Todo es diferente ahora.

72 6 0
                                    


Deil Patrickson. 

Al conocerlo fue una piedra en mi zapato, fue un grosero, ególatra y cizañero desde el principio. Luego, mágicamente empezamos a tener una extraña amistad que solo constaba de que yo le hiciera favores a él y nada de su parte. Emma siempre me advertía que no me acercara a él ni a su clan de mosqueteros, que constaba de Tyler Dallas, Elizabeth Wallas y Vanessa Roberts; su novia hasta hace unas semanas, cuando él descubrió que era engañado por ella y por mi mejor amigo, Peter. Trate de ser su consuelo y luego él fue el mio después de que la pelirroja ya mencionada, me golpeara frente a toda la escuela. Jamás un sentimiento romántico despertó en mi hacia él, pero dada la situación en la que me encuentro —su reciente acto—, puedo suponer que él castaño si tiene algún sentimiento hacia mi, o simplemente hago parte de una broma. No lo se, pero ahora mi cabeza da mas vueltas que cuando me subí a esa montaña rusa suicida en el parque de mi pueblo.

He quedado congelada. Mientras sus labios se mueven de manera lenta y esperando ser correspondidos, yo soy una estatua incapaz de transmitir sonido o movimiento alguno. Con la palma de su mano acuna mi rostro, mientras yo (incapaz de abrir los ojos como ya mencioné), siento un extraño deseo de corresponder a su beso. 

¿Estaría mal hacerlo?

Como película adolescente, sin poder resistir este impulso por más tiempo, correspondo. Mis manos parecen tener vida propia ya que se han posado alrededor de su cuello. Es un beso lento y lascivo; romántico como jamás imagine que sería con él. Imposible calcular el tiempo que llevamos así, ya que creo que es demasiado. 

De repente, separa sus labios de los míos y nuestras narices se rosan. Nuestros ojos se conectan y la sangre inyecta mis mejillas, dejándome tan tomate como sea posible. Una sonrisa se forma en sus labios húmedos, que han quedado así por el beso.

—Ally... —susurra.

Al escuchar mi nombre me separó de golpe. Frunce el ceño, confundido. Parece haberse sonrojado, ya que esta mas rosa que de costumbre.

¿Acaso esta nervioso?

—Y-yo... —me he quedado si habla, sin poder pronunciar una palabra. Achina un poco sus ojos y levanta una ceja, como esperando una respuesta por mi repentino acto—. Tengo que ir al baño.

Dicho eso, me levanto del suelo y salgo corriendo a como de lugar. Ni siquiera soy capaz de voltear para ver su reacción, ¿que podría decirle?

Oh Deil, lo siento... no se porque correspondí tu beso.

Marmotas.   

Apenas estoy frente a la tienda, abro sin dudarlo. Entro de una buena vez y me tiro sobre la bolsa de dormir, con las cobijas me tapo por completo. Trato de normalizar mi respiración pero es imposible, mi corazón late tan fuerte que creo que en cualquier momento saldrá de mi pecho. Cierro los ojos, pero todo lo que viene a mi mente es ese momento, repitiéndose una y otra vez. Involuntariamente una sonrisa se expande en mi rostro. 

¿Deil esta provocando esto?


...


A la mañana siguiente, partimos de regreso a Beethoven. Durante el camino le conté a Emma todo con lujos y detalles, ella dijo —y la cito textualmente— "Tienes al castaño comiendo de tu mano". 

Eso suena horrible... Por un momento me imaginé como una mafiosa sentada en una silla roja con un látigo en la mano y a Deil de rodillas. 

Me pidió que le dijera que siento hacía él, pero lo cierto es que ni siquiera yo se que siento, tengo una maraña de pensamientos en mi cabeza. Durante todo el camino tuve que esconderme para que él no me viera, y no lo hizo, llegue sana y salva a mi dormitorio. Lo primero que hice fue entrar y tomar una larga siesta, para luego pararme de nuevo e idear alguna pieza para el trabajo de Williams, pero nada se me ocurrió.

Sobreviviendo a BeethovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora