Capítulo 13.

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Nagisa caminaba de un lado al otro, ordenando y ocupando su mente en otra cosa que no sea el. Miro varias veces su móvil y no recordaba cuantas veces ya había sonado. Y en cada ocasión que vio era Reí. Los mensajes con bastantes faltas como letras de más también eran de él y en cada uno solo lo insultaba y repudiaba como siempre hacia en aquel estado. Del cual parecía no querer salir. Pero, ni siquiera así el estaba feliz ninguno lo estaba.

Cuando estaba pensando que el dejaría de marcarle y marcarle insistentemente el móvil comenzó a sonar nuevamente. Esta vez atendió y espero a que el hablara.

Perdón, perdóname pequeño. Vuelve conmigo, por favor te necesito. Te quiero aquí ahora bebé, te lo ruego. ¿Donde estás? ¿Con quien? Vamos, ven conmigo.

Y allí estaba de nuevo, insultos, gritos y ahora llantos, arrepentimientos que se notaban eran falsos. Claro que lo era siempre era lo mismo con el.

No puedo y lo sabes. Tengo que salir Reí, cuando estés calmado hablamos.

Dice, finalizando una vez más aquella llamada. Cortando un poco aunque sea aquel tortuoso momento. El vago recuerdo de aquellos días de ensueño se ven obstruidos por aquellos tan amargos y llenos de caos. En especial aquel que termino con todo lo bueno de aquel que amaba tanto.

Flash Back.

Todo estaba bien durante la mañana, despertaron con gran pereza, pero sabían que era un día importante.

Rei mira a su lado y nota como su pequeño amado duerme con toda tranquilidad aferrado a su pecho mientras su mano lo sujeta desde la cintura. Y teniendo está ventaja, procura con cuidado atraer al más pequeño para dejarlo bajo suyo.

Comenzando con un sin fin de besos por todo su abdomen, hasta llegar a su cuello, barbilla, mejillas, nariz, frente y sus bellos y relucientes soles en lugar de ojos, era una maravilla para el peliazul. Y más cuando con sus acciones lograba oír la melodiosa y pausada voz de su pareja. Demostrándole como sus roces, su tacto, creaba algo único en el.

Rei... Es muy temprano... -dice entre dormido el rubio, recibiendo una risita del otro.

Son casi las 6 am, pequeño. -el menor abre de golpe sus ojos, asombrado. No creía que fuera ya esa hora.

Ah, Rei ve a darte una ducha, yo prepararé algo liviano para desayunar. La carrera es a las 9 solo tenemos tres horas. Muévete. -grita desesperado. El peliazul no mueve un pelo y mucho menos deja que el pequeño bajo suyo se mueva. —¡Rei!

—Ya escuché. Pero tranquilo, la carrera se pasó para en la tarde. No te aflijas. -se ríe ante el puchero del rubio. Y así y todo deposita un pequeño pico sobre ese puchero.

Tonto. -ambos ríen y se besas.

Tu tonto... -le da otro pico. -Solo tuyo bebé. -dice el peliazul, dirigiéndose al cuello del más bajo.

R-rei... A-ah... -gime Nagi, al sentir como aquellos pares de dientes se incrustan en su blanquecina y delicada piel. —Rei... -suspira, mientras sus manos pasan por el abdomen desnudo del peliazul.

¿Y si nos duchamos juntos? -propuso Rei. Recibiendo un asentimiento del rubio. Ante esto se puso de pie enseguida, tomando al pequeño en brazos hasta llegar a la ducha.

Allí comenzaron a besarse nuevamente, mientras el ruido del agua cayendo por sus anatomía los limpiaba o eso se creía. Las manos recorriendo por el cuerpo del otro, los labios invitados y rojos por los besos tan apasionados cargado de deseo, de amor, aquellos sentimientos que los mantenía más que hundidos en aquella hermosa vida.

¿Me Amas? (SouxMako) ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora