{13} La foto con Jim.

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Ambar's POV.

Había pasado exactamente una semana de aquel día, mejor conocido como el peor día de mi vida. Todavía tenía pesadillas con la cara de Mariano y me aterraba saber que estaba vivo, aunque para nuestra suerte en esta última semana no habíamos recibido ningún mensaje.

Escuché el timbre sonar indicando que había terminado la clase y noté como el pasante de profesor de Italiano le sonreía a Luna, negué con mi cabeza riendo y me pare para ir directamente a molestarla con el tema.

-Parece que el futuro profesor de Italiano ya tiene alumna favorita. -Le dije a Luna cerca del oído para que nadie escuchara y ella se giró asustada para luego darme un pequeño golpe en mi hombro mientras yo reía.

-¡Ya les dije que es mi amigo! -Intentó defenderse pero ni siquiera podía dejar de mirar en su dirección. 

-Una amistad un poco rara, yo no me sonrío de lejos con Benicio y perfectamente puedo sacarle la vista de encima mientras hablo con otra persona.-Le contesté intentando ocultar mi risa y ella bufó rendida. 

-Es mi amigo sí, el hecho de que esté confundida con él no significa que seamos algo más.- Dijo en un tono super bajo pero yo no pude evitar pegar un grito, para la suerte de Luna éramos las únicas dos alumnas que seguíamos en el salón de clase, el problema era que el profesor de italiano y Matteo, no se habían ido.

-Chicas, la clase terminó. -Dijo el profesor mirándonos en modo 'salgan de mi salón'

Nos disculpamos y salimos lo más rápido que pudimos de la clase, en cuanto lo hicimos comenzamos a reírnos lo más bajo que podíamos, realmente había sido una situación rara y graciosa. Dejamos de reírnos en el momento en el que una persona se paró en frente nuestro, sin dejarnos avanzar.

-Señorita Smith, ¿qué está haciendo que no está en detención?- Noté que la entrenadora era la persona que estaba parada en frente nuestro y suspiré, me olvidé que estaba castigada por haber faltado tantas veces a educación física. 

-Me había olvidado, ya voy. -Le respondí y ella no me creyó, así que insistió con acompañarme hasta la puerta de detención. 

Miré hacia adentro y vi un asiento libre casi al fondo, caminé hasta ahí y me detuve en seco cuando ví que al lado del lugar donde pretendía sentarme estaba Simón. Comenzó a reírse sin hacer mucho ruido y rodee mis ojos, sentándome al lado de él. 

-No sabía que las princesas venían a detención. -Murmuró lo suficientemente alto para que lo escuchara, en un insoportable tono de burla a lo que rodee mis ojos.

-Cállate, primera y última vez. -Me defendí mirándolo seriamente pero él seguía sin borrar su estúpida sonrisa. 

Miré hacia el frente para ver el reloj que había colgado en la pared, todavía quedaban más de 40 minutos acá encerrada. Suspiré y noté que sobre cada banco había un pequeño librito, por lo que pude ver todos estaban con el suyo haciendo ejercicios o eso supongo. No es que yo fuera hacerlos, pero abrí el librito para ver que había y lo primero que encontré fue una hoja suelta, más que un ejercicio era una nota. Entré en pánico al notar de qué se trataba.

 « Ámbar, ¿te acordas el año pasado cuando intentaste prender fuego la pista del Jam and Roller solamente por un plan de Yam? Es una pena que ahora que quieres volver a patinar se enteraran de lo que quisiste hacer. El video de la camara de seguridad está en la oficina del papá de Luna. Si en 15 minutos no vas a buscarlo, lo hago viral. ¡Feliz detención! A. »    

«Liars»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora