¿Me Amas? (SouxMako) ||TERMINADA||

Capítulo 7.

Caminaba de un lado al otro, viendo como las miradas se posaban sobre el. Makoto aunque nunca se daba cuenta era un hombre muy atractivo, bueno desde pequeño lo fue y quién lo iba a negar seguía siéndolo. Pero, el tenia un secreto oculto, que él aún no conocía. Muchos conocidos ya estaban al tanto de ese secreto, pero el no. Pero, pronto lo averiguaría, si pronto lo haría.

...

Makoto sentía como su cuerpo era presionado con fuerza por unos grandes brazos. El aroma que desprendía el otro era una grata fragancia para las fosas nasales del castaño. Abre sus ojos topándose con unos bellos orbes verdes intensos que le miraban con gran deseo como amor escrito en cada una de aquellas pupilas.

Mako siente felicidad ante aquella situación. Mira con cariño al hombre frente sus ojos. No dicen nada sólo se miran y esperan el momento justo antes de juntar aquellos labios que derriten en deseo el del otro.

—Sou.... -susurra el castaño, seguido de una brillante sonrisa del nombrado.

—Mako, te amo tanto... -y ya por fin sus labios se encuentran.

Sousuke acaricia con sus manos las mejillas de su amado, recibiendo el consentimiento del castaño que ante la felicidad que está obstruyendo su aliento se siente el hombre más afortunado del mundo. Sólo por tenerlo a Él. Por tener la posibilidad de besar aquellos labios que un día tanto había odiado, sólo por tontería de niños que no valían la pena ya recordar...

—Makoto despierta... Vamos ya es hora de despertar... -grita una voz a lo lejos. Haciendo que el pobre castaño pierda el control de su tan inesperado sueño... —Vamos, hermanito espabila que llegaras tarde con la psicóloga. -dice agotada la castaña a un lado de su cama, mientras tironea las sábanas en busca de sacarlo de entre ellas. Mako se guarda una risita por tan divertida situación.

—Ya desperté, ahora sal y déjame que me duche, y cambie tranquilo. -Himi solo se dedico a bufar y salir "ofendida". Le encantaba hacerse la enfadada. —Esta niña no cambiará nunca. -sonríe y tomando todo se adentra a tomarse su relajante ducha.

Cuando salió, por un momento el castaño se quedo viendo en el gran espejo y parándose de perfil, noto que su abdomen estaba algo hinchado. Se quedó pensando un momento cuando sintió los golpes en la puerta, otra vez era la molesta de Himiko pensó. Era raro que estuviera así de hinchado cuando los médicos le mandaron una dieta muy ligera. Según claro para así no alterar su metabolismo, aunque no había entendido mucho eso.

—Por dios, ¿porque tardabas tanto? -recrimina la castaña una vez con su hermano frente a ella. El seguía mirándose de reojo y presionando su estómago. Su hermana le miró extrañada y un escalofrío la recorrió por completo. —¿Ocurre algo?

—No, es solo que me noto algo hinchado. ¿No lo crees? -ella rápidamente niega, mientras el castaño le quita importancia y dirige su mirada a la mesada notando el desayuno ya listo. —Wou eso se ve delicioso. -y literalmente corre casi para tirarse sobre los bocadillos. Himiko sonríe, aguantando una risa para no interrumpir la felicidad de su hermano mayor.

...

—¿Cómo es posible que no le encuentren? -suspira Nagisa, mientras recarga su cuerpo sobre el gran escritorio de su nueva oficina. —Quiero que vuelvan a hacer guardia allí, por favor no quiero que nada pase con él. -finaliza, guarda su móvil y libera todo el aire que su cuerpo es capas de contener.

—¿El otra vez? -pregunta, desde la entrada Sou tomando paso frente al rubio que corre la mirada del otro.

—No puedo dejarle solo, y menos que se lastime así. -Nagi agacha la mirada, el moreno suspiró y recargo su mano sobre el hombro del otro.

—Tranquilo, te entiendo. -sonríe. —Pero, han sido muchos años y recuerda que el la paso muy mal. No es el mismo de antes. -el más bajo asiente y se deja caer sobre el hombro de su amigo. Tratando de calmar las lágrimas que tanto querían volver a surgir después de tanto tiempo sin rastros de ellas, sin pensar en el y como fue destruyendo su vida en escasos minutos, donde todo lo vio perder.

—Solo quiero verle Sou, paso tanto desde la última vez que le oí. -su voz tiembla. —Quiero comprobar que a pesar de todo el aun es aquel chico... Quiero volver a verlo no puedo con esto, si he regresado también quiero que él regrese. No quiero dejarlo pensando que así sin mi estará bien, él me necesita yo lo se. -el moreno se remueve un poco, su ceño fruncido comprueba su disconformidad con aquello. No quería a nadie vuelto en llantos otra vez, pero... nada podía hacer cuando Nagisa se propone algo no se daría por vencido tan fácilmente.

—Bien, pero prométeme... -coloca sus manos en las mejillas del pequeño, elevando su mirada para hablarle como era debido. —Me prometerás... que si el llega a lastimarte o algo más... no importa de qué manera. -hace una pausa, viendo como la mirada de su amigo se nubla por las lágrimas que batallan por querer salir. —Tu te alejaras de inmediato, y te olvidaras de todo. ¿Me lo prometes?

—Sousuke... yo...

—Promételo... -le exige el moreno.

—Bien... -se rinde ante la fuerte mirada de su amigo. Sabe que él tiene razón por ello quiere demostrarle que esa promesa no tendrá que cumplirla ya que el volverá a ser el de antes, él volvería a la realidad, a esa de la cual se había decidido querer huir.

—Me deja un poco más tranquilo. -se resigna el moreno, volviendo la mirada a su tierno amigo.

...

—Dime; Makoto. ¿Como has estado estos días? -el castaño se queda pensando antes de responder a quien era su psiquiatra.

—La verdad es que me gustaría, aclarar muchas cosas que me están pasando pero no me atrevo a comentar con los demás. -la mujer que no es mucho más grande de edad que el, le mira intrigada ante tal declaración...

—Lo que quieras decirme, no saldrá de aquí. Makoto puedes hablar, tranquilamente... -el castaño asiente y suelta su tan preocupante incógnita.

—¿Un hombre puede quedar embarazado?

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Aquí el séptimo capítulo.

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Los leo cuando me lean. Chaíto *-*/