Dean se movió en la cama, un poco incomodo. Sentía un peso extraño a su lado derecho. Tardó un poco en despertarse. Es más, ni quería hacerlo. Pero aún debía investigar con Sam lo que le había pasado al ángel. Se sentó en la cama, con los ojos cerrados, y se pasó la mano por la cara para despejarse. Sacudió la cabeza y se giró para ver a Castiel. Lo que vio hizo que se le fuera el sueño de golpe.
- ¿Cas?-preguntó, casi anonadado.
- ¿Qué?-preguntó, frotándose los ojos.
- ¿Pero qué...? ¿Qué te pasó?
- ¿A mí? Nada. ¿Por qué?-preguntó, inocentemente.
-Bueno, es que... tú... ya no eres...
-No soy... ¿qué?
Se veía de unos cinco años y hasta la ropa le había crecido. Se quitó la gabardina y Dean vio que estaba con el trajecito. Suspiró y se pasó la mano por la frente. ¿Qué diablos había pasado?
-Ven, vamos a ver a Sammy.
-Está bien.
Castiel se bajó de la cama y se dirigió a la puerta, siendo seguido por Dean. Quedaba ver qué le diría a su hermano y al arcángel sobre eso. Y también, ver por qué había crecido cinco años más. Llegó hasta la sala y vio que Sam estaba frente a su computadora.
-Buenos días-saludó Dean, tratando de no parecer nervioso.
-Buenos días-respondió Sam, sin apartar la mirada de la pantalla-. ¿Cas aún duerme?
-Mmm... No.
- ¿Dónde está?
-Estoy aquí-respondió el pequeño, jalando la camisa de Sam. Éste miró hacia abajo y sus ojos parecían dispuestos a salirse de sus cuencas.
-Pero...
-Yo tampoco lo sé-dijo Dean-. Aunque no quiero decirlo... llámalo.
-Sí... Gabriel, ven, por favor.
En sólo tres segundos, Gabriel estaba ahí.
- ¿Qué pasó? ¿Necesita un cambio?
-No, de hecho no-respondió Sam. Gabriel frunció el ceño, confundido.
El arcángel sintió que el pequeño se aferraba a su pierna, así que miró hacia abajo. Pero al ver que ahora era un niño de cinco años, miró a los hermanos esperando una respuesta.
-No sabemos nada-dijeron al unísono.
-Gabriel-dijo Castiel, sonriendo y estirando sus brazos para que él lo cargara.
-Eh...
-Gabe-replicó Sam.
Él suspiró y lo tomó. Al hacerlo, Castiel se puso a jugar con su cabello y sus mejillas, soltando risitas de vez en cuando. Sam aprovechó y le tomó una foto, sin ser visto por el arcángel.
Obviamente, no le gustó, por lo que echó la cabeza hacia atrás, ignorando lo anterior. Pero el pequeño no lo dejó y sujetó el dobladillo del cuello de la chaqueta verde. Gabriel suspiró.
-Ve con Dean-dijo mientras lo bajaba. Dándole suaves empujoncitos decía-: Anda, ve.
Castiel fue con él y se abrazó a su pierna.
-Bueno, chicos-comenzó Sam-, investigué mucho y, como sabemos, todo comenzó en esa casa. Así que tenemos que volver allá. Al parecer, hace un tiempo, un joven de veinte años murió allí.
- ¿De qué murió?-preguntó el rubio.
-Nadie sabe.
Todo quedó en silencio. Tenían un pequeño indicio, pero aun así les quedaban varias cosas por descubrir. Y Gabriel sabía que en algún momento les debía decir que había ido antes con Castiel a la casa y que había encontrado "eso" en el portarretrato.
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El amor de un hermano
FanfictionComo pasaba seguidamente, Dean, Sam y Castiel tenían un nuevo caso. Durante el momento en que estaban investigando, algo ocurre con el moreno y ahora los Winchester, con la ayuda de cierto arcángel, deberan hacerse cargo de Castiel y tratar de arreg...