¿¡Pero qué haces aquí!?

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Ron y Ginny me han hecho el regalo de cumpleaños juntos, dado a que no tienen suficiente dinero como para comprar uno por cada uno.
No voy a explicar mis sentimientos a eso.
Solo diré lo que les dije cuando me dieron el regalo envuelto.
-¡NO HACÍA FALTA, CARAAAY! -me quejo, pero les abrazo como nunca.
De hecho, me duelen los brazos. Y creo que me falta el aire de lo que los aprieto.
-¡Sí hacía falta! -dicen ellos dos, ríendo. Les doy un beso en la mejilla a cada uno y abro el regalo, delante de ellos dos, Harry, Hermione y Seamus, que no se da separado de mí.
Me empiezo a reír como una loca cuando lo veo.
-No... ¿En serio?
-¡Sí!
-¡Me encanta! -digo, observando la gran botella de cerveza de mantequilla que me han comprado. ¡Si tiene un lacito rojo y todo!- ¡Os como!
Todos ríen y les ofrezco a todos un trago, que ninguno reniega.
Harry me ha regalado otro kit para mi escoba, tan completito que ni siquiera sé para sirven ciertos artilugios, pero ya estaba ahí el buen Harry para explicármelo todo.
Hermione me regaló lo último en DCAO, en otras palabras, el mega libraco, lo cuál se lo agradecí con un gran abrazo y le hice prometer que quedaríamos ella y yo para practicar todos los hechizos que hay en él.
Y Seamus... Seamus me besó en los labios delante de todo el comedor, lo que hizo que mucha gente nos vitoreara y que Umbridge nos dirigiera una mirada de reproche...
Y me regaló su camiseta favorita, la que pone "Kiss me, I'm Irish". Y luego, me dió un dibujo que hizo Dean y pintó Seamus, un regalo de parte de los dos. Muy chulo, para enmarcarlo, Dean dibuja estupendamente.
-¿Sabes? A mí también me gusta dibujar. -sonrío a Dean, cuando le encuentro y le agradezco por el dibujo, con un gran abrazo.
-¿Sí? -dice, sonríendo.- ¡Genial! Podríamos dibujar los dos. ¡Incluso hacer una competición de quién lo hace mejor!
-¡Me pido ser el modelo! -dice Seamus, abrazándome y alzándose para darme un beso en la mejilla.
-Venga, ¿por qué no? ¡Me parece genial! -digo, emocionada con la idea, y Seamus, junto con Dean, lo celebra.
-Los artistas de Hogwarts... Yo lo veo, ¿eh? -dice Dean dándome un pequeño golpe amistoso en el hombro y yo río.
-Sí, mola mucho... Pero pones fecha para dibujar, esto no se deja escapar.
-Claro, no te preocupes. -ríe.- Aunque eso de que Seamus sea el modelo...
-Sí, eso sí que no lo veo.
-¿¡Qué!? ¿Por qué? -se queja él, cruzándose de brazos.
-No paras quieto ni dos segundos. -le despeino y Dean ríe todavía más, totalmente de acuerdo.
-¡Eso no es cierto!
-Y luego, si te ponemos en cierta posición, dirás que es mejor otra.
-¡Claro que no! -se queja, apartándose de mi mano y peinándose un poco.
-Y luego te pondrás a hablar, y hablar, y hablar... Y eso nos desconcentrará.
-Cierto, muy cierto. Y después, con la excusa de estar con Rosie, querrás que te pintemos desnudo.
-Renuncio. -digo, levantando las manos y bajando la cabeza.
-¡Bueno, ya basta, vosotros dos! ¡Cómo os pasáis! -dice Seamus, con el ceño ligeramente fruncido.- Dean, no es verdad nada de lo que dices, seré vuestro modelo y no hay más que hablar. Y Rosie... ¿¡Cómo que renuncias!? ¡No estoy mal, que te lo diga Dean!
-¿¿¡¡Eh!!?? -exclamo, apartándome de ellos dos. ¿Pero qué...?- ¿¡Vosotros dos...!?
-Cantidad de veces hemos ido a la playa o a un lago y no traemos bañador. -aclara Dean, con una ceja ennarcada y una sonrisilla, pensando en lo que podría haber entendido, y yo me pongo colorada, aún con la duda.- Somos mejores amigos desde los diez o once años, lo sabemos todo sobre nosotros, Rosie.
-Y no solo todo lo que nos gusta o lo que nos asquea. Todo lo físico también. -dice Seamus entre risas.- No tenemos ningún problema en, por ejemplo, cambiarnos de ropa delante del uno y del otro. Sabía que todas las mujeres tienen un placer oculto, Rosie, pero no sabía que a ti te gustara ese rollo... -sonríe, de manera maliciosa y mi cara desprende tanto calor que debo de estar gastando todas las calorías por ahí.
<<Malditos mal pensados... Aunque en parte, ha sido mi culpa...>>
-Eres una mala influencia para mí, Finnigan. -empiezo a decir con los brazos cruzados.- Ahora pienso igual de mal que tú. ¡Mira en lo que me has convertido! ¡Soy un monstruo! -dramatizo.- ¡Tendré que huír de aquí al acabar mis estudios, me cambiaré el nombre, me teñiré el pelo y me lo cortaré y me haré llamar...! Olive. ¡Y todo gracias a ti! ¡Nuestra relacción nunca podrá funcionar! ¡No puedo privarte de huír de la sociedad! ¡Ay de mí! ¡Ay, que desdichada yo nací...! Uy, eso me ha quedado muy del siglo dieciséis, vaya.
Seamus y Dean se parten de risa conmigo y yo acabo ríendo también.
-¿Sabes la coña? Que lo primero es verdad, eres mala influencia para ella, Seamus. -ríe Dean y le da una palmada en la espalda.
-Claro que no. Está loca, eso es todo. Y me encanta. Perderé la cabeza igual que ella, pero porque la quiero. -me agarra de la cintura y me da otro beso en los labios.
-¡Puaj, iros a un hotel! -exclama Dean, asqueado y ríendose.
-¡Te tomaré la palabra cuando te enrolles con Ginny por los rincones! -me coge de la mano y tira de mí, todo orgulloso.
-¡Me parece bien, pero yo al menos no le haré cardenales a mi novia cuando se me de por besarla en el cuello!
-Eso sí está bien. -puntualizo.
-¡Oh, venga! ¡No es para tanto!
-En este caso sí. Eres un bruto cuando empiezas, y luego no sabes parar.
-Mm... Pero soy tu bruto. Es que me pones loco, Rosie... -me abraza y me besa el mentón, pegándome a él.
-Seamus... ¿Eres consciente de que estamos en un pasillo y que nos ve toda la gente?
-Sí, ¿y qué?
-Seamus... Hacer esto delante de la gente... Enrollarse en medio del pasillo... No, Seamus, no...
-¡En serio, me sorprende que seas tan tímida! Pero respeto tu opinión, aunque te digo una cosa... No debería importarte lo que piense la gente de ti, cielo. Eso hace que te hundas más.
<<Pero no es por la vergüenza, ¡es que paso de que la gente vea como nos comemos la boca! Un pico, dos, tres... Vale, ¿pero un lío? ¿Y en medio del pasillo? No, paso.>>
-Piensa en ello, ¿vale? -me dice, dándome un beso en la mejilla y seguimos andando. Parece mentira que ya vuelva a estar en Hogwarts, otro trimestre más empieza, y debo estudiar todavía más...
El trabajazo es enorme... ¡Pero no hay nada que no pueda solucionar!
Bajamos las escaleras de la mano y sonríendonos con ternura mientras vamos hacia los pasillos de los sótanos, hacia mi sala común.
-No hacía falta que me acompañaras hasta la sala común, ¿sabes?
-Claro que hace falta, además, mañana nos veremos poco...
-Compartimos clase, ¿recuerdas?
-Sí, pero no creo que McGonagall esté de acuerdo en que nos besemos en clase...
-¿Me echas de menos solo por no poder besarme?
-¡Por supuesto que no! -me mira, asombrado de que piense eso y al llegar casi a los barriles, se pone delante de mí y me acerca a él, abrazándome por la cintura.- Cariño, no, no te quiero solo para eso, te lo dije más de alguna vez antes de estar juntos, ¿te acuerdas? Te echaré de menos porque para mí verte solo una hora por la mañana, no poder comer juntos porque somos de distintas casas y verte apenas otra hora por la tarde... Es muy... -suspira.- Te echaré de menos porque, pasar de estar estos pocos días juntos en todo momento, despertarme y ver que has dormido conmigo, que te abrazas a mí, que nada más abrir los ojos me encuentro tu sonrisa... Estar todo el día juntos, bromeando y dándonos amor, como digo yo, a estar tan separados... -vuelve a suspirar y apoya su cabeza en mi pecho, abrazándome.- Es muy duro... Te voy a echar de menos y ya.
Lo miro y sonrío con ternura.
Seamus es muy dulce, muy, muy, muy dulce, y eso hace que, en parte, me haya conquistado.
Cierto que... Cierto asqueroso, maleducado y estúpido pelirrojo aún se niega a marcharse de mi corazón, y eso hace que no le dé todo el amor que me gustaría...
Le acaricio el pelo y me inclino para darle un beso en la coronilla, luego de sonreír y soplarle en el pelo.
-Ay Seamus, eres como una nube de azúcar... Una pequeña y blandita nube de azúcar... Pero igual de dulce que dos mil de ellas.
-¡Merlín, que tierna! -me aprieta y levanta la cabeza, mirando para mí con una gran sonrisa, claramente emocionado por lo que he dicho.- Me haces muy feliz Rosie. Muy feliz.
Le cojo la cara y lo beso suavemente en los labios, haciéndolo suspirar.
-Cada vez que me besas tú, amor, me haces suspirar. Y créeme cuando te digo que es algo muy especial eso.
Sonrío y le acaricio una mejilla, tras frotar mi nariz con la suya.
Me atrapa un labio y nos volvemos a besar, mucho más pausadamente de lo que solemos hacer, hasta que alguien nos interrumpe.
-Perdón...
Él y yo nos giramos, separándonos un poco, pero no del todo, ya que nuestras manos seguían unidas.
<<Bueno, ¡no me lo puedo creer!>>
Uno de los gemelos nos mira, casi compunjido y con las manos a la espalda y yo frunzo el ceño, más enfadada que qué sé yo.
-¿Qué haces aquí? -aprieto la mano de Seamus y él se gira para verme, notando la furia con la que me dirijo a Weasley.- No tienes, vergüenza, Weasley... -le escupo y él me mira tristemente.
-No soy George, Rosie, soy Fred.
Lo miro, más tranquila, pero eso no significa que a él no le quiera cantar las cuarenta. Fijo que está de parte de su hermano.
-Siento interrumpir... ¿Puedo hablar contigo un momentito? No es para discutir... Quiero hablar, eso es todo. Por favor...
Miro a Seamus y este se encoge de hombros. Miro al pelirrojo y me dedica una pequeña sonrisa.
<<Sí. Es Fred.>>
-Bueno... Vale. De todas formas, nos estábamos despidiendo...
Seamus me acaricia la mano con su pulgar y me abraza, dándome un último beso.
-Hasta mañana, guapa. Y mucho ánimo, mi amor, eres la persona más paciente que conozco. Te quiero. -otro beso más y se separa, para su pesar. Me dirige una última sonrisa y desaparece, yendo hacia las escaleras y subiéndolas.
-Bien, fotocopia, no tengo mucho tiempo y tampoco te voy a dar demasiado. Escupe todo lo que quieras escupir y lárgate.
-No hace falta que me hables así, estoy de tu parte. Más o menos. ¿Podemos hablar como buenos amigos que somos? -me sonríe y yo frunzo el ceño.
-No eres mi amigo.
Me mira, sorprendido y lo veo encogerse, cambiando su sorpresa por tristeza, y casi parece suplicarme con la mirada que ojalá no le hubiera dicho eso.
-¿No?
-No. Dí todo lo que tengas que decir y márchate.
Vacila un poco, pero luego asiente y da un pas adelante.
-Yo... Lo sé todo. Me lo contaron Ginny y Hermione. Les hablé sobre mis sospechas de que a ti te gustaba George... Y me lo contaron todo. Sé que en parte no tienes culpa de lo que ha pasado, a pesar de que podías alejarte de él y tal... Y estoy muy enfadado con George por... Por varias razones, no solo porque te haya tratado así, pero eso no corre por mi cuenta decírtelo, si no por la de él...
-No quiero saber nada de ese estúpido, Weasley. Ve al grano.
Este suspira y vuelve a dar otro paso.
-Verás... No me pareció bien que cogiera a Katie solo para "vengarse" por así decirlo... ¡Oh, ¿qué más da?! ¡Te lo diré yo! ¡Le gustas, Rosie!
-¿A quién le voy a gustar?
-¡¡A George, tonta!!
Me quedo blanca. ¡Es decir...! ¡Ya lo sabía, me besó, y tal, pero...!
Que te lo confirme otra persona...
Cercana a él...
Y aún por encima su hermano gemelo, le conoce más que la madre que los parió...
Sin embargo, me hago la dura y me cruzo de brazos, mirándolo mal.
-Sin pasarse, Weasley.
-Perdón. -se apresura a decir, pero sigue con su discurso.- ¿Pero me has escuchado?
-¡Sí, sí te he escuchado! No soy tonta, ¿sabes?
-No quiero ser malo, pero... ¡LLEVA TODO EL MALDITO CURSO INTENTANDO QUE TE DES CUENTA!
-¿Que dices, tolai? -le digo.
-¿¡Y luego los besos en la mejilla!? ¿¡Y los abrazos!? ¿¡Y las caricias!? ¿¡Y los cumplidos!? ¿¡Mis indirectas!? ¿¡Y que te tatuara en la frente durante tres días "AMO A MI NOVIO, GEORGE WEASLEY"!?
Me mira con reproche y molesto y yo miro hacia un lado, intentando procesar la información que he recibido.
<<¿¡QUÉ!?>>
-No. Mentira.
-¡Mentira mis...! ¡Es cierto! Y lo sabes. Ahora sí lo sabes.
Ay Dios.
QUE LE GUSTO A GEORGE. LE GUSTO A GEORGE. ¡LE GUSTO A GEORGE...!
¡¡LE GUSTO A GEORGE!!
-¿Quieres decir que...? ¿Él...? ¿Durante todo este tiempo...?
-¡SÍ!
<<NO PUEDE SER.>>
Me llevo las manos a la cabeza y miro hacia la nada absoluta.
Dios.
¡MENUDA ESTÚPIDA ESTOY ECHA!
-Pero... ¿¡Cómo!?
-¿Cómo? ¡Te diré cómo! ¡Eres graciosa, amable, inesperada, adorable, simpática, inteligente...! Y por si fuera poco, molas mucho.
-¿¡Yo!? Mira, no quiero desconfíar, pero...
-¡No es tan difícil! Eres guapa, para él eres preciosa, ¿sabes?
-¿¡Yo!?
-Sí, tú.
-¡Pero vamos a ver...! ¡No tiene lógica!
-El amor no tiene lógica.
-¡Pero da igual! Es decir... ¡Yo...! ¡Yo no soy guapa! Siempre con el pelo enmarañado porque me cuesta dos mundos peinarlo, media loca de la cabeza, escandalosa a veces, ridículamente tímida muchas veces... ¡Y con gafas, una cuatro ojos...!
-Eso es mentira. Que los muggles te hayan hecho creer eso no signugica que se así.
Paro en seco.
¿¡CÓMO COÑO SABE ESO!?
-¿¡Y TÚ DE DÓNDE HAS SACADO ESO!?
-Lo sabe también George.
-¡Yo a esas dos las mato! ¡Las MA-TO!
Fred sonríe un poco y se encoge de hombros.
-¿Lo entiendes ahora?
-¡No!
-¿¡Cómo que no!?
-¡Sí! ¡No entiendo como puedo tener semejante retraso! ¡Es decir...! ¡AY SEÑOR! -a Fred se le da por reír y negar con la cabeza.
-A George le hiciste mucho daño cuando descubrió que te habías líado con Seamus, ¿sabes?
-De saber que le gustaba a George, nunca me hubiera dejado. Él me dijo desde el principio que le gustaba, ¡no tuve dudas con él! ¡MENUDA IDIOTA, MÁS TONTA Y NO NAZCO!
-Pues siento decírtelo, pero tienes razón.
-¡Y TANTO! -digo desesperada.- ¡Ahora George me odia, y no querrá saber nada de mí! ¡¡Y está con Katie!! ¡Y YO CON SEAMUS! ¡¡¡DIOOOS!!!
-A ver, tranquila. Tú quieres hacer las paces con él, ¿no?
Pienso. Claro que sí. Pero esa forma de hablarme no me ha gustado ni un pelo. Además, a pesar de descubrir que le gusté desde siempre... Estoy enfadada con él.
-Fred, él también me hizo mucho daño. No creo que sea el mejor momento estas semanas... Deja que pase un tiempo, ¿vale?
Me mira, no estando de acuerdo conmigo.
-Él tampoco está contento con Katie, Rosie... Y tú...
-¡Yo estoy muy contenta con Seamus, Fred! Él... Él nunca me contestaría de la manera que lo ha hecho tu hermano, y menos aún me intentaría dar celos. Por muy enfadado que él estuviera.
Ahora digamos que no tengo muchas ganas de pensar. Me acaban de decir que el chico que me traía loca y casi revoloteando a su alrededor, también está así por mí.
¿Alguno de vosotros recuerda la teoría de la magdalena y el pastel? Sí hombre, esa en la que yo era una magdalena y cualquier otra chica "decente" era el pastel.
Seguro que sí.
-George te sigue queriendo, Rosie.
-Pero ahora no sé si le quiero a él.
<<Claro que le quiero, ¿a quién quiero engañar?>>
-Claro que le quieres, atontada. Y debes decírselo. Demostrárselo. Vas a tener que dar tú el primer paso, Rosie, si quieres algo con mi hermano. Aunque te diré una cosa. O más bien te la preguntaré: ¿¡CÓMO ES POSIBLE QUE NO TE DIERAS CUENTA ANTES!?
-¡NO LO SÉ, JOLÍN! ¡ME PARECE IMPOSIBLE QUE EL BOMBÓN DE TU HERMANO LE GUSTE YO!
Fred me sonríe maliciosamente y alza la cabeza, confíado.
-Entonces... ¿Eso significa que yo también soy un pedazo de bombón?
-No te pases, ¿eh? -le digo.
-Bueno, vale...
-¡PERO ES QUE SOY UNA MALDITA PEQUEÑAJA, NO ES POSIBLE! ¡TÚ HERMANO TIENE MUY MAL GUSTO, QUE LO SEPAS! -Fred ríe y se abraza la tripa con un brazo, agachándose.
-Eso se lo dirás tú. Y créeme, tiene muy buen gusto.
-Sí, vale... Lo que tú digas.
-¿Y si le digo de quedar en los jardines con, qué sé yo, con alguien, y en vez de aparecer ese alguien apareces tú?
-Que no, pesado. Quiero pensar. Además, voy a darle el placer de "disfrutar" de su nueva novia. Eso por idiota y coger a otra chica y aprovecharse de la situación.
Ennarca una ceja y se encoge de hombros.
-Muy bien, como quieras.
-Me voy ya. Tengo un sueño que me caigo, y necesito dormir.
-Espera. Quería... Quería darte esto.
Saca un brazo que había quedado detrás de su espalda y me tiende mi regalo de navidad.
-Pensaste que estaba enfadado contigo... Cuando sí lo estaba. Mira que irse con Seamus...
-Es mi vida Fred, y créeme cuando digo que Seamus es muy buen novio.
-Pero un poco pesado con los mimos, ¿no?
Me quedo callada, mírandolo. La verdad es que a veces se pasa, pero no es nada que traspase el límite, a mí siempre me ha gustado que me demuestren cariño.
-Bueno... Que espero que pienses en lo que has hecho y en lo que me has dicho antes. Sé que soy tú amigo. No te puedes separar de mí. -sonríe.
-Ya, ya. -cojo todos sus productos de broma y sonrío.- Seguimos siendo amigos, Fred. Buenos amigos.
-Ven aquí, desastre... -me abraza como puede, intentando no estropear aus propios productos y al separarnos me mira. Durante bastante rato.
-¿Qué? -digo, cohíbida, odio que se me queden mirando sin razón aparente. Él se ríe y me muestra una pequeña sonrisa, más propia de George que de Fred.
<<Ojalá se hubieran intercambiado y fuera... Él quién está aquí...>>
Bajo la mirada y sonrío. Pero no quiero pensar en él, ¡tengo novio! ¡Un novio que me quiere muchísimo y que lo daría todo por mí!
-Bueno... Yo me voy... -digo, alzando la cabeza de nuevo y mirando a Fred que aparta la mirada cuando cuando mis ojos van hacia él.
-Claro, perdona. No pensé que fuera a llevar tanto tiempo... -ríe, sintiéndose algo culpable.
-Que va, hombre... Bastante hiciste con quedarte después de haberte dicho cosas tan feas antes... En serio, lo siento mucho...
-No es nada, Rosie. Me alegra haber arreglado las cosas. -sonríe.- Nos vemos mañana, supongo.
-Claro, hasta mañana. Y duerme bien.
Ríe y antes de irse me despeina, a lo que yo me quejo.
-Igualmente, ciruela, igualmente... -se va, dejándome allí sola, mientras pienso en su hermano gemelo, George.
<<No es justo... Debería haberme dado cuenta antes, no es justo... ¡Soy una completa idiota, tal y como decía él en aquella discusión!>>


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