Capítulo 8.

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—¿Un hombre puede quedar embarazado? -pregunto el castaño, decidido, confundido en si por la pregunta que tanto rondaba por su mente. Y por sobre todo por la extrañas sensaciones que su corazón le dictaba en estos momentos.

Sakura quien es su psiquiatra ni sabía cómo responder a tal enigma, ella estaba al tanto del estado del castaño por supuesto, pero no era su deber el de hacerle saber tal cosa. Aunque no podía negarse a responder tal pregunta.

—Claro, es posible. ¿Porqué lo preguntas Mako? -el castaño sonríe ante tal respuesta, eso llana mucho la atención de Sakura.

—Lo que pasa es que hace unos días, yo tuve un sueño muy raro. Pero, como no recuerdo nada de mis últimos años, no estoy seguro si sea verdad... Es solo que, lo que quiero decir es que no se si eso podría ser un sueño o solo un tonto divague de mi imaginación.-la psiquiatra le miraba atenta, feliz, por saber de los pensamientos y dudas de su paciente. Ya que en las últimas secciones a estado muy distante en querer contar sus cosas o malestares. Sabe que no es fácil y la paciencia tiene que ser su mayor virtud en esos momentos. Y pareciera que ya estaba formando frutos.

—¿Quieres contarme ese sueño? Tal vez logré ayudarte un poco. -sonríe la morena mientras observa que el otro se pone algo nervioso. —Esta bien, si no quieres. -Mako niega y sonríe...

—Es solo que me avergüenza un poco, pero por otro lado siento mucha felicidad por ello. -ambos sonríen y se miran unos minutos como cómplices. Sakura le alienta a que se abra con ella, para así poder ayudarle.

—Cuando quieras. -Mako asiente.

—Hace unos días, cuando desperté tuve una especie de recuerdo. Y bueno... -comienza a contar el castaño bajo la tierna mirada de la mujer....

Flash Back.

Makoto se encontraba frente a la estufa, esperando que la pequeña sartén estuviera a punto antes de comenzar a hacer sus deliciosos huevos revueltos y rebanadas de tocino, porque ese día no sabía el porque ni el que pero tenía ese gran antojo. No se había percatado en ningún momento del moreno que le observaba atento, con ternura y todo el amor del mundo a sus espaldas. Sino, que se dio cuanta una vez que fue rodeado por aquellos brazos mientras observaba la preciada sartén.

Bueno días, amor. -susurra en su cuello el moreno.

Bueno días, Sou. -contesta de igual forma el castaño, sintiendo en el proceso como los bellos de su nuca se contraen ante tal contacto.

Veo que te has despertado con hambre. -Mako, se sonroja ante tal comentario, y además por tener tantos ingredientes sobre la mesa. Sabiendo que al moreno no le agradaba comer muy pesado en las mañana. Prefería algo ligero, como lo era su café y ya luego un tazón de cereales.

Es solo un raro antojo, no pude evitarlo. -susurra haciendo un puchero el castaño, mientras tras de sí su amada pareja se muerde el labio conteniendo una sonrisa por tal acción.

Ya veo, bueno eso me agrada... Me encanta que estés fuerte. Tal vez así hasta rompamos un récord durante el sexo. -pienso el moreno, mientras es iluminado por el rubor en las mejillas de su adorado esposo.

Que dices, tonto... -grita realmente apenado, a pesar de que solo están ellos para oírse.

—Bueno, bueno, tranquilo. -sonríe el moreno, ganándose un puchero del otro. —Es raro que estés tan sensible a cada cosita que digo. -suspira Sou y se acomoda en la pequeña isla de la cocina mientras observa como su pequeño cocina con entusiasmo.

End Flash Back.

—Eso es muy bonito. Yo ni creo que sea un simple sueño, además por lo que me has contado tu esposo es realmente así. -Mako se sonroja y recuerda el casi beso de la última vez, no sabe porque pero se desilusiono mucho al ver que no había pasado nada.

—Puede ser que si, aunque no le recuerde tanto, hay cosas que me llaman la atención. Como cuando sonríe o algún comentario sobre cualquier foto en donde estemos juntos o hasta de su familia me gusta ver sus expresiones, es como si ya las hubiera visto antes y eso me llena de mucha emoción. Al principio sentí un tanto... bueno, mucha confusión. Osea siempre lo había visto como el enemigo por así decirlo de mi mejor amigo, pero luego resulta que me casé con el y ahora ellos entre sí se llevan de un modo bastante tranquilo.

—¿Eso te molesta? El que se lleven bien. -el castaño niega de inmediato.

—No, al contrario me alegra mucho. Siento que se entienden bastante. -se ríe un poco Mako, y la psiquiatra solo sonríe ante eso.

—Y lo otro que te molesta que es... ¿Quieres contarme? -el castaño suspira, y de su bolsillo toma un sobre. —¿Qué es Mako?

—Esto me ha hecho preguntarme muchas veces aquella pregunta... Y realmente deseo que me compruebe usted que lo que leí en estos análisis es cierto. -la morena se extraño ante tal extraña sensación de duda en su paciente. Tomo el gran sobre y lo abrió sacando de el una hoja, donde aparentaba decir una especie de estudio que el castaño se había realizado hace nos más de dos meses. Un mes antes del accidente.

—Pero... Esto es... -susurra, Sakura mientras termina de leer los últimos puntos en el papel. —Es una muestra de embarazo. -dice asombrada, no por la respuesta positiva sino que el otro tuviera esto en su posición. —¿Dónde lo has hallado?

—En mi habitación. -se rasca la nuca algo nervioso. —Estaba tratando de encontrar algo que me hiciera recordar, algo fulminante que me dijera que todo lo que me habían dicho y hasta ahora visto era en verdad mi presente. Y fue cuando lo halle. -sonríe un poco, mientras saca unas fotografías de otro sobre. —Estaban, con estas fotos. -se las entrega a la morena y esta de inmediato sonríe ante tal postal.

En aquellas fotos se podía apreciar a dos seres hermoso, Sou y Mako, saliendo del registro civil, dándose un tierno beso y sonriendo como nunca nadie podría llegar a ver nunca en sus vidas, más si no los han visto a ellos.

Luego en otra se encontraban las fotos de ellos cuando eran recién nacidos. Así estaban presionadas con fuerza por aquel sobre que tanto contenía a pesar de ser tan delgado y para otros sin valor.

Makoto al hallarlo se sentía extraño, deseoso de saber que ocultaba aquella hoja de papel tan fina... Y una vez que lo supo, no encontró palabras o pensamientos que supieran contestarle lo más sinceramente posible, aunque al parecer quien tenía las respuesta bien clara era su pequeño motor ese que le indicaba en cada latido que no estaba soñando, que todo podía llegar a ser verdad y lo más importante que los milagros si existían...

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Wiiiiii siiiii... Aquí el octavo capítulo. Los amodoro...

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Los leo cuando me lean. Chaito *-*/

¿Me Amas? (SouxMako) ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora