-George, puedo con yo con mis cosas...
-No me pesan, de verdad. Soy todo un caballero, y los caballeros deben llevar el equipaje de su dama. No deben hacer tanto esfuerzo.
Resoplo. Lleva todo el día de hoy con eso.
-Dame la guitarra, te la llevaré.
-¡Ah no, amigo, esto no se toca! -me aferro a ella como si fuera una lapa y la acaricio.- Esta reliquia... ¡No se toca! ¡A no ser que sea yo... No se toca!
-Ay, Rosie, faltaría a mi papel de caballero...
-No, porque apenas pesa.
-¿Y no me dejarías comprobar si, por lo menos, pesa o no?
Lo miro, algo desconfiada.
-Mm... Bueno vale. ¡Pero ten cuidado...!
-No te preocupes, no le haré nada.
La coge, con cuidado, y eso me infunde confianza. La correa se la pone al hombro, y la guitarra sujeta por esta, a la espalda.
Me sonríe y se acerca a mí.
-¿Qué? ¿Pesa? -le digo y el vuelve a sonreír. ¿Que le pasará por su cabeza?
-Te vas a enfadar.
-¿Qué?
-Que te vas a enfadar conmigo. -ríe.
-¿Por qué? ¿Qué has hecho ya? -río, contagiándome de su preciosa risa. Él se encoge de hombros y procura ponerse serio.
-Pero puedo repararlo antes de tiempo... -me coge la cara con las manos y me acerca a él, inclinándose un poco.
Mi rojo se dispara y mis ojos van a sus labios. Él entrecierra los ojos y yo sé lo que va a pasar. Aunque me pilla por sorpresa al principio.
Estampa sus labios con los míos y los mueve, suavemente, como tanteando el terreno, un terreno que es nuevo para él, o por lo menos, casi nuevo, porque ya lo ha probado una vez. En navidades. Y la verdad, no sé si le encantó o qué.
Al separarse, casi lo reclamo, recordándome a mí misma a Seamus.
Sacudo la cabeza, olvidándome en seguida de él y centrándome en este hombre alto, pecoso y pelirrojo. Oh Dios, ¿por qué has creado semejante bocadito de chocolate? Dulce... Mm...
-Me gusta como besas. -dice, con una de sus sonrisas.
-Gracias... -susurro, alagada.
Ríe, supongo que por el rojo que tengo en la cara. Luego coge mi equipaje y se echa la mano a la correa de la guitarra. Extiendo los brazos. Me la va a devolver. Quizás pueda enseñarle a tocar la guitarra...
-Lo siento Rosie. No te enfades demasiado...
-No entiendo nada de lo que dices. -sonrío.
-Bueno... El caballero debe de irse... ¡A dejar todo el equipaje en el tren, ahora que ya lo tiene todo! ¡Gracias por la guitarra, preciosa! -echa a correr al tren y yo me lo quedo mirando, como desaparece hacia el tren.
<<¿Se acaba de...? No, no lo ha hecho... ¿Y mi...? ¿¡Y mi violín!?>>
-¡GEORGE WEASLEY! ¡VUELVE AQUÍ AHORA MISMO!
Echo a correr hacia el tren como alma que lleva el demonio y al subir al tren, lo busco con la mirada. Veo un par de cabelleras rojas, doblar para entrar a un compartimento y corro hacia ellos.
-¡VOSOTROS DOS, VENID AQUÍ, PANDA DE...!
Me choco con alguien y sin mirar quién es, me disculpo.
-Perdón. -echo a correr de nuevo, pero alguien me coge por las caderas. Al girarme me encuentro con una sorpresa, aunque no... Especialmente buena, la verdad.
-Esto... Hola.
-Hola, bonita. -me dice... ¿Cómo se llamaba? ¿El chico de Slytherin que se me declaro por carta? ¿El negrito chocolate tan guapo, aunque en la definición de "Guapo" aparece una fotografía de George? Sí, vale, confieso que este no está nada mal, pero me quedo con George, definitivamente.
Lo miro, algo cohíbida y él sonríe, confiado, pero con algo de amabilidad.
-Cuanta prisa, ¿no?
-Pues... Sí, lo siento mucho, yo... -me sorprende dándome un giro, como si bailáramos, y me inclina, dejándome casi de forma horizontal. Me sujeta y se inclina sobre mí, muy cerca de mi cara. Me pongo roja.
-No me pidas perdón, casi lo agradezco.
-Eh... ¿Eh?
Ríe, dejándome ver dos hileras de dientes blanquísimos.
-Llevo buscándote desde el la semana pasada. No me había enterado hasta entonces de que habías roto con Seamus. Y que estabas libre. -me levanta y me acerca a él todo lo que puede, arrinconándome en la pared y pegándose a mí.- Así que... Ahora no va a haber nadie que me interrumpa.
-¿Interrumpa? -susurro. Me acaricia una mejilla y me da un beso en ella apenas perceptible.
-Interrumpirme en mi intento de cortejo. -me susurra en el oído, provocándome un escalofrío.
-Y... Bueno, no sé si lo sabes... -me da otro beso, más perceptible esta vez y yo me acurruco en la pared, para apartarme de él.- Pero soy... Soy sangre sucia, osea...
-¿Te llamas sangre sucia a ti misma? No voy a dejar que hagas eso. -una mano va hacia mis caderas y la otra me acaricia una mejilla. Me besa la contraria, repetidas veces y sonríe.
-Pero... Pero tú tienes... Altos prejuícios, y... Bueno...
-A mí eso... Mucho no me importa la verdad. Si solo lo digo... Es por Malfoy. Me mataría si no pienso así. -me da un beso más y lleva mis brazos a alrededor se su cuello, para que lo abrace, aunque yo me quedo como estaba, y él se pega más.- Dime... ¿Y si llevamos esto a un compartimento y allí...? Mm... Me entiendes, ¿verdad?
-Eh... Bueno... Que no te moleste, pero...
-Oh, te como, que dulce... -me besa, bajando por mi cuello y yo vuelvo a estremecerme.
-Eh... Yo... Yo tengo que irme, así que...
-¿Irte? ¿Tan pronto?
-Sí... Me voy ya...
-No, tú no te vas.
-No, a ver... Es que no quiero... De verdad... Lo siento, pero no.
-Te disculpas por todo, increíble. -me da un beso, cerca de los labios y yo me inclino para apartarme de sus labios.- Oh, ¿te apartas?
-Ya te he dicho que no quiero...
-¿No quieres qué?
-No quiero líarme contigo...
-¿Y por qué no? -intenta atrapar mis labios y vuelvo a inclinarme.
-Porque no. ¿Te digo una cosa? Corté con Seamus porque me gusta otro chico.
-¿Y soy yo?
-Esto... No...
-Bueno, si dejaras que te besase, a lo mejor cambias de idea...
-No, no quiero.
-¿Y quién te gusta?
-No es de tu incumbencia, déjame ir.
-Oh, no, amiga. Llevo mucho tiempo esperando este momento. Vamos, te gustará...
-¡Que no quiero, coño!
-Grr, la pequeña saca sus garras... -se aferra a mis caderas y yo no aguanto más. Lo empujo, intentando salir de ahí.
De refilón, veo a quién no podría estar aquí, George, junto a Fred. George tiene cara de no creérselo y de querer venir a donde estamos nosotros, con muy mala leche, y Fred lo para, convenciéndolo de que espere.
-Vamos, pequeñina...
-¡Que no tío, que no!
-¿Te atreves tú, una hija de muggles y aún por encima Hufflepuff, denegar mi petición?
-¡Sí, me atrevo! Primero dices que no te importa que sea hija de muggles y ahora...
-Me gustas, pero no quiero ser rechazado.
Me aprieta contra él y se inclina sobre mí.
<<¡Se acabó! ¡No quiero, Y NO QUIERO!>>
Lo empujo y me aparto de él, con el ceño fruncido. Y sin pensármelo, levanto la mano y le abofeteo la cara, muy fuerte.
-¡Seré hija de muggles y de Hufflepuff, pero estoy orgullosa de ello! ¡Y tengo dignidad! ¡No voy a caer tan bajo, eres un faltón!
Y me giro, yéndome triunfal hacia donde están los gemelos. George tiene una sonrisa satisfecha y Fred aplaude y silba.
Cuando llego a su altura miro a George, enfadada.
-¿¡Dónde está mi GUITARRAAAAA!?
George traga saliva y se echa para atrás, corriendo luego hacia el compartimento.
-¡GEORGE, VUELVE AQUÍ! -corro hacia él y entro en el compartimento donde está él. Cierro la puerta y lo miro furiosa.- ¡Te has llevado mi guitarra sin permiso, te has llevado también mi violín...! ¡Y NO TENÍAS PERMISO, VEN AQUÍ!
George me atrapa entre sus grandes brazos y yo intento apartarme, pegándole en los brazos.
-¡Suéltame, suéltame, te estoy echando la bronca y...!
Sus labios vuelven a posarse en los míos y los posee con fuerza, mientras me abraza.
-Mm... ¡Mm! -me quejo, pero en nada dejo de hacerlo. Sus labios son tan suaves y tan sabrosos... Y... Tan... Juguetones...
Creo que todo enfado se ha marchado...
Suspiro y paso mis brazos por su cuello, acariciando el pelo de sus nuca, haciendo que se estremezca. Se le escapa una sonrisa en medio del beso y me aprieta contra él, para después separarse.
-Lo siento... Pero te avisé. Te dije que te enfadarías.
-¡Pues no haberlo hecho!
-Quería ser todo un caballero.
Suspiro.
-Dios, ¿has montado todo este pollo... Porque sí?
-Mm... Creo que sí.
Miro al techo. Este chico no tiene remedio.
-¿Te gustó?
-¿El qué?
Vuelve a besarme y se separa en nada.
-Esto. -ríe.
Me pongo colorada. Claro que me gusta, ¿qué pregunta es esa?
-Sí... -vuelvo a ponerme roja y George vuelve a reír.
-Me alegro. Porque...
-¿Hola? ¿Habéis terminado ya de besaros y todo eso? ¡Quiero entrar! -grita Fred desde fuera, mirando con curiosidad por el cristal de la puerta.
-Que cotilla. ¡Sí, hemos acabado, arruína-momentos! -dice George, separándose de mí y yendo hacia la puerta. La abre y le da una colleja con la mano abierta.
<<Uf, esas son las peores...>>
Me río interiormente, pero con una gran sonrisa en los labios.
En serio, me voy a pasar estas vacaciones partiéndome de risa...
![](https://img.wattpad.com/cover/109689469-288-k17952.jpg)
ESTÁS LEYENDO
¿Y si fueras a Hogwarts...?
FanfictionEstás aburrida en casa sin nada que hacer, y como de costumbre, tu madre necesita que le hagas unos recados. Cuando vuelves a casa, decides coger también el poco correo que puede haber en tu buzón. Lo revisas y... ¿Qué tenemos aquí? Vaya, tienes una...