Voy a irme tras Aian pero Drean me detiene, me hace girar y me toca el mentón. Le rechazo.Directamente mi mano aterriza en su mejilla tan fuerte que hasta me ha dolido a mi. Me voy detrás de Aian. Intentando alcanzarle. Él me ha defendido y yo como tonta le hago enfadar. Aunque no se por qué le molesta tanto. Incluso le ha pegado a Drean un puñetazo. Le he perdido, adios mis buenas ideas sobre él. Me rindo. Es imposible encontrar a un chico enfadado o furioso diría yo. Vuelvo a mi taquilla,me la encuentro intacta. Se puede apreciar un poco de pintura roja. Pero me da igual. Aian se ha encargado de borrarlo y eso le hace ganar puntos conmigo.
-Pero que...-dice Janni exhausta-. Primero, ¿por qué has aceptado? Y segundo ¡¿Por qué diablos corres tanto?! Te he seguido por todo el colegio.
-Lo siento. -cierro la taquilla-. He aceptado porque él ha arriesgado la vida por mi. Le debía una. Y he corrido porque intentaba ir tras Aian.
-Yo que tú no lo hubiera hecho. Menos mal que no le cogiste.
-¿Por qué? ¿Estás diciendo que no debería disculparme?
-No es eso. -intenta explicarlo-. Aian esta 'calentito' así que mejor no hables con él.
-Pues justo por eso. Hablaré con él, para que se 'enfríe'.
-Aian..no es así.
-¿Cómo? -digo, intentando pillarle el sentido a lo que acaba de decir-. ¿Y cómo es, entonces?
-Sólo ten cuidado, ¿vale?
-De verdad que no te comprendo.
-Ojalá lo hicieras. -da media vuelta-.Anda vámonos a clase.
~.~.~.~.~
Salgo de clase, dirigiéndome a clase de matemáticas y me cruzo con Aian. Me esquiva y se va a su clase. Una parte de mi dice que lo que yo hecho le ha dolido más de lo normal. Para que me evite si que es grave. Normalmente me haría una de sus bromitas. Y también..si ahora lo recuerdo, " Si quieres perderé todo contacto conmigo Porque es lo que quieres, ¿no es así?" "Es lo que quiero.''' ''Esto es un adiós, cobarde.'' Le dije que se alejara de mi. Y lo está cumpliendo. Entonces todo está bien. Ya no me tengo que disculpar. Pasan dos horas eternas de clase y nos toca el almuerzo. Espero a Janni para comer pero no llega. Salgo de la cafetería y veo a Janni, pero no está acompañada. Aian esta con ella. Me escondo y escucho la conversación.
-....¿por qué?
-Debí de haberle machacado.
-Si te he explicado esto es para que no armaras ningún jaleo. Por favor, contrólate.
-No puedo, no después de saber lo que a sufrido y esta sufriendo y para que ese cabronazo la joda más. -su voz se tensa-. Me encargaré de que sufra.
-No. O se lo diré a Mia. No la involucres más. Lo mejor es que se dejen de juguecitos y que sean amigos.
-Ella hizo esa petición.
-Y tu la aceptaste.
-¿Qué iba a decir? ¿Mia, quiero ser tu novio falso para protegerte?
-No, pero que ella se hubiera dado cuenta.
-Estoy arto. No me importa esa niña. Esa estúpida nada más sirve para darme problemas.
-Aian...
-¿Sabes qué? No quiero que me pagues con tus reprimendas, me da igual que me restriegues el pasado. No seguiré más con su juego.
Debí de haberme dado cuenta de que lo único que quería él de mi era por interés. Lo peor es que Janni me ha engañado. Me aparto de la puerta. Siento un cierto dolor, lo ignoro y sigo adelante. Porque aún hay personas que me siguen haciendo daño y eso... No volverá a ocurrir.
~.~.~.~
Voy en dirección a no se donde. Pensar, necesito pensar. La cabeza me da mil vueltas. Janni, ¿por qué me a hecho esto? Ella es la única con la que he compartido todos mis sentimientos, pensamientos, emociones... Es imposible de creer que crea que necesito a Aian para estar bien. Se defenderme, y se lo iba a demostrar. Entro en la sala de Karate, preparada para recibir una clase de lecciones sobre defensa personal. No volveré a ser debil. No confiaré en nadie. No todo lo que vemos es real y yo, se ver detrás de eso. Tarde, pero antes que los demás se den cuenta.
-Bien, Mia. -dice mi instructor-. Creo que estas preparada para tu tu primer rival.
Termino de dar una patada a el muñeco de madera y me pongo recta. El profesor sonríe satisfecho. Solo llevo 2 horas aprendiendo a "luchar".
-Aprendes rápido, me gusta. - dice entusiasmado- . Incluso más que los demás principiantes.
-Gracias.
-Ahora no vas a luchar con un muñeco de madera. Tu siguiente rival va a ser una persona. De cinturón negro. Espero que aprendas con él.
Inquieta me inclino a los lados para ver donde está mi rival. Tanto como mi entrenador y yo nos quedamos asombrados. Él se pone nervioso.
-¿Entrenador?
-¿Si?
-Si quiere lo dejamos para mañana.-río para mis adentros ante la posiblidad-. No es necesario que hoy sea el día.
-Estaba seguro.. - se rasca la cabeza - . Se supone que vendría.
-No, esta bien, volveré mañana. -me voy quitando el cinturón.
-Un momento, blanco. -se oye una voz a lo lejos. - No creo que resistas hasta mañana. Ni creo que vuelvas mañana.
Vuelvo a atarme el cinturón hasta que me aprieta toda la cintura. Sonrío, este chico, a parte de tardón, chulito. Será un placer combatir con él. Me giro y me pongo en posición.
-Vamos, te estoy esperando. -muevo la mano derecha- . Rival.
-Sensei, ¿no hay alguna menos debilucha?
-No, y dado a tu tardanza será tu alumna personal. Tendrás que guiarla. -echa una carcajada- . Ten cuidado con ella.
-Debería decir lo mismo.
Nos ponemos uno enfrente del otro. Damos vueltas hasta que el intenta hacerme una llave. La esquivo.
-Vaya, tienes reflejos.
Intento hacerle bajar la guardia e intento contratacar. Él toma mi pie y me hace caer al suelo. Me duele la cara a horrores, pero resisto.
-Pero no los suficientes.
-Ya veremos quien cae el último.
No se cuanto tiempo nos hemos pasado intentando tirarnos al suelo mutuamente, sin mucha eficacia, que hasta el sensei se ha quedado dormido. Lanzo una patada al aire rozando su cara y permitiendo que el roze el suelo. Pero eso no fuera más que cinco segundos, se levanta y se toca la mejilla.
-Ahora si que no te voy a dejar ganar.
-¿Quién te ha dicho que lo hagas? -bromeo.
Esquivo, es lo único que puedo hacer. Lo único que se me ha dado bien desde que ha comenzado el combate. Es bueno, muy bueno. De hecho, me ha hecho caer muchas veces, pero nunca me he dado por vencida. Mis músculos me piden descanso. No responden a mis movimientos. Cada vez esquivo más lento. Llega el momento en el que él me lanza al suelo de una baja patada. Mi cuerpo se niega a responder. Estoy derrotada por mi propio físico. Se pone encima mía.
-Tienes valentía y coraje , blanco. Eso está bien. Pero no te sirve. -me mira a los ojos- . Tu físico apesta, me sorprende que hayas resistido.
-Me sorprende que alguien como tu llegue a tener tan poca vergüenza.
-¿Qué? Mirame a los ojos y repítelo si tienes ese coraje que has demostrado.
Por primera vez, desde que le he visto me puedo fijar en sus ojos. Unos ojos más negros y profundos que nunca había llegado a ver. Tenebrosos, llenos de oscuridad y secretos. Me quedo helada. Por primera vez siento miedo de una persona. Sólo al mirarle a los ojos. Me estremezco.
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El amor del odio
Novela JuvenilNo hay mucho que contar sobre de mi vida. Guardo rencor a un idiota hizo que mi existencia fuese más dura de lo que ya era. ¿Lo peor de todo? Que no puedo olvidarle y creo que jamás lo haré y gracias a él he aprendido a no confiar en los hombres, ni...