Problemas...

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Hoy por fin es viernes. Iría al instituto, trabajaría y luego descansaría en toda la semana. La próxima ya me pondría a estudiar.Bajo de lado las escaleras y por poco me caigo. Empezo bien el día...Voy al despacho de mi madre y la encuentro de nuevo trabajando.

-¿Hace cuánto estas despierta? ¿Y más así?. -le digo.

-Oh, no me había dado cuenta de que estabas ahí Mía. Pasa.

-Tengo que irme. Contesta a mi pregunta y sin contarme historietas.

-Creo...que desde las 4 de la mañana.

-¡¿QUÉ?! ¡Mamá, llevas todo ese tiempo con el maldito trabajo y sin descansar? Necesitas reposo. ¡El médico lo dijo!

-No necesito que hagas de mi niñera. Por favor. No me digas lo que tengo que hacer.

-¡Es que no te das cuenta de lo que te haces!

-¡No sabes nada!

Recuerdo como mi padre me dijo lo mismo" No digas nada, antes de no saber, mejor callate." Claro, nunca sé nada, soy tonta y no sé lo que pasa a mi alrededor. Lo único que si me entero es que mi madre está llevando su salud al límite como para que ella lo remate y caiga mala. Si algo me oculta yo no voy a ser la que se molestara en saberlo. A veces es mejor callar y no saber antes de sufrir esa consecuencia. Las mentiras, los engaños y la verdad siempre atraen dolor. Que si yo soy ignorante por pensar así, pues no es mi problema , ella tendría que hablar conmigo cuando crea que estoy preparada para saberlo o mejor dicho, cuando ella esté preparada.

-Nunca se nada mamá. ¿Y sabes qué? Mejor no saber.

-Hija...

-Se que algo me ocultas, y no es porque sea la oveja negra de la familia. Sino porque algo en concreto que te hizo apartarte de mi. A la misma vez yo me hice un muro. Ese muro de maternidad está rígido y muy bien construido. Porque eso es lo que me has obligado a hacer.

-Quisiera...contarlo.

-No voy a ser la que te presione pero sólo quiero que no te maltrates. No quiero que perjudiques a los que te rodean. Conmigo ya lo hiciste, por eso no voy ha permitir que lo intentes hacer con Senia. - me dirigió a la puerta-. Antes de actuar piensa un poco, por favor.

Salgo del despacho notando la mirada triste de mi madre. Diciendo todo eso me he soltado un poco.

Janni me va hablando por el camino sin saber ella muy bien lo que cuenta. Espero a que termine y aún ella no se ha aclarado.

-Pero bueno, ¿me quieres decir con CLARIDAD que me quieres contar? No te entiendo nada.

-He conocido a un chico, muy majo...y es guapo.

-¿Es del colegio?¿Te fias de él? ¿Dónde le has conocido?

-Vale...No te pongas en guardia. No me gusta pero me parece que podríamos ser amigos. -pongo cara de asco.

-Todos los amigos van a intentar ser algo más.

-No le juzgues Mía. No le conoces, ni yo tampoco así que no saques conclusiones.

-Lo siento.

-¿Qué pasa? Antes parecía hecha una furia cuando salias de casa.

-Mi....

-¿Madre? -intenta adivinar.

-Si, me..

-¿Desquiciada?

-¡Para ya! Y no exactamente, estoy preocupada.

-Por lo mismo de siempre. ¿Verdad? Mía no te preocupes sólo hazla entrar en razón.

El amor del odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora