{2} ¿Todas los recibimos?

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Luna's POV.

Para ser sincera se me había hecho muy difícil escribirle ese mensaje a las chicas, hacía tanto que no hablábamos que seguro a todas les había sorprendido el mensaje, menos a una de ellas. Es que sí, estaba segura de que el mensaje que recibí ayer en clases me lo había mandado una de las chicas. A pesar de que estaba en anónimo y que el número era privado, el mensaje parecía ser escrito por Yamila pero eso es totalmente imposible, por lo tanto había sido una de las chicas. Si esto es una broma, es realmente de muy mal gusto.  

Flashback. 

Una vez más ahí estaba: Peleando con Sebastián. Él se ponía extremadamente celoso por cualquier cosa que yo hacía y creía que tenía el derecho a gritarme, pero eso no podía ni debía ser así. Sin aguantar un segundo más, salí corriendo de su casa intentando contener las lágrimas y me adentré en la primer cafetería que encontré.

Pedí un café y me senté en una mesa que daba directo a la calle, la cual me permitía ver la lluvia. Los gritos de Sebastián vinieron a mi cabeza sin que yo pudiera evitarlo y las lágrimas no demoraron en caer. 

-¿Te encuentras bien? -Sentí una voz masculina totalmente desconocida para mi y me di vuelta para ver de quien se trataba. 

-Sí, gracias. ¿Te conozco? -Pregunté algo desconcertada mientras limpiaba algunas lágrimas que caían por mi mejilla. 

-Deberías.- Me contestó riéndose y estiró su mano.- Soy Matteo Balsano, estudio profesorado de Italiano y este año estoy acompañando a tu profesor en todas las clases, estoy en mi último año y debo cumplir las prácticas. -Dijo con una sonrisa en su rostro. 

¿Y cómo yo nunca lo había visto?  Definitivamente tengo que empezar a prestar atención en clase.

-Uhm, creo que estaba un poco distraída en la clase de Italiano entonces. -Respondí con una risa nerviosa y junté mi mano con la suya.- Yo soy Luna Valente. -Le sonreí y me quedé mirándolo algo embobada. 

-Valente... tu padre trabaja en el Blake, ¿no? -Me preguntó sentándose en frente mío. 

-Sí, es el profesor de Inglés. -Sonreí tomando un poco de mi café.

Pasamos así varios minutos, Matteo era un chico muy divertido y teníamos varios gustos en común. No sé como terminamos hablando del patín y me contó que él solía patinar también, pero que cuando entró a estudiar profesorado tuvo que dejar de hacerlo porque no le daba el tiempo. 

Nuestra conversación fue interrumpida por el sonido de mi celular, me disculpé y lo saqué de mi bolso para fijarme que era. Un número privado... ¿qué? Intrigada lo abrí y me encontré con un mensaje que me dejó bastante nerviosa.

 «Creo que deberías tener un poco más de cuidado, Luna. Ambas sabemos lo complicado que puede ser una relación estudiante-profesor, ¿no? No te preocupes si no recordás, le podes preguntar a tu papá. A.»  

¿Qué carajos era esto? Jamás hablé con nadie sobre aquella relación que tuvo mi papá con una estudiante, la única que sabía era Yamila pero porque los había visto y ella me había jurado que guardaría el secreto. Mi estado de nervios fue totalmente imposible de ocultar así que sin más me despedí de Matteo y fui rumbo a mi casa, decidida a escribirle a las chicas. 

fin del flashback.

Había mandado el mensaje hacía aproximadamente una hora y todas lo habían visto, y por más que de vez en cuando me aparecía que alguna estaba escribiendo, ninguna llegó a mandar un mensaje. Rendida me tiré sobre mi cama y sonreí recordando mi charla con Matteo. Él me había sacado una sonrisa mientras que Sebastián seguía sacándome puras lágrimas. 

«Liars»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora