¿Y si fueras a Hogwarts...?

No... Puede ser...

Rocío

Al final no he necesitado la tila esa. Me he enfadado tanto que terminé dormida. Y sin pesadillas, que es lo que más me ha sorprendido. Bueno... Miento, no me quedé dormida por enfadarme tanto, si no que... Bueno... Luego me dió el bajón y me volví a meter en la cama. Estuve llorando, un poquitín solo, que conste, ¿eh? Pero es que... ¡Odio que sea tan celoso! ¡Y por más explicación que le busque...! ¡No se la encuentro! A no ser que le guste, es la más normal, pero vuelvo a repetir, ¿qué vería un chico como George en mí, teniendo a todo un colegio detrás, eh? Nada. Yo soy normalita. ¿Por qué te quedarías con lo normal pudiendo coger lo espectacular?
Imagínaos que os dan una magadalena. No preguntéis, solo imaginadlo. Y luego una tarta de tres pisos de chocolate, con merengue, con nata montada (o como os guste a vosotros) Que guay, ¿no? El dulce es siempre bienvenido. Pero... Solo podéis quedaros con uno. ¿Os quedaríais con la magdalena? No, ¿verdad? Os quedaríais con la mega tarta de vuestro sabor favorito. Y, aún por encima, os duraría mucjo más que un magdalena simplona. Para un aperitivo está bien, ¿pero para una buena tarde? ¿O para una semana teniendo de postre esa rica tarta? Mi caso es igual. George no me escogería a mí. Por lo que pierde toda lógica que yo le guste. Es por eso por lo que lloraba, aparte de que no me gusta tener malos rollos con la gente... Y menos... Con el chico que me gusta...
Bueno, no nos deprimamos más. Al final dormí. Y seguiría, pero unos cosquilleos en la cara me despiertan. Me toco la cara, me rasco, y vuelvo a intentar dormir. Así cinco veces. Y nada. Los cosquilleos siguen. No les hago mucho caso hasta que noto, y os lo cuento como lo he vivido, una respiración a milímetros de mi cara. Es entonces cuando me doy de golpes en la cara y la rasco, pensando a saber qué era eso. Me levanto de golpe y abro los ojos. No hay nadie. Salto de la cama y abro las cortinas, viendo si hay alguien. No hay nadie, de nuevo. Me rasco la cara, ya que me pica un poco, y noto algo raro. Voy al baño y al verme la cara... Tiemblo. Hay una frase escrita en mi cara.
No pienso. Corro a mi habitación y la miro alrededor. Tiene que haber lguien por aquí cerca, acabo de notar una respiración el la cara y cosquilleos. No puede abdar muy lejos quién me haya hecho esto. Un momento...
Vuelvo al baño y leo, como puedo, ya que el espejo pone las letras del revés, lo que han escrito en mi frente con grandes letras:

AMO A MI NOVIO, GEORGE WEASLEY.

-Dios... Mío... -susurro, aterrada.- No... No puede ser... -me toco donde está la frase e intento borrarla. Primero con los dedos, luego con saliva, luego con agua, y por último, con jabón y un estropajo.
No sale.
No sale con nada.
Lágrimas empiezan a caer por mis mejillas y, por muy loco que suene, intento borrar la frase con ellas.
Y nada.
Me tapo la cara con las manos y me arrodillo en el suelo, destrozada.
<<¿Pero qué le he hecho? ¿Qué le he hecho para merecer esto? Si el que ha estado haciendo cosas malas ha sido él, no yo, yo no he gastado bromas... Solo he defendido a mis amigos... ¿Por qué?>>
Lloro, y cuando oigo cuando alguien entra, me apresuro a limpiarme las lágrimas, pero no puedo parar.
-¿Rocío? -es Hannah quién ha entrado en la habitación, y a mí se me escapa un sollozo.- Está a punto de comenzar la cena de Halloween, ¿vienes? -se asoma por la puerta y en seguida corre hacia mí y de arrodilla para abrazarme- ¡Rocío! ¿Qué...? ¿Qué ha pasado?
No me aguanto las ganas y lloro, desconsoladamente y la abrazo. Ella, que ha visto algo en mi frente, me aparta el flequillo y me mira aterrorizada.
-No puede ser... ¿Esto...?
-Los... Los ge-gemelos... ¡Han si-sido ellos! -lloro de nuevo y me escondo de nuevo con las manos.
Todavía estoy en trance por la frase. ¿POR QUÉ ESA FRASE? ¿Por qué "Amo a mi novio, George Weasley"? ¿Por qué expecíficamente "novio"?

¿¡Qué problema tiene este hombre con las relaciones!? ¡Porque no entiendo a qué viene! ¡Primero los celos, luego esto...! ¡Voy a acabar por pensar que este tío quiere algo conmigo, porque...! ¡La teoría de la magdalena tiene sentido, pero es que joder...!