"¡TE VOY A MATAAAR!"

114 12 11
                                    

George

Rosie se escapa de mi intento de abrazo, y yo estoy por ir detrás de ella, pero me da que el verdadero problema está en la habitación. En esta habitación. Vamos, me da la sensación.
-Fred... ¿Qué ha pasado?
Fred está nervioso, muy nervioso, tal y como estamos nosotros dos cuando sabemos que nos hemos metido en un lío muy gordo. Se rasca la nuca, se pasa una mano por la frente... Sí, está nervioso.
-¡Fred!
-¡Yo... Yo...!
-¿¡Qué has hecho, Fred!?
-Rosie... Rosie me ha confundido contigo.
-¿Y llora por eso?
-Ella... -sigue.- Ella se declaró, nombrándote a ti, pensando que yo era tú... Dijo que te quería muchísimo, y que si querías ser su novio...
-¿¡QUÉ!?
<<¿¡Y VOY YO Y ME LO PIERDO!? ¿¡EN SERIO!?>>
-¡¡De verdad, qué mala suerte tengo!! ¡Siempre me pierdo...!
-Ella se acercó a mí, y yo intentaba decirle que yo era Fred... Pero no pude...
-Espera, ¿qué?
-Y... Y se estaba poniendo nerviosa, se acercó a mí, me pasó los brazos por detrás del cuello y... Me besó.
Paro de pensar de repente. ¿Cómo que lo besó? ¿Cómo que Rosie ha besado a Fred, en lugar de mí? ¿Cómo...? ¿¡Cómo es posible que mi hermano no fuera capaz decirle nada!? ¿¡Cómo no la apartó, incluso si es bruscamente, y le dice que George no era él!? ¿¡CÓMO ES POSIBLE!?
-George, tengo que confesarte algo... Ultimamente decías de verme muy raro, y me decías que había alguna chica por ahí... No ibas mal encaminado, ¡y me siento muy mal por ello...! Pero... George... Tú sabes que siempre nos gustó lo mismo, que siempre elegíamos lo mismo... Pues... Bueno... Rosie me gusta, George.
<<...>>
¿Qué? No. No, es mentira. Fred no. Mi hermano gemelo, mi cómplice, mi otra mitad, no puede estar enamorado de Rosie, de la preciosa ciruela... No puede, sabe que yo estoy enamorado de ella, le he contado como me siento, lo que haré con ella en el futuro... Y me ha apoyado, siempre buscaba la manera de ayudarme para poder estar más cerca de ella cuando Rosie escapaba de mí... No puede ser posible...
-No me gustó desde siempre, como te pasó a ti... Pero... Ella... -suspira, pasándose la mano por el pelo y paseando por la habitación. Yo estoy flipando en colores, que no... Que no, que no, que me niego, que no, que Fred nunca me haría esto...- La quiero George. Pero soy consciente  que tú la quieres, además, la has visto primero, y ella te ama con locura... Llevo arrepintiéndome de estos sentimientos desde navidad... Yo... Fui a su casa haciéndome pasar por ti. Quería ayudaros a avanzar las cosas, a echar algún que otro ligoteo para ayudarte... Y... Acabé cayendo... Y... La besé. Ella en seguida vió que yo no era su George, y me apartó de ella, también me pegó un puñetazo que hizo que me sangrasen las narices, pensó que era un cualquiera que había tomado una poción multijugos...
<<...>>
Espera, espera, espera... ¿Que ha ido a su casa? ¿A ayudarme a mí con Rosie, y ella lo descubrió? ¿Y antes de eso él...? ¿Él la...?
¿Él la besó antes que yo?
Bueno no, yo la besé en la enfermería, pero aún así...
Fred... Fred, él...
Claro. Ahora todo tiene sentido. Antes nos distinguía, pero ahora no. Le ha montado un cacao tremendo por culpa de sus sentimientos. Por culpa suya... Ella ahora se siente culpable. Por culpa suya... Ahora ella estará llorando, pasándolo fatal, pensando en a saber qué cosas. Todo por culpa suya... Me la quiere robar, siempre fue el más popular entre las chicas de los dos, y ahora está celoso porque yo estoy con el amor de mi vida. Quiere undirnos. A mí y a ella. Y cuando ella caiga, se la llevará con él, y tendrá con ella todos mis sueños, todos mis deseos que le conté. Frunzo el ceño.
-Decidió no contártelo para no preocuparte... Y... En San Valentín... Le envié una carta desde el anonimato para hacerle saber que la quería...
-¡TE MATO! -grito, fuera de mí, y me abalanzo sobre él, dispuesto a hacerle saber... Hacerle saber que me ha disgustado. Que nunca pensé que él fuera a enamorarse de la misma chica que yo. Lo persigo por toda la habitación.
-¡Perdóname, George! ¡No escojo quién me gusta y quién no, pero me niego a tener nada con ella por muy enamorado que esté!
-¡SÓLO ESO ME FALTABA, GRANDÍSIMO ESTÚPIDO! -lo alcanzo y lo empujo contra una de las camas, y él se recupera más rápido de lo que yo podría esperar.
-Perdóname...
-¡ERES EL MÁS POPULAR DE ENTRE LOS DOS! ¡EL MÁS GRACIOSO! ¡EL MÁS...! ¡EL MÁS CASANOVA! ¡EL MÁS LIGÓN! ¿¡Y PARA UNA VEZ QUE UNA CHICA SE FIJA EN MÍ, Y SIENTE LO MISMO QUE SIENTO YO POR ELLA E IGUAL DE INTENSO, ME LA QUITAS!?
-¡No te la he quitado...! ¡Pero era justo que yo me quitara el peso de encima!
-¡NO, NO LO ES! -la rabia me desemboca, y cuando veo que lo tengo en un sitio clave, me lanzo encima de él, tirándonos al suelo, y rodando en él.
-¡Lo siento mucho, George! ¡No quería por nada del mundo haceros daño, menos a ti! Eres mi hermano...
-¡ERES UNA GRÁNDÍSISMA MIERDA! -noto un par de lágrimas correr por mis mejillas e intento atizarle, pero claro, él se conoce todos mis movimientos y yo los de él, por lo que los esquiva, o los bloquea.
-Lo siento, lo siento... Yo no quería esto...
-¡HABERTE MANTENIDO AL MARGEN! ¡BÚSCATE A OTRA TÍA, JODER!
-Perdóname...
-¡NO! ¡NO HAY DERECHO, NO LO HAY! ¡ES TÍMIDA, JODER, ¿Y NO LE DICES NADA?! ¡TE INTERESABA!
-Sí... -bloquea de nuevo mi puño.- Pero sabía que...
-¡NO SABES NADA, NADA DE NADA!
La puerta de nuestra habitación se abre, y se oyen exclamaciones. A mí me da igual, me da todo igual, solo quiero...
Los gritos de Ron y los de Ginny ahogan los nuestros, que Fred intenta darme más excusas y yo se las desmonto. Ron intenta separarme de Fred junto con Ginny, pero no dan, por lo que sus gritos o amenazas de que van a llamar a mamá y a papá no sirven de nada.
Oigo un llanto. Apenas imperceptible, y eso es lo que nos hace parar a mí y a Fred. Eso sí que me para. Miro hacia la puerta y veo a Rosie, toda destrozada y derrumbada. Me levanto, dejando a Fred en el suelo y a mis hermanos de lado y voy al lado de mi... ¡De mi novia, ya está, me niego, es mi novia y punto! Me arrodillo junto a ella y le cojo la cara entre mis manos, empapándome estas en sus lágrimas.
-Por favor... Por favor, no os peléis... No por favor... Lo siento... Lo siento...
-Shh, no, tranquila, tranquila... Tranquila, no llores...
-Es culpa mía, ¡culpa mía! ¡Con lo unidos que sois, y yo aquí, estropeándolo todo, solo causo problemas, problemas gigantescos! -se tapa la cara y llora. Yo me giro y miro con odio a Fred. Este me mira, triste, y baja la cabeza.
-Rosie, eso no es cierto... -intento tranquilizarla, pero está tan nerviosa que tiembla.
-¡Sí, sí lo es! ¡Primero mis padres y ahora esto, ¿qué será lo siguiente?!
El tema de sus padres la ha estado afectando por dentro aunque esta no lo quisiera así, y ha explotado con esto. Me da muchísima pena verla así. La abrazo y le beso el pelo, pero nada funciona.
-¡VOSOTROS DOS! -se hace oír Ron, apartándome del lado de Rosie y ayudándola a levantar.- ¡Lo arregláis! ¡Me da igual como, pero lo arregláis!
-Es necesario, Fred, George. -nos dice Ginny, mirando para los dos.- No es cualquier problema de hermanos. Sois gemelos. Y os necesitáis el uno y el otro. Para todo. Aunque penséis que no. Fred, tú estás triste porque no querías hacerle daño a George, ¿verdad? Le quieres mucho. -Fred, asiente, desesperado, mirando para mí, y yo me cruzo de brazos.- George, tú estás triste porque piensas que te ha traicionado. Y no es así. Si Fred pudiera haber escogido de quién se enamora, nunca la habría escogido a ella. Porque no quiere hacerte daño.
-Y si no lo hacéis por vosotros... Hacedlo por ella. O por mamá, por quién sea. ¿¡Os imagináis el disgusto que se daría nuestra madre al descubrir todo esto!? ¡Espabilad, hombre!
Me levanto y observo como Ron y Ginny se van con Rosie por la puerta. Ron se da la vuelta y me mira.
-Y que te quede claro una cosa, George. No te vas a volver a acerca a ella hasta que arregles todo esto con Fred.
-¿¡Qué!? ¿¡Me tomas el pelo!?
-¡No, pero te lo prohíbo!
-Te lo prohíbimos, más bien. -objeta Ginny.
-¡Oh, venga ya!
-¡ARREGLADLO DE UNA VEZ! -cierran la puerta y oigo como suben por las escaleras con Rosie.
Rosie... Mi Rosie, ese... Ese...
No. No soy capaz de insultarlo. Ya lo hice antes, y me siento fatal. ¿Por qué tuvo que gustarle Rosie? Tiene a todas las chicas locas, ¿por qué tiene que se ella? No es justo, no es para nada justo. Me doy la vuelta y lo miro a la cara. Él también está a muy poco de llorar como una magdalena.
-¿Por qué? -le digo.- ¿Por qué ella y no otra? ¿Por qué?
-George... -Fred duda entre acercarse o no, pero acaba haciéndolo.- Lo siento. Lo siento muchísimo, me arrepiento lo que no está escrito, George... Rosie te quiere, y tú la quieres a ella, vaya si lo sé... Y te he hecho daño, ¡no quería hacerlo, Georgie! -ahora sí, lloramos los dos, y yo, a pesar de que sigo enfadado, siento la necesidad de abrazarlo. Y no me contengo. Fred, también viene a mi lado y nos abrazamos con fuerza.- ¡No quería, no quería, pero no tenía a nadie con quién hablar esto! ¡A nadie, no sabía si me gustaba, si no me gustaba...! Lo siento, Georgie...
Todavía no soy capaz de decirle nada, estoy tan... Tan tocado...
-Freddie, yo... No te odio... Pero... Tengo miedo de que ahora ella se vaya contigo...
-¡Serás tonto! ¿¡No lo ves!? ¡Deja de decir tonterías y date cuenta, Rosie te quiere! ¿Sabes lo que me dijo? -niego.- Me dijo que cuando te vio por primera vez y sonreíste, ella ya supo que la ibas a traer loca durante todo el año. También dijo que siempre le gustaste. Y más cosas que debe decirte ella, pero estando tú delante de verdad.
Inconscientemente me sale una sonrisilla. ¿La traigo loca? ¿Es entonces verdad? Siempre le gusté, madre mía, la chica que me gustaba soñaba conmigo pero desde la primera noche... Al igual que yo con ella...
-Fred... Yo no quería...
-Yo tampoco, George... ¿Me perdonas?
-Claro que sí, Fred. Aunque sigo un poco confuso, pero...
-No te preocupes, lo entiendo perfectamente... Si no me llegases a perdonar, George, sería como si me hubiese muerto. Tal cual, Georgie.
-¡No vuelvas a decir eso, idiota! Claro que te perdono, y nada de hablar de muertes. Me niego a imaginar algo así.
-Sí, tienes razón. Imaginemos cosas bonitas.
-Sí... Cosas bonitas... Como Rosie...
-Como tú y Rosie juntos, ¿no?
-Sí... Sí, y tú a mi lado...
-Jugando con tus ocho niños, mientras tú y Rosie estáis... Ya sabes...
-Tú siempre encontrando momentos para soltar tus comentarios...
-Pues sí, y bien que hago. Y tú... Tú también harías muy bien en ir a junto tu novia.
-¿Crees que me dejarán verla?
-Si vamos los dos así, abrazaditos, sí. -ríe.
Lo vuelvo a abrazar y él me abraza a mí.
-Gracias, Georgie.
-De nada, Freddie. Además... Mirandolo por el lado bueno... ¿Quién no iba a enamorarse de ella? Si es preciosa.
-Es guapa, sí. -ríe.- Venga vamos. Ahora mismo necesita a su novio ahí, con ella, para que la apoye.
-Lo de sus padres la ha roto por dentro, pero nuestra pelea la ha rematado...
-Pero ya no estamos enfadados. ¿A que no?
-No. Los gemelos Weasley nunca se enfadan entre ellos.
-Tienen peleas.
-Discuten.
-Se llaman cosas feas.
-Y se dicen cosas aún más feas.
-Pero nunca...
-Nunca...
-Nunca jamás...
-... De los jamases...
-Se enfadan entre ellos. -decimos a la vez, sonríendonos.

¿Y si fueras a Hogwarts...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora