{12} Ruleta sin fin.

740 75 3
                                    


Nina's POV.

Mi casa era el caos más grande que se pudieran imaginar, mi hermana no paraba de llorar mientras mis padres intentaban consolarla de todas las formas posibles. Sin embargo, yo no podía ni siquiera acercarme a ella porque el solo hecho de recordar lo que había pasado, me ponía nerviosa y me daba ganas de llorar.

Mariano no estaba muerto y realmente no sabíamos que tan herido estaba, después de que nosotras nos fuimos de la iglesia no supimos más nada de él, a las pocas horas le mandó un mensaje a mi hermana diciendo que se iba de la ciudad, sin dar ninguna explicación o al menos eso nos había dicho ella.

-Tamara, ¿puedo pasar? -Pregunté timidamente abriendo la puerta de su cuarto.

-Sí, ¿qué querés? -Me contestó intentando calmar su llanto para hablar conmigo, no sabía si este era el momento correcto pero tenía que hacerlo. Me senté en el borde de su cama y tome aire, para preguntarle lo que tanto quería saber.

-¿Qué tenía que ver Mariano con Yamila? -Pregunté sin dar vueltas y la cara de Tamara cambió por completo, por un momento parecía sorprendida, después como que no entendía y al final, una cara de enojo que si las miradas mataran, yo ya estaría muerta. 

- ¿A vos te parece que este es un momento para preguntarme esto Nina? -Me contestó a los gritos, y me di cuenta que mis padres habían escuchado.- ¡Mi novio acaba de desaparecer sin sentido alguno y nos íbamos a casar! -Continuó gritando entre lágrimas y en ese momento, mi madre entró a la habitación de Tamara, me miró de mala manera y se la llevó.

Aún sentada en el borde de la cama de Tamara, me quedé pensando en que tal vez sí había estado desubicada y que no tendría que haberle preguntado pero realmente no entiendo cuál es la conexión entre ellos y tengo tanto miedo que no sé ni que hacer. 

En ese momento el celular de mi hermana comenzó a sonar, miré la pantalla y note que Mariano la estaba llamando. Literalmente entré en un estado de nervios ya que me daba miedo atenderlo, pero si salía corriendo a buscarla tal vez el cortaba y nos terminamos peleando de nuevo, entre otros pensamientos. Mientras mi cabeza daba vueltas en eso, el celular dejó de sonar y a los pocos segundos le llegó un mensaje que no pude evitar leer.

 « Cuando llegue te mando la ubicación para que puedas venir, no se la pases a nadie y mucho menos a tu hermana. No permitas que sospechen. Te amo, Mariano.»          

Cubrí mi boca con mi mano mientras mi cerebro procesaba toda la información, mi hermana estaba armando literalmente una escena enorme para ocultar a Mariano, la persona que intentó matar a una de mis amigas y que me amenaza de forma anónima. 

A los pocos segundos escuché que Tamara y mi mamá subían las escaleras, así que rápidamente agarré mi celular y le tomé una foto al mensaje de Mariano, para luego salir casi que corriendo de esa habitación. 

Mire la hora y eran las 4 de la tarde, por lo tanto ya era hora de darle clases a Gastón. La verdad era que estaba destruida y no tenía ganas de salir de mi casa, además de que me daba miedo de lo que pudiera pasarme , mucho más después de haber leído ese mensaje. Pero Gastón siempre me hace pasar un buen rato y además, no voy a permitir que bajen sus calificaciones por mi mal humor. 

-Buenas tardes. -Escuché la voz de Gastón a mis espaldas y me di vuelta para saludarlo.- O no tan buenas... ¿estás bien? -Me dijo en seguida que me vio y para ser sincera, me sorprendió muchísimo.

-Fue un día bastante complicado en mi familia, y bueno, mis ánimos no están en su mejor momento. -Respondí intentando sonreír pero no tenía fuerzas ni para eso. Antes de que Gastón llegara, había llamado a Ámbar para comprobar que estuviera bien y que no estuviera sola.  Realmente me sentía preocupada por mi y por todas. 

«Liars»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora