y sonríen, saludándome. Es que aún tienen la cara de saludarme. Yo los mataba.
-Hola Rosie. -dicen los dos, uno con una gran sonrisa y otro con una sonrisa que hace que me tiemble el cuerpo. Gracias al señor, el cabreo apacigua la tontería.
Paso entre los dos sin dirigirle la palabra a ninguno de ellos, y empujo al de la bonita sonrisa con el hombro al pasar. Vamos, que empujo a George.
-Ey. ¿Rosie...?
Ni caso les hago. Como explote luego no hay quién me pare. Sigo mi camino, poco me queda por recorrer hasta llegar a mi sala común. Pero claro, no podía ir tranquila. Alguien tenía que cogerme de la mano y tirar de mí para no seguir andando.
-¿Qué te pasa? ¿Has tenido mal día? -me pregunta, casi triste.
-¡Ni me toques, Weasley! ¡¡Ni me toques!! -le advierto, furiosa.
Me giro y veo sus caras. George me mira sin entender y Fred me mira con miedo. Hace bien en tenerlo.
-¿Qué te pasa? -dice George apenado.
-Sí, relájate un poco. Te va a dar algo. -dice Fred, y eso es la gota que colma el vaso.
-¿¡Relajarme!? ¿¡Relajarme!? -me pongo colorada, de lo enfadada que estoy.- ¡Y aún tienes la cara de preguntar qué me pasa! ¡Yo flipo contigo, en serio! ¡¡Tienes una cara que te la pisas, Weasley!!
Me escapo de su agarre e intento alejarme de ellos lo antes posible. Me intento convencer de que no merece la pena, pero no puedo. Es demasiada mala leche acumulada.
-Rosie, ¿qué te pasa? ¿Qué he hecho?
-¿¡Qué has hecho!? ¡Te diré lo que has hecho! ¡O más bien lo que habéis hecho! -cojo la nota que me dio Seamus, la desdoblo y se las leo, casi gritando. Ellos parecen ponerse pálidos, sobretodo George. Cuando termino, estoy que no puedo con mi alma, parece que Satanás me ha poseído.- ¡Volved a preguntarme qué me pasa! ¡¡Volved si os atrevéis!!
-Rosie... -dicen los dos.
-¡No me llaméis así o ardo! ¡Y creédme, no querréis verme arder!
Se miran, y luego George da un paso hacia mí.
-Escucha, él estaba muy cerca de ti, yo no soportaba que...
-¿¡No lo soportabas!? ¡Eres un maldito celoso, George, tienes un grave problema!
-Pero él...
-¡Me da absolutamente igual lo cerca que estuviera! ¡Tío, que no soy tu novia, tú no eres mi novio, yo no soy nada para ti! ¿¡Para qué tanta protección!?
-Oye, cuidado con lo que dices. -me dice, más serio.
-¡Eso! ¿¡Vas a amenazarme a mí también!?
-¿Amenazarte? ¿De qué hablas?
-¡Oh, no sé, dímelo tú! ¡Es que como se te da tan bien amenazar...!
-¡Oye, sin faltar!
-¿¡Sin faltar!? ¡Si el primer faltón aquí eres tú! ¡Amenazas a Justin, mi mejor amigo! ¡Amenazas a Seamus, amigo mío también! ¡Ahora me amenazas a mí! ¿¡Que se te pasa por la cabeza!?
Parece sorprenderse cuando le menciono a Justin, pero no parece desmoronarse hincha el pecho y da otro paso hacia mí, realmente enfadado.
-¡No tenemos ningún derecho a que hablen mal de nosotros cuando no hemos hecho nada! ¡Para tu información, no somos unos mujeriegos!
-¡Dime entonces si hay algo de mentira en lo que Justin me ha dicho! ¡Que os tiráis con cada chica no más de tres semanas y que todo Hogwarts femenino anda detrás de vosotros! ¡¡Dímelo!!
George quiere contraatacar, pero se lo piensa y se calla. Me mira con furia y yo de forma chulesca, cruzándome de brazos.
-¡Lo sabía! ¿¡Qué hacía de mal en advertirme mi mejor amigo que tuviera cuidado!? ¡Nada!
-¡No hay derecho a que te apartes de mí cuando te quiero abrazar! ¡Yo no te he hecho nada! ¡Sin embargo, a Finnigan que casi te besa y tú te echaste para atrás, le dejas que te abrace, te bese, y te coja de la mano!
-¿¡Y qué!? ¿¡No lo ves!? ¡Eres un maldito celoso, Weasley!
-¡Seré un celoso, pero no un baboso! ¡Si solo te dedicaras a ver más allá de tu burbuja en la que andas metida, verías que ciertas personas que se han acercado a ti buscando una amiga, han desarrollado ciertos sentimientos!
-¿¡Sentimientos de qué!? ¿¡De celos!?
-¡No, pero esos sentimientos hacen que te sientas tan inseguro que ves problemas por todos lados, por lo que te pones celoso de cualquier tontería!
-¡Pues que sepas que esa burbuja ha sido lo único bueno que tengo! ¡Así evito que me hagan daño!
-¿¡Daño!? ¿¡Como el que según tu "amigo", iba a hacerte yo!?
-¡Por ejemplo, sí!
-¿¡Y por qué iba a hacerte daño yo!? ¿¡Es que no te das cuenta!? ¿¡Qué eres, una niña de siete años!? ¡¡Hasta una chica de primer curso se daría cuenta de lo que pasa!! -dice, totalmente histérico.- ¡Dices que no quieres que te vean como a una niña...! ¡¡Déjate de comportarte como una, por Merlín, y date cuenta de una vez!!
-¿¡De qué me tengo que dar cuenta!? ¿¡De que tienes un problema con los celos, Weasley!?
-¡Y dale! -exclama, desesperado.- ¡Paso de explicártelo otra vez! ¡Si quieres darte cuenta, vale, guay! ¡Estaré esperando por ti, como el estúpido Weasley que estoy hecho!
-Vete a la mierda y deja tus paranoias a un lado, anda.
George me mira, casi asombrado con el odio con el que se lo he dicho y frunce el ceño de tal manera que a cualquiera intimidaría. Excepto a mí, por supuesto.
-¡¡ESTOY YA EN LA MIERDA POR CULPA DE TÚ NO DARTE CUENTA DE LAS COSAS, MALDITA SEA!!
Pega media vuelta y se va, furioso. Aunque eso sería decir poco.
-¡Claro, ahora la culpa será mía! -digo, sin poder creerme que al final tenga la culpa yo.
-¡¡POR SUPUESTO QUE SÍ!! -brama y lo pierdo de vista.
Respiro, fuerte y pesadamente, como si de un búfalo se tratase. Me doy la vuelta, dejando a Fred solo, asombrado por nuestra pelea. Y por mi manera de actuar.
<<¡Pero bueno, ¿qué se ha creído?! ¡Poniéndose celoso, así porque sí! ¿¡Qué se cree, mi novio!? ¡¡Pues va mal, porque ha bajado muchos puntos!! ¡Si va a ponerse tan celoso, que se vaya a paseo! ¡Además, ¿de qué me tengo que dar cuenta?! ¿¡De que es un zoquete!? ¡Porque si es así, ya me he dado cuenta, gracias!>>
Suspiro, resoplo, de todo. Estoy tan enfadada que creo que cuando piso, dejo marca en el suelo, como los elefantes.
-Maldito celoso de los... -farfullo cuando llego a los barriles.
Hago el ritmo tan furte que estoy segura de que por lo menos, un arañazo, le he hecho al último barril. Entro, a la sala común y nadie se atreve a cruzarme la palabra al ver mi cara de cabreo. Y como llego, salgo y voy hacia las mazmorras. Rezo por Rubiales para que no me toque mucho la moral, porque a lo mejor le tiro algún tarro con una poción. Haré lo posible para que no. Esta vez llego tan puntual que no veo a Malfoy en clase.
-Bien. Para una vez llego temprano, él llega tarde. -digo, refunfuñando.
Me siento en una de las mesas, aún enfadada y flipando en colores todavía por George.
<<Vamos a ver... ¿De qué narices me tengo que dar cuenta? ¿Y qué es eso de que gente amiga que se ha acercado a mí han desarrollado otros sentimientos? ¿Y que sentimientos son esos? ¿Odio? ¿Cabreo? Mi no entender... Pero es que se pone todo loco porque ando con otros chicos, y no con él... ¿Por qué caray es tan...? ¿Protector? A no ser... No, no, eso es imposible, ¡ya lo dijo él, me ve como una niña! Maldito...>>
Pinto dibujitos algo macabros en un trozo de pergamino y cuando esroy a punto de dibujarme a mí misma empuñando una espada por alguna razón, oigo que se abre la puerta.
-Vaya, ¿hoy es el día de los contrarios? Has llegado a tiempo.
-Cállate Malfoy. -escupo. Algo me dice que la clase de hoy va a ser mala no, lo siguiente.
-Uhh, como estamos hoy... ¿Ya te ha dado la vena repunante? -pasa pir mi lado y me contengo para no ponerle la zancadilla.
-¡En serio, Rubiales, cállate, no está el horno para bollos!
Él sonríe, divertido, y se encoge de hombros. Se apoya en mi mesa y me observa todo cuanto puede.
-Deja de mirarme, ¿sí?
-Menudo caracter... -se ríe, en mi cara aún por encima.
-Como el que tienes tú todos los días.
-Un respeto, niña. -me señala.- No tengo por qué estar aquí, perdiendo mi tiempo, y enseñar pociones a alguien que me trata así.
Me trago todas las contestaciones que tengo, y me callo. Y gracias a tragarlas, casi puedo jurar que me arde la garganta.
-Buena niña. -me da golpecitos en la cabeza, como si fuera un perro.
<<Que me toque la moral, si me trata como un perro, le muerdo.>>
-¿Qué haremos hoy? -pregunto sin muchas ganas.
-Antes de nada... ¿Te has pensado mi propuesta?
-¿Que propuesta? -me ha pillado por sorpresa, ya que no tengo ni la más remota idea de qué habla.
-La cena. -me recuerda, haciendo una mueca.
<<Ah cierto... Como para que me pille Filch con la gata, estamos buenos...>>
-Sí, sí me lo he pensado.
-Oh, bien. ¿Y?
-Paso de ir.
-¿Qué? -<<toma cubo de agua helada, chaval. Pfff...>>- Oh, entonces debo suponer que no quieres saber de tu abuelo.
-Sí, pero no quiero cenar contigo.
-¿Por qué?
-Porque no. No quiero, y punto. ¿Te vale?
-Que borde estás hoy... ¿Te ha dejado el novio?
-¿Qué novio, qué dices?
-El Gryffindor que lo único que sabe hacer es explotar. Y que está muy guapo hoy, por cierto. -ríe.
-Nunca salí con él.
-¿No? Vaya, se rumoreaba por ahí que sí.
-Ya. Pues te digo que no. En serio, ¿vas a tenerme aquí de cháchara o voy a estudiar algo? Es que si no, me volvía a mis sala común a dormir. ¿Te parece?
Frunce el ceño y sonríe.
-No te sabía yo de ese caracter, en serio. Entonces... ¿No quieres venir a cenar conmigo? ¿Seguro?
-Sí. Puedo saber de mi abuelo por otra parte.
Aprieta la mandíbula, claramente enfadado, y me mira por encima del hombro.
-Bien, como quieras. Hoy nos dedicaremos a repasar las pociones ya hechas. Haremos un mini examen. Te diré lo que tienes que preparar y antes de que acabe el tiempo, deberás de hacerlas. ¿Entendido?
-Más claro que el agua. -respondo.
Bien. Quizás esto me despeje un poco... El hacer pociones y de más...
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¿Y si fueras a Hogwarts...?
FanficEstás aburrida en casa sin nada que hacer, y como de costumbre, tu madre necesita que le hagas unos recados. Cuando vuelves a casa, decides coger también el poco correo que puede haber en tu buzón. Lo revisas y... ¿Qué tenemos aquí? Vaya, tienes una...