07: Antojos

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KyungSoo se giró por milésima vez en la cama, rodando en su mismo lugar y buscando la mejor manera de acomodarse sin demasiado éxito, cabe resaltar. Ese último mes había estado sintiéndose más pesado que de costumbre y por ende mucho más cansado.

Algunas veces se había quedado dormido en la oficina, ¡En horario laboral! Y no era propio de él hacerlo, por lo que su padre fue a visitarlo un día cualquiera de improviso para encontrarlo cabeceando sobre la silla y bostezando porque no había dormido bien la noche anterior.

JongHyun se molestó con él y eso no solía suceder muy a menudo, le había hablado de cuanto debía poner más atención en su salud y en el bienestar de su nieto. Así que lo había mandado a descansar a casa, diciéndole además que hablaría con uno de sus empleados para que comenzara a hacerse cargo de las cuentas, porque tenía planes de mandarlo de incapacidad con anticipación.

A KyungSoo no le agradaba la idea de que se hicieran distinciones solo por ser el hijo del dueño de la compañía, sin embargo JongHyun tampoco iba a pedirle permiso y era casi igual de testarudo que él cuando algo se le metía en la cabeza.

Sintió un retorcijón en el estómago y suspiró mientras con los ojos bien cerrados imaginaba que tenía frente suyo una mesa repleta de pollo frito, pollo con salsa a la barbacoa, con chile ranchero y también con mucho queso. A KyungSoo le encantaba comer, era uno de los placeres de la vida que se daba el lujo de darse sin sentir remordimiento alguno, pero esos antojos a media noche o parte de la madrugada seguro que iban a hacerlo rodar un día de esos.

En el último mes había subido un par de kilos y el estómago era mucho más notorio, las camisas del trabajo le quedaban bastante ajustadas, pensaba que daría el botonazo en cualquier momento y algunas otras de plano ya no tenía ningún caso ponérselas.

KyungSoo tragó saliva mientras suspiraba de manera más sonora, sintiendo casi como el queso se derretía en su boca mientras se lo saboreaba y sentía que podía oler el pollo en todo su esplendor.

JongIn abrió los ojos paulatinamente, abriendo y cerrándolos una y otra vez hasta que pudiera acoplarse a la oscuridad que los rodeaba. En la mesita de noche el reloj anunciaba las dos de la mañana y él se alarmó cuando escuchó a KyungSoo soltar lo que parecía ser un gemido ahogado.

Se giró en silencio y con cuidado para sorprenderse de verlo pasando su lengua por los labios con detenimiento, KyungSoo tragó saliva, JongIn pudo observar con claridad como su bella manzana de adán subía y bajaba por el gesto.

ㅡ ¿Sucede algo? ㅡ El moreno bostezó mientras se ponía por completo de lado, acomodando su cabeza en la palma de su mano para apoyarse con el mismo codo.

KyungSoo lo observó con los ojos brillantes y con un puchero que a JongIn le pareció adorable, de ese aegyo que KyungSoo hacía para él y solo para él.

ㅡ Jagi-yah ~ ㅡ KyungSoo puchereó, haciendo un gesto gracioso con sus labios de corazón.

A JongIn le parecía tan hermoso y espléndido cuando su marido se tomaba sus momentos para hacer de las suyas. Por lo general era una persona muy centrada y reservada, pero JongIn siempre procuraba mimarlo como se merecía y él no necesitaba pedirle las cosas.

Sin embargo habían ocasiones en los que KyungSoo hacía por satisfacer sus propias necesidades a base de pucheros que sabía perfectamente hacían a su marido enloquecer.

ㅡ ¿Qué sucede, bebé? - JongIn se adaptó en un instante y entró en su fase de esposo protector, estirando la mano para acariciar su mejilla con parsimonia.

KyungSoo suspiró con el mero contacto sobre su piel y parpadeó para JongIn con los ojos brillando en plena oscuridad.

ㅡ Se me antojó comer pollo...

ㅡ ¿Pollo? ¿Qué tipo de pollo? ㅡ JongIn abrió más los ojos, desperezándose mientras se erguía hasta quedar sentado para prestarle toda la atención a su marido.

ㅡ De todos, frito, receta secreta, crujiente, en caldo, con salsa bbq, ranchero, con chile y sin chile, con queso derretido encima y unas papas fritas. ㅡ KyungSoo respiró profundamente como si pudiera oler la comida, como si ya la tuviera enfrente.

JongIn tragó saliva y se rascó detrás de la oreja, porque los antojos de KyungSoo solían ser demasiado variables, no era como si se le antojaran unos tacos y ya... no, a él se le antojaban ciertos tipos de tacos y por lo general eran de varios ingredientes completamente diferentes.

Se mordió el labio inferior y asintió sin más, porque tenía que cumplir los caprichos de su esposo, se inclinó hacia él para atrapar sus labios con los suyos en un par de roces que crearon un beso cálido, después se aproximó a la orilla de la cama y se puso las pantuflas como pudo, acercándose al sillón del rincón para buscar una camiseta, ya que a él se le daba por dormir semidesnudo.

ㅡ Pero nini... está lloviendo, puedo esperar hasta mañana. ㅡ KyungSoo frunció sus labios abultados y las mejillas se le pincelaron al instante de un bonito carmesí.

ㅡ No Jagi, no tardo, voy en el auto. ㅡ JongIn le guiñó con seguridad y después se dirigió al tocador para tomar las llaves del auto y la cartera.

Era hora de complacer a su marido, su momento había llegado.

JongIn salió de la habitación y KyungSoo se giró hacia la ventana, observando a través de las cortinas semitransparentes la lluvia torrencial que caía sobre las calles de Seúl. El clima era pésimo y lo último que quería era que JongIn batallara a esas horas de la noche, pero sus antojos eran sus antojos... y simplemente no podía evitarlo.

Ya lo recompensaría de alguna manera.

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Notas:

Muchas gracias por sus valiosas lecturas ~

Los saranjeo con mi kokoro de felpa ;)

Besos posholatosos.

🌠Ary

Desde el primer momento ❀ KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora