¿Y si fueras a Hogwarts...?

"Quiero respuestas"

Voy caminando, caminando, caminando... Y camino, y camino, y camino... ¿Por dónde? Oh bueno... No sabría decirlo. Está muy oscuro. En serio, ¡es que no veo ni torta! ¿Cómo puedo caminar y no pegármela, eh? Oyes, es decirlo... ¡Y se hace la luz! Ay, por fin...
-¿Dónde estoy? -pregunto, frotándome los ojos.
Miro a mi alrededor y veo que estoy en el gran comedor... Pero está vacío. ¿Por qué razón? Miro a un reloj que hay por ahí, por alguna razón que me es desconicida, y veo que son las cinco de la mañana.
-Ja, claro, tonta, no hay nadie porque son las... Las cinco... De la mañana... Ay de mí como me pillen...
Miro a mi alrededor una vez más, asustada de que pueda entrar y pillarme alguien, pero al girarme hacia las mesas de nuevo, están llenas de alumnos, comiendo y bebiendo, acompañados de risas, sinrisas y divertidas conversaciones.
<<No sé que me asusta más, si ver de repente a mogollón de gente cuando no estaba ni la señora Norris o que lleve el uniforme de Gryffindor... Espera, ¿¡qué!?>>
Me miro la túnica y la corbata y sí, parece ser que soy de Gryffindor. Vaya. Camino, sintiendo que es una costumbre ya, aunque en la vida lo haya hecho, hacia la mesa de Gryffindor. Me siento y unos labios besan mi mejilla.
-Hola, cariño.
Es George, que me sonríe, y yo le sonrío también.
-Hola, amor.
<<¡AY DIOS! ¿¡EN SERIO HE DICHO ESO!? SEÑOR, MÁTAME...>>
George acerca su cara hasta la mía y, para mi sorpresa, me besa. En la boca. En los labios. Y lo encuentro sencillamente delicioso.
-Adoro cuando me llamas así. -me abraza y me besa en el pelo.- Te quiero, pequeña leona. Mi pequeña y adorable leona... -vuelve a besarme en los labios, y yo casi lo reclamo aún más cuando se separa.
-¡Buscaros una habitación! -oigo gritar a Fred, algo asqueado y al separarnos George y yo, nos reímos.
Cenamos, mientras hablamos de algo, no sé muy bien de qué, se me da por mirar a Seamus. Está hablando con una chica, no sé quién es, pero parece que se llevan muy bien. Me alegro por él. Se besan y luego, él mira para mí. Me saluda amigablemente y vuelve con su chica. Vaya, al final todo ha salido bien. Aunque espera...
Al principio de la mesa veo a Rubiales, conversando con Harry Potter.
<<¿¡Pero qué rayos...!? ¡Si esos dos se llevan a matar! ¿Y qué hace Rubiales con el uniforme de Gryffindor? Aquí hay algo raro... Algo muy raro...>>
-Cariño, ¿me escuchas?
-¿Eh? Ah, sí, cielo sí.
-Bien. ¿Entonces te parece llamarle a nuestro primer hijo "Fred"?
-¿El primero de cuantos? -sonrío.
-Oh, cariño, ya te dije que yo quería tener por lo menos ocho.
<<¿¡Qué!? No, de ninguna manera.>>
-Pero... Son demasiados...
-¿No quieres tener una gran familia conmigo? -pregunta, triste.
-¿Qué? Sí, pero...
Todo de repente cambia. El escenario ya no es el mismo. Me encuentro en uno de los pasillos, mirando como una pareja se besa. Y yo lloro.
<<¿Por qué estoy llorando? No creo que... Espera, ¿¡esos no son...!?>>
-George... -George besaba con una pasión irremediable a la chica con el que lo vi hace tanto tiempo.
Caigo de rodillas en el frío suelo y al darse cuenta de mi presencia, se separan.
-¿Por qué? -pregunto, con la voz rota.
-Rocío... ¿No lo ves? Tú y yo no estamos hechos el uno para el otro. Fue divertido mientras duró.
Lloro por sus duras palabras y siento como mi corazón se desgarra poco a poco.
-Ella. -atrae hacia él a la chica que besaba, la tal Katie.- Ella quiere tener mis ocho niños, Rocío. Además, mírala. Es guapa, sexi, y mucho más mujer que tú. No aparenta una niña como tú.
-¡No soy una niña! ¡Y puedo demostrártelo! -grito, triste y furiosa con él. Pero mas triste.
-¿Ves? Un berrinche. Típico de una niñita incapaz de madurar.
Me quedo callada, intentando asimilar lo que me ha dicho, pero no puedo. Simplemente no puedo. Lloro y grito del dolor que siento por dentro y me abrazo a mí misma. Oigo a George y a la chica reírse de mí y, a tropezones, logro salir corriendo, pero al girar la esquina, me encuentro con Seamus y con su nueva novia.
-Lástima que no me eligieras a mí en el momento. No estarías así.
-Seamus...
-Lamentablemente, he encontrado el amor en otra persona, Rosie. -sonríe feliz.- Nos casaremos y tendremos una familia.
Se va con su chica y yo los miro, triste.
-¿Por qué? ¿¡Por qué!?
-¡Porque eres una estúpida!
Me giro y me encuentro con Justin. Estoy en la sala común de Hufflepuff. Y vuelvo a tener mi uniforme.
-¡Te dije que ibas a salir dañada por George! ¡Todo este tiempo dándote consejos para que me desprecies así! ¡No mereces ser mi amiga!
-Justin... -suplico.
-¡Eh, mirad todos! ¡La niñita nueva llora por no conseguir lo que quiere!
Me encuentro en los jardines ahora, al lado del lago negro y estoy rodeada por chicos y chicas de todas las edades, que me observan y se ríen de mí.
Yo escondo la cara entre mis manos y lloro, suplicando que todo este sufrimiento pare.
-¡Parad, por favor, parad! ¡Dejadme en paz! ¡Dejadme en paz!
Sin embargo no paran y grito. Grito de rabia, de tristeza, de miedo. Quiero volver a casa...
-¡Mamá, papá! ¡No quiero estar aquí, no quiero estar aquí, quiero volver a casa!
Las risas son cada vez más fuertes y yo vuelvo a gritar, pero no sale ningún sonido de mi garganta. Grito todo lo que puedo, pero sigo sin tener voz.
-¡¡Quiero salir de aquí!! -me sale, sin que yo diga nada.
...