Yamila's POV — dos días antes.
Mi mundo estaba caído en mil pedazos hace más de un año ya, aunque últimamente era cada vez peor. No sentía que tenía fuerzas para seguir ni para seguir peleando esta batalla. Estaba realmente sola en el mundo y con un millón de problemas que no paraban de atormentarme.
Escuche a algunos policías comentar algo sobre la carcel a la cual me iban a trasladar, por lo que escuché quedaba a unas dos horas de Rosewood y el viaje sería en la madrugada. Por un momento cerré mis ojos e intenté imaginar lo que sería mi vida si esa noche no hubiera existido, las lagrimas bajaban por mi mejilla sin cuidado y ya no me importaba. Al pasar los minutos sentí como el sueño se iba apoderando de mi, y caí dormida entre lágrimas.
- Sánchez, muévase.- Escuche que me gritaban y me desperté sobresaltada.- Llego el momento de su traslado.- Se abrió mi celda y aparecieron varias policías y me sacaron de ahí.
Me sentaron en la parte de atrás de una camioneta en la cual no podía ver hacia adelante, me esposaron al asiento y me dejaron ahí atrás sola.
El viaje parecía ser bastante largo, no se hace cuanto estaba ahí pero los minutos se me hacían eternos. En un momento la camioneta frenó y sentí que algo pasaba adelante, claramente yo no tenía forma de ver ni de saber. Sentí golpes, gritos y hasta me pareció que habían pateado la camioneta. Comencé a ponerme nerviosa y a preocuparme.
-¿Pasa algo ahí?- Grite con un poco de miedo en mi voz, con la esperanza de que alguien contestara pero nadie lo hizo.
En ese momento se abrió la puerta trasera de la camioneta dejándome ver un rostro que jamás creí que vería. Me sentía completamente en shock, mi respiración era imposible de controlar y eso se notaba de cualquier lado.
- Tenemos que movernos, estas camionetas deben tener rastreos y notarán que no llega a la otra prisión.- Me dijo como si nada y comenzó a intentar quitarme las esposas con unas llaves que seguro le había quitado al policía.
-¿Cómo... cómo hiciste esto?- Fue todo lo que pude articular, realmente estaba en shock.- ¿por qué?- Me anime a preguntar también.
-No importa como, lo estuve planeando estos dos días.- Me contestó concentrado en lo que hacía y vi que sonrió victoriosamente cuando logro quitarme las esposas, al parecer iba a ignorar mi segunda pregunta.
-No respondiste la segunda pregunta.- Murmure mientras me bajaba de la camioneta y veía dos policías tirados en el piso completamente inconscientes.
-Tendremos mucho tiempo para hablar.- Me respondió mientras me abría la puerta para que subiera a su auto.- Pero creo que es obvio que el motivo.- Finalizó.
-Ramiro...- Susurre nerviosa una vez que los dos estábamos dentro del auto y él había comenzado a conducir.- esto es un delito.- Mi voz estaba temblorosa.
-Lo se, maldición, lo sé.- Dijo desesperado, golpeando el volante haciendo que me sobresaltara.- Lo siento, no quería asustarte.- Me dijo apenado sin sacar la vista de la carretera.
-¿Planeaste e hiciste todo esto solo?- Pregunte aun sin entender y un poco shockeada.
-Sí, sabes que mi padre tiene control de todo en la ciudad así que averigüe varias cosas y planeé todo.- Se notaba que estaba un poco nervioso, lo conocía como la palma de mi mano y sabía que no había ninguna mala intención detrás de esto.
No sé en qué momento me quede dormida pero abrí los ojos por el sol que comenzaba a darme en la cara. Mire el reloj en la muñeca de Ramiro y vi que eran pasadas las seis de la mañana.
-¿A donde estamos yendo?- Pregunté con mi voz soñolienta y el me sonrió, se notaba en sus ojos que estaba cansado.
-Al lugar en el cual me refugié durante meses cuando fingí que me había ido de viaje a Oceanía.- lo mire extrañado ya que él no necesitaba fingir viajes, podía hacerlos perfectamente.
-¿Por que fingiste un viaje?- Pregunté curiosa.
-Cuando caí que realmente no volverías y que en verdad te amaba con toda mi alma, no pude quedarme en Rosewood.- Me dijo con su voz ronca y mi corazón latía a mil por hora.
-Ojalá hubiera podido contactarme contigo, Ramiro.- Le dije sincera y sentía mi corazón achicarse por la tristeza.- no puedo perdonarme que hayas tenido que pasar por eso.- murmure apenada y apoye mi mano sobre la suya, que estaba sobre la palanca de cambios.
Después de tantas horas por fin llegamos, el lugar estaba realmente aislado de todo. Para llegar de ahí a una ruta donde pasara al menos un auto, había que manejar como media hora.
Ramiro me enseñó la enorme casa y también, una habitación que era para mi. Arriba de la cama había una muda de ropa y me hizo saber que era para mi. Fui a ducharme y luego con la cómoda ropa, me dirigí al living donde estaba Ramiro con su mirada perdida sobre el fuego de la estufa leña.
-Ramiro...- Susurré y el se giró a verme con una leve sonrisa en su rostro.- No podré quedarme acá para toda la vida.- le dije a punto de llorar, preocupada por todo. La policia iba a encontrarme tarde o temprano, y probablemente A lo hiciera antes.
-Lo sé, preciosa.- Me dijo dulcemente mientras acariciaba mi mejilla.- nos encargaremos de buscar pruebas de tu inocencia y resolveremos todo.- Me dijo con tranquilidad.
-No quiero estar siempre huyendo.- Las lágrimas volvieron a caer por mi mis mejillas y él me abrazó, pegándome a su cuerpo y haciéndome sentir protegida.
-Lo sé, Yam.- Su voz se escuchaba demasiado tranquila.- Cuando encontremos las pruebas que te salven, nos entregaremos y pagaremos la fianza ¿si? -Sonaba tan tranquilo, como si supiera algo más.
-La policía puede encontrarnos antes.- Dije soltándome de su abrazo.- ¿y si nunca encontramos pruebas? ¡Maldicion Ramiro! ¿Hay algo que no me estés contando?- comencé a desesperarme.
-Sé lo que tú y las chicas han sufrido por un anónimo.- Eso no me lo esperaba, quedé shockeada una vez mas.- Y se quien es A.
Nina's POV— actualidad.
-¿Lo sospechabas?-Me dijo descaradamente y no supe ni qué hacer o decir.- No te atrevas a moverte o a llamar a alguien.- Su voz sonaba amenazante.
- ¡Me arruinaste la vida!- Grite y comencé a llorar.- A mi, a mis amigas y a todas las personas que quiero. -tantas lágrimas caían por mi rostro que no podía respirar bien.- Gaston, te confié todo de mi y resultaste ser la persona que más odio.- Mi mundo estaba realmente derrumbado.
-¡Mierda Nina, déjame hablar!- Me grito y un escalofrío recorrió mi cuerpo, tenía miedo de Gastón.
En ese momento escuché que la puerta de mi casa se abría y en seguida, la voz de mi mamá. Me giré para confirmar que ella viniera hacia acá y en esos dos segundos que me distraje, Gaston logro irse por la puerta de atrás dejándome completamente derrumbada y con mi cabeza y mi corazón a punto de explotar.
———————
Hola, hola! Perdón por subir el capituló tan tarde. Espero que lo disfruten:)
Sofi
ESTÁS LEYENDO
«Liars»
ФанфикEsta historia sigue la vida de Nina Simonetti, Ambar Smith, Delfina Alzamendi y Luna Valente. Cuatro chicas cuyo grupo de amigas se rompe tras la desaparición de la principal del grupo: Yamila Sanchez. Un tiempo más tarde de la desaparición, las cua...