La rubia esconde algo.

57 7 0
                                    

***

—Espera un momento, por favor. Es demasiada información que no puedo procesar de manera normal.

Rodeo los ojos.

—¿Qué no entiendes? Es la segunda vez que te lo explico —comienzo a masajear mi cabeza, intentando mantener la calma.

—Oye —levanta ambas manos—, yo debería estar molesta. Son las 2 de la madrugada.

Tiene razón, lamentablemente. Hace exactamente ocho minutos que estaba tratando de dormir pero me era imposible, así que decidí levantar a Emma, para contarle lo que me atormentaba desde hacía unas horas. Deil.

—Pero la intriga te gana.

—Exacto —me da la razón. Con su mano saca de entre las cobijas al desastroso gato blanco al que llama Señor Bigotes. Desde hace unos días que estaba en la veterinaria y ayer llegó y ahora lo tiene durmiendo con ella. Pienso en lo antihigiénico que debe ser eso y me corro un poco para atrás—. Haber si entendí —carraspea—. Deil confesó estar perdidamente enamorado de ti...

—Pues —interrumpo—, no dijo perdidamente pero algo así.

—Como seaaaa —bufa, exasperada—, dijo que le gustas, da igual.

—Si y me pidió que aceptara sus sentimientos.

—Pero tú le pediste que probara que merece que los aceptes porque...

—Porque no confío mucho en él, y no sé por qué —admito.

—Yo creo que estás negando lo que sientes, Allison Daniela Morgan.

Alzo una ceja.

—Ese no es mi segundo nombre —levanto mi dedo índice.

—¡No importa! Lo importante es que tienes al chico más popular de la escuela detrás de ti. ¿No te interesa ni siquiera un poco?

—Mira, E-mma —subo ambas piernas a la colcha de su cama—. Yo estoy segura de lo que NO siento por Deil Patrickson. Ósea, si. Nos besamos lo sé. Pero eso no significa que mágicamente me tiene que empezar a gustar, solo fue un beso —aclaro.

—Uno muy romántico, cabe mencionar.

Si, demasiado para mi gusto.

Bufo.

—Creo que deberíamos dormir ya —sugiero levantándome y dirigiéndome hacia mi cama.

—Aclaró que fuiste tú la que me despertó. Yo solo di mi opinión —escucho las tablas de su cama sonar y el ronroneo del gato—. Y otra cosa. No deberías negar lo que sientes, hace las cosas peor —dice, para luego quedarse dormida.

¿Estaré negando de alguna forma lo que siento? No tengo claro lo que siento, eso lo sé. Sé que desde un principio Deil me pareció un chico atractivo, pero su desagradable manera de ser me hizo verlo de otras formas; ninguna romántica. No, hasta ahora. No digo que me guste, no lo sé, pero me la paso día y noche pensando en si tal vez si tengo sentimientos encontrados. Un gusto es diferente a un sentimiento. Un gusto es algo superficial, un sentimiento va más allá.

Y me da miedo.

...

—¡Tyler! —grito corriendo lo más rápido que puedo mientras atravieso el campo de fútbol.

Sobreviviendo a BeethovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora