Ligoteo...

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-¿Y dónde está Dean? -le pregunto a Ginny.
-Con Seamus y Neville. Habíamos quedado en vernos cuando tuviéramos oportunidad, y... En fin, me daba algo de cosa ir yo sola...
-Oh no te preocupes. ¿Estáis saliendo?
-¿Qué? ¡No!
-Ah... Bueno yo...
Me he metido en un marron y no sé como salir de él.
<<Muy bien Rocío. Si señor. Aplausos por favor, en serio, menuda genio estas hecha...>>
-Aunque bueno... -me empieza a decir Ginny.- Es mono.
Sonrío de forma maliciosa mirandola. Lo sabía...
<<Ahí va a haber algo seguro. En un futuro, no muy lejano...>>
No tardamos en llegar, y justo al abrir la puerta de dicho compartimento, nod encontramos a los chicos en plena comida. Envoltorios de ranas de chocolate, plastiquitos de piruletas agrias y cajas de grageas de todos los sabores bañaban el suelo del sitio.
-¡Estáis hechos unos guarros! ¿Habéis visto como tenéis todos esto?
-Hola a ti también Ginny... -dice Dean.- Y a ti también Rocío.
-Tenemos ojos, gracias Weasley. -le dice Finnigan a mi amiga con cierto tono de dejadez. Sin embargo al verme a mí cambia de actitud por completo.-Hola Rocío.
-Hey. Buen provecho a los tres.
Este se ríe y los tres me dicen gracias. Neville nos hace pasar y cierra la puerta del compartimento a prisa, ya que su sapo saltaba hacia esta con intención de salir a ver mundo. Otra vez.
-Sentaos, sentaos. -dice Dean con una sonrisa, llevándose a Ginny a su lado para sentarse los dos.
<<Mm... Con que no tienen nada, ¿eh?Algo esconden... Pero mejor no meterse.>>
Seamus hace sitio quitando envoltorios de su lado y palmea el sitio libre, invitándome a que me siente a su lado. Dudo, pero acabo por aceptar, no voy a dejarlo mal... Y tampoco me voy a quedar de pie como una tonta...
Me siento y Seamus, confiado, se acerca a mí. Dean, Neville y Ginny tienen una interesante conversación sobre Quidditch, pero no tengo ni idea de que comentar o a quién darle la razón. Al parecer, están discutiendo sobre qué equipo es mejor.
-Y dime... ¿A que colegio de magia ibas? ¿Beauxbatons? Una chica como tú... Aunque no tienes acento francés... O lo disimulas muy bien. -Seamus entabla conversación, mientras se acerca un pelín más. No puedo evitar que las mejillas se me tiñan de un rojo poco notable.
-No lo disimulo ni lo tengo. La historia es algo larga, si no tienes nada que hacer en las próximas horas...
-¿Eso implica estar contigo? Entonces no tengo nada que hacer en todo el día, no.
Me sonríe socarronamente, me supongo que está intentando ligar. Me hace gracia, por lo que le sonrío también.
<<Menudo casanova...>>

Termino de contarle la historia, un poco cortada por el simple hecho de que no me ha quitado la mirada de encima... Aunque a mí no me parece un hecho tan... Simple.
-Fascinante. Hija de muggles, ¿eh? Yo soy mestizo.
-¿Cómo mestizo? ¿Uno de tus padres es mago y el otro no?
-Justo. Mi madre es bruja y mi padre muggle.
-Tuvo que ser épico cuando tu padre supo la verdad.
-¡Y tanto! Dicen que la cara de mi padre fue épica cuando supo que mi madre podía hacer "ciertas cosas" -se ríe.
-Me lo imagino. -me río con él.
-Y... Estarás en Gryffindor, ¿no? Siendo sinceros, te echaría de menos si no fuese así.
Me pone un brazo sobre los hombros y me mira, interrogante.
<<Primero la fotocopia... Es decir, George, luego este... Estoy en racha...>>
-Pues... Eso tendrá que decidirlo el sombrero seleccionador. -le digo con una sonrisa tímida.
-Pues espero que, por su bien, decida correctamente. No me gustaría tener unas palabritas con Dumbledore...
-Tienes razón, no te gustaría. Saldrías perdiendo. -le digo riéndome y él también se ríe.
-Exacto. ¿Ves? Son todo ventajas el que vengas y estés conmigo... Bueno, con nosotros. -rectifica.- Estarías mucho más a gusto con tus amigos, conmigo, el sombrero no tendría problemas... Y yo tampoco.
Nos reímos un buen rato los dos, mientas compartía sus grageas de todos los sabores conmigo. Que buen chaval, será un ligoncete, pero me cae bien.
-¿Qué te ha tocado?
-Una con muy mala pinta...
Una gragea de color amarillo pus con lunares amarillos asquerosos me amenazaba con hacerme pasar un mal rato.
-No te fíes de las apariencias. Las que tienen mejor aspecto suelen ser las peores. -me dice Seamus animándome.
Asiento, algo más segura. Me la meto en la boca sin pensar.
-Mastica. Si no, no sabrás a que sabe.
Con algo más de miedo, la muerdo varias veces. Al principio no me sabe a nada, por lo que, aliviada, la mastico confiada, pero tras unas mordidas más...
-¡PUAJ! ¡QUÉ ASCO!
Busco algo dónde escupirla pero no encuentro nada, por lo que opto por coger un envoltorio de rana de chocolate que hay en el suelo y escupir la maldita y asquerosa gragea. Justo me agacho cuando...
-Hola chicos. Soy George, no preguntéis. Buscaba a Rocío para...
Justo escupo y miro hacia arriba para encontrármelo mirándome.
<<Oh no. Oh no, oh no, oh no, oh no... ¡NO PUEDE SER, JUSTO AHORA!>>
-Grageas, George, grageas. -le dice Seamus.
Como si comprendiera, se echa a reír, apoyándose en el marco de la puerta junto con Seamus. Los demás, que hasta ahora no se sacaron los ojos con la discusión de milagro, nos miran, sabiendo que se han perdido algo. Me pongo igual de roja que el pelo de Ginny y George, y Seamus tira de mí para que me siente a su lado de nuevo.
-No te preocupes... -dice medio riéndose con la risa de George de fondo. Se podría decir que está pir los suelos...- A todos nos ha tocado una malísima.
-¡George, deja de reírte! -le dice Ginny a su hermano, comprendiendo lo que había pasado.- Te traeré un poco de agua, Rocío.
La chica sale, dándole una colleja a su hermano, pero aún así este no se callaba.
<<Me arde la cara...>>
-Adorable. -dice Seamus mirándome a mí y luego a sus compañeros, que asienten de acuerdo.
<<A ver, ya está bien, ¿no? Yo creo que ya he pasado por bastante...>>
-Debía de tener muy mal sabor, eso sí... ¿Vómito? ¿Huevo podrido? -<<Por favor, cállate, voy a vomitar...>>- En cualquier caso... -se me acerca demasiado hasta tener su cara a centímetros de la mía y mi cara arde tanto que hasta creo que lo puede notar él.- Estoy dispuesto a sacrificarme y a compartir el sufrimiento. Te daré un beso, y se te pasará el mal trago.
No quiero hablar porque mi aliento será asqueroso pero me dan ganas de gritar "¿¡QUÉ!?"
George ha parado de reír en seco y nos observa a los dos. Yo niego con la cabeza y pongo mi mano sobre mi boca para hablar.
-Que buena acción por tu parte, pero en serio, no hace falta...
-Que mona, si se pone la mano en la boca para hablar... -me la coge suavemente y me la aparta.- De verdad que no es molestia.
-Sí, sí ya, pero... Pero...
Se acerca a mí lentamente con los ojos de todos sobre nosotros hasta que...
-¡Rocío, Hermione te necesita, es una cosa importante, importantísima, por eso te buscaba! -George me coge del brazo y casi arrastrándome me saca de allí justo cuando llega Ginny con un vaso de agua.
-Eh, ¿a dónde váis?
-¡Pregúntaselo a don Ligón Finnigan! ¡Sabrá qué contestarte! -le responde su hermano algo molesto.
Vamos corriendo, bueno, él va corriendo, yo estoy siendo arrastrada porque aún estoy en trance. Al cabo de un tiempo, nos metemos en un compartimento algo más pequeño, pero solitario, y es ahí donde pregunto:
-¿Qué acaba de pasar...?
-¿No lo has visto? -me dice.- Tienes ya a alguien como candidato para novio, Rocío. Yo que tú tendría más cuidado.
Se me viene a la mente sin querer cuando yo estaba agachada escupiendo todo y el riéndose de la escena. Vuelvo a ponerme roja.
-Gracias por el consejo... ¿George? -asiente, con una pequeña sonrisa.- Pero no lo he visto venir. Le he conocido hoy. Al igual que a todos vosotros, exceptuando a Ron y a Hermione...
-Y sin embargo es como si te conociéramos de toda la vida... -dice él, cosa que me alaga.
-Vaya, gracias George.
-De nada.
-¡Tú también...! ¡Estás en racha! -le digo con un golpe amistoso en el hombro.- Van dos veces que salvas a esta patosa de meterse en problemas... Lo gracioso de todo esto es que no sé ni yo misma como me meto en ellos. -se ríe con esto último.- Pero aún así... Gracias. Una vez más.
-Las que hagan falta, mujer.
-Y cualquier cosa que necesites... No dudes en pedírmela, si puedo ayudar, haré lo que sea.
George se queda pensativo y luego sonríe de maner maliciosa.
-Creo que mi hermano y yo te tomaremos la plabra...
-Eso sí, no os aprovechéis. Que soy nueva. -le digo con los ojitos más inocentes que puedo poner.
-Descuida. -me despeina, a lo que yo intento escapar, pero no lo consigue.- ¿Una rana de chocolate? Te quitará ese mal sabor que debes tener aún.
-¡Buena idea!
Abrimos la puerta del compartimento y salimos en silencio con la mirada de algunos que pasaban a nuestro lado. Han de pensar que salimos de ahí porque...
-Oye, ¿y qué sabor te había tocado?
-Huevo podrido.
-Qué asco. -me dice haciendo una mueca de lo más divertida, lo que hace que ría.- Cuando yo probé las grageas por primera vez, tenía cinco años junto con Fred, me acuerdo como si fuera ayer. A él le había tocado una de fresa y a mí una césped.
-¡Ostrás tú...!
-Lo que pasa es que ya estaba acostumbrado al sabor. Nuestra madre, cuando iba a desgnomizar el jardín, nos dejaba a mí y a Fred a nuestro aire. Éramos la bomba. Mientras que Fred jugaba con su escoba de juguete, yo me dedicaba a comer la hierba de los alrededores, cual vaca. -se me caen lagrimones de lo que me río al oírlo. ¡Me lo he imaginado y todo!- Paré de hacerlo cuando un día me comí un cacho con una araña. Escupí, y aunque no lo creas, la araña correteaba por ahí, después de los horrores que habría visto en mi boca. Corrí hacia el baño de nuestra casa y me lavé los dientes ocho veces.
-¡Qué asco...! -me digo ríendome.
George reía al oírne reír, por lo que causábamos gran estruendo porblos pasillos. Es un chico realmente divertido, con cosas que contar, ya sean anécdotas o no. Me da que con él, el silencio incómodo estando los dos no es una opción.
-Menudo fenómeno. -le digo entre risas.- El "chico vaca" te voy a llamar ahora.
George al oírme ríe demasiado alto, alertando a algunos, que hasta salen de sus compartimentos para ver que ocurre.
-¡Shh, no rías tan fuerte, loco!
-¿¡Cómo pretendes que no me ría después de haberme llamado "chico vaca", eh!?
Tiene razón. Me río yo también fuerte y nos apoyamos el uno en el otro para no caer mientras andamos. Estamos un buen rato así hasta que la cosa se logra calmarse. No ha sido fácil, ya que cuando pensaba que por fin se habían terminado las risas, George rompía otra vez a reír y yo con él.
-Oye, tengo una pregunta.
-Pregunta. -me dice todavía medio riéndose.
-¿Qué es desgnomizar el jardín?
Se ríe, pero no tanto como la otra vez.
-Pues lo que la palabra dice. Dejar sin gnomos el jardín.
-¿Hay gnomos en tu jardín?
-Sí, en el mío y en el de todos. Y son unos cansinos. Te estropean el jardín haciéndote agugeros y boquetes por todos lados.
-En otras palabras, son como los topos.
-Más o menos, sí. Pero estos son un incordio. Tienes que lanzarlos bien lejos para que no vuelvan.
-¡Ala, que chulo!
-¿Que chulo? -se ríe por millonésima vez- Te invitaré a casa cuando mi madre me pida que lo haga por ella...
Me río, aunque me hubiese gustado decirle "¿Ah sí? ¿Sólo me invitas para hacerte las tareas? ¡Qué descortés, que menos a, no sé, a pasar la tarde riéndonos de más estupideces!" pero... Mejor quedarme callada.
-Mira, ahí está la señora del carrito ¡Eh, oiga! ¿Nos da dos ranas de chocolate por favor?
La señora asiente cin una sonrisa y al darnoslas George entrega el dinero por los dos.
-¡Eh, oye! ¿Qué...?
-Invito yo. -me dice, guiñándome un ojo, y por algún motivo que desconozco, mi cara vuelve a arder.





Uy uy uy... Como pintan las cosas por aquí... 🌚 Yo no digo nada XD
Otra vez me ha salido largo. Creo que a partir de ahora los haré así, ¿qué me decís?
No hace falta que os lo diga, ¿verdad? ¡Disfrutadlo mucho, mucho, mucho! ;3

¿Y si fueras a Hogwarts...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora