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KyungSoo estaba recostado sobre un sillón que habían colocado en el cuarto del bebé, estaba ubicado en una esquina de la habitación y desde ahí se podía apreciar la calle desde la ventana.
Las cortinas se ondeaban con tranquilidad por la escasa corriente que entraba debido a que el bajito había emparejado la ventana para que el frío aire de Octubre no circulara dentro de la habitación a sus anchas y le diera por enfermarse.
KyungSoo estaba bien arropado, llevaba un cómodo pantalón deportivo y una camiseta blanca sobre la que llevaba una sudadera para protegerse del todo. Sus pies estaban cubiertos por unos calcetines y tenía las manos metidas dentro de las bolsas delanteras de la sudadera gris.
El bajito respiró profundamente y se dedicó a sacar una de sus varoniles manos fuera de su refugio para acariciarse el estómago como solía hacer de vez en cuando, cuando se quedaba solo y comenzaba a sentir la tranquilidad transitar por sus venas.
ㅡ Has crecido mucho, mi amor... ㅡ su voz salió baja pero clara, como si esperara que alguien fuese a escucharlo, pero lo cierto era que estaba solo en casa.
Pasaban las seis de la tarde y el panorama fuera de la casa se sentía cada vez más tranquilo, no era una avenida principal sobre la calle en la que vivían, por lo que el sonido del bullicio quedaba distante a sus oídos, dejándolo con la vista de un parque familiar que quedaba a unos cuantos metros hacia el frente.
Las sonrisas de los niños jugueteando podían escucharse de vez en cuando y KyungSoo viajó hacia el futuro en su mente, intentando visualizarse dentro de un par de años, con una preciosa bebé sana y fuerte que jugara en el césped del parque mientras él le tenía un ojo puesto encima porque era demasiado precavido como para descuidarla.
Su corazón se llenó de dicha con tan solo pensar en ello, en JongIn jugueteando con la niña en brazos, con esa sonrisa encantadora que lo había enamorado irremediablemente.
KyungSoo estaba ansioso aunque no lo pareciera, la mayoría del tiempo actuaba como si estuviese tranquilo, como si no ocurriera la gran cosa dentro de su cuerpo, pero lo cierto es que él y solo él sabía el peso que llevaba, y no lo malentiendan, ni por una fracción de segundo KyungSoo está arrepentido de algo hasta el momento... había disfrutado plenamente de cada etapa de su embarazo hasta el momento y había sufrido otro tanto también.
Los mareos y las náuseas habían quedado muy atrás, gracias al cielo y se había quedado con los antojos hasta ese momento, porque seguía sintiendo que se le aguaba la boca cuando pensaba en comida.
A KyungSoo le encantaba comer y era por eso que había subido de peso quizá más de lo acordado y debido según el médico y aunque algunas veces intentaba medirse, JongIn siempre ponía a su disposición todo lo que él quisiera y se le antojara, porque no iba a permitir que su bebé saliera con cara de fideos o de una pieza de pollo, como su madre solía decir.
ㅡ Eres preciosa, eres amada... papi está ansioso por tenerte entre sus brazos ㅡ KyungSoo musitó con su voz aterciopelada y tranquila, sobándose el estómago mientras se sentía en paz consigo mismo.
Era ese tipo de sensaciones los que deseaba transmitirle a su hija, el observar las copas de los árboles meneándose con suavidad por el paso de las ráfagas del viento, coloreando el piso con sus hojas amarillentas y cafés que habían decidido dejarse caer desde las ramas que cada vez se veían más secas. Listas para recibir al crudo invierno en un par de meses más.
Octubre avanzaba tranquilo como la vida de KyungSoo en esos días, cuando se sentaba a observar el paisaje y sonreía lleno de felicidad, era feliz con la vida que tenía, se sentía completo y esperaba sentirse aún mucho más dichoso con la llegada de su pequeña JiSoo.
ㅡ Papi está loco por conocerte también... apuesto a que llorará ㅡ KyungSoo trazó una perfecta sonrisa en sus labios de corazón y después se sobresaltó al sentir cómo su estómago parecía haber reaccionado a sus palabras.
Se le hinchó el pecho de orgullo al saber que su nena lo escuchaba, que estaba contestándole con pataditas en el estómago y se maravilló de ello una vez más, era una niña muy traviesa, eso era lo que KyungSoo pensaba cada vez que se le daba la gana de jugar.
JongIn había llegado a casa un poco temprano, había tenido demasiado tiempo libre y al ser víspera de Halloween decidió cerrar un poco antes para pasar al supermercado a comprar leche y café para KyungSoo.
Compró también un poco de pan y no pudo resistirse cuando vio los caramelos de café en el mueble de la caja registradora donde le cobrarían. Se llevó un paquete pensando en la hermosa sonrisa de su marido, porque él adoraba el café y a él le encantaba verlo sonreír.
JongIn llegó para sorprenderlo, siendo demasiado cuidadoso de no hacer ruido, dejó las cosas en la mesa de la cocina y se quitó los zapatos, quedando solo en calcetines por si KyungSoo se hubiese quedado dormido, sin embargo mientras avanzaba por el pasillo se percató de escuchar la voz de su marido proviniendo del cuarto de JiSoo.
El moreno se detuvo detrás de la puerta entre abierta, recargado en la pared mientras escuchaba la voz serena de KyungSoo hablando con su hija, sus preciosos tesoros lo hacían sentirse lleno de felicidad y JongIn sentía que no había un sentimiento, una palabra que pudiera describir todas las emociones en conjunto que le provocaba escucharlo hablar así de ilusionado.
Sonrió como un tonto cuando KyungSoo apostó a que él lloraría cuando viera a su bebé y de antemano sabía que tenía todas las de ganar, el bajito lo conocía demasiado bien, como la palma de sus manos seguramente. Y sabía que cuando llegara el momento iba a dejarse llevar por las emociones que había estado albergando desde hacía siete meses, casi ocho para ser exactos.
Suspiró, tomando aire para llenar sus pulmones y se decidió por fin a asomarse por la rendija de la puerta, avanzando sin hacer demasiado ruido hasta llegar a su marido, que se sobresaltó un poco cuando sus manos se posaron sobre sus hombros y colocó sobre su pecho la bolsa de dulces de café que había traído para él.
ㅡ Llegaste... ㅡ exclamó KyungSoo un poco sobresaltado.
JongIn asintió y se inclinó hacia el frente para besar su nariz con sus labios rechonchos, despegándose inmediatamente del lugar para apoderarse de sus labios pese a la posición incómoda.
ㅡ Te extrañe, Jagi... ㅡ JongIn hizo un puchero cuando rodeó el sillón y se sentó en el diminuto borde que sobraba. ㅡ Pensé en ti y te traje unos dulces, porque es Halloween.
ㅡ En un par de años estarás emocionado por recoger dulces... ㅡ KyungSoo musitó con alegría y con su mano en la camisa de su marido lo jaló hacia él para besarlo nuevamente.
JongIn se dejó hacer como siempre, maravillado por el bonito momento que podía compartir con él, besando sus labios y pensando en el futuro que les tocaría vivir juntos.
ㅡ Yo me encargaré de que suceda, vamos a disfrazarnos los tres y obtendremos los mejores dulces.
ㅡ Los mejores dulces, JongIn...
KyungSoo lo observó con los ojos brillantes, lleno de la añoranza de una vida a su lado con su hija creciendo en su interior. Una ilusión que con el pasar de las semanas estaban más y más cerca de poder alcanzar.
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Notas:
Les agradezco una vez más que sigan esta historia, en verdad son un amor ~
Por otro lado, en 100Eclipses estamos organizando un concurso de One Shot KaiSoo, tendremos sorpresas para los ganadores, así que si ustedes escriben o quieren animarse a hacerlo, no duden en participar con nosotros ♥
Mucho amor y besos posholatosos
🌠Ary
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Desde el primer momento ❀ KaiSoo
Fanfic❀ Desde el primer momento, JongIn sintió un regocijo en el fondo de su corazón y desde ese mismo instante supo que su vida no sería la misma, sería mejor. Definitivamente mucho mejor. ❀ autor: arhatdy ❀ KaiSoo ~ ChenMin ❀ 136.9 K palabras 97 viñe...