Capitulo 7: «Inserte título aquí»

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Había pasado una semana desde que Sam le había contado a Dean de lo que habían descubierto. El rubio no sabía muy bien que pensar. Hay que decir que él se hacía una idea de que Castiel no sería el último. De todas formas, Sam le había pedido a Gabriel que regresara a la casa, porque sentía que algo se les estaba escapando de las manos. Todavía no sabían quién era el hermano menor, ni porque el matrimonio se fue de la casa, o simplemente de que murió aquel joven.

-Dios, ¿cuándo volverá este arcángel?-murmuró Dean, tomando una cerveza.

-Ten paciencia. Quiere ayudar.

-O que tú lo "recompenses"-exclamó Dean, sonriendo burlonamente.

- ¡Cállate!

- ¿De qué hablan?-preguntó Castiel, sentándose en la mesa.

-Que Sam y tu hermano se van a dar muy...

Antes de que acabara, Sam gritó:

- ¡No es nada!

- ¿Mm?-Castiel ladeó la cabeza y frunció levemente el ceño.

-Nada, Cas, no te preocupes.

-Ok...

Sam le lanzó una mirada asesina a su hermano y Dean sonrió y se encogió de hombros.

-Idiota-susurró Sam.

-Perra.

Un rato después, Gabriel regresó con algo debajo del brazo. Lo dejó en la mesa. Ni bien Castiel lo vio, se bajó de la silla y fue a abrazarlo.

- ¡Gabe!-dijo, abrazando su pierna.

- ¿Cómo estás, pequeño?-exclamó el arcángel, tomándolo en brazos-. ¿Dean y Sam se portaron bien?

-Sí.

-Muy bien... Ten-hizo aparecer una paletita y se la dio.

- ¡Gracias!-dijo, abrazándolo por el cuello. Gabriel lo dejó y el menor fue a sentarse de nuevo.

-Bueno, Gabriel, ¿qué encontraste?-preguntó Dean.

-Recorrí cada rincón de la casa y encontré este álbum en la habitación que fue del chico-contestó-. No vi todo lo que tiene, pero podría ser de utilidad.

Los tres comenzaron a revisar el álbum. En las fotos se veían a la pareja, Amanda y Sergio. Amanda era una mujer rubia de lindos ojos, aunque no podían distinguir muy bien el color, era delgada, de larga cabellera y muy pálida. Sergio tenía el cabello castaño, ojos verdes y era bastante alto. Se veía casi tan alto como Sam. En otras fotos, aparecían los hermanos. Manuel tenía el cabello y facciones de su padre, pero los ojos de su madre. El hermano menor tenía el cabello rubio de su madre y también parecía tener los mismos ojos que su madre. En otras fotos, estaban todos juntos, y notaron que no había más en las que salieran los hermanos juntos.

-Al menos ahora sabemos cómo eran-comenzó Dean.

-Las fotos tienen fechas en la parte de atrás-dijo Gabriel.

Sam fue hasta la última página, donde quedaban dos fotos. Una de ellas decía: «Seis de enero» y la otra: «Seis de marzo.»

En la primera foto salían los cuatro, abrazados y sonriendo. Y en la segunda, sólo salían Sergio, Amanda y el menor. Manuel no estaba. Y había algo más: ellos parecían apagados, idos, abatidos... De muchas formas que representan tristeza.

-Sam, ¿tú no habías dicho que un joven de veinte años había muerto ahí, pero que nunca supieron cómo?-exclamó Gabriel.

-No creo que sea una coincidencia. En una foto sale Manuel, y dos meses después, no-dijo Dean.

El amor de un hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora