Después de haberme largado de casa de Aian me dirigí a mi casa. Estoy en frente de la puerta, no me atrevo a tocarla. ¿Por qué no puedo? No quiero entrar y sufrir el mismo castigo que todos los días. Estando fuera de mi casa siento que soy libre, por al menos unos minutos, horas, segundos...Pero da igual, es mi deber como hija. Me siento culpable. Busco mis llaves -no me apetece llamar a la puerta- y entro de nuevo a la casa de terror. Mi hermana se me lanza y la estrecho entre mis brazos. Ella es la única por la que resisto.
-Tata...
-Dime, princesa.
-Mamá dice cosas muy raras. ¿Qué le pasa?
-Nada, es que mamá colapsó y bueno...ahora es un tanto especial. Asi que no hay que alterarla ¿vale?
-Me da miedo...
-¿Por qué?
-No es la misma de siempre.
-Te dije que era especial...-suspiro-. Princesa, voy ha verla y luego juego contigo ¿Qué te parece?
-¡Vale! -salta de alegría-. Hoy he bañado a Jenifer.
-Que bien. -sonrio-. Corre, ahora voy a tu cuarto.
Senia sube los escalones toda llena de alegría. Si tan solo pudiera ser como ella...Cada vez siento que me hundo en estas paredes. Que voy a ser aplastada contra un cuadro y voy a quedar encarcelada, aislada del exterior. La realidad me está consumiendo. Voy al cuarto de mi madre y la veo con un mechero. Rápidamente se lo quito de las manos, temiendo lo peor.
-¿Qué haces, mamá?- intento moderar mi tono de voz-. No se juega con esto, es peligroso.
-Pero es tan bonito. Quisiera tocarlo.
-No puedes. Te quemarías.
-Algo tan hermoso no deberia ser tan dañino.
-Mamá, prométeme que no vas a jugar con este tipo de cosas.
-¿Por qué? Si es tan bonito...
-La belleza es dañina.
-Sabes...yo conocí a un chico muy apuesto. Era hermoso, tanto que te cegaba. Me enamoré de él inmedatamente. Él también me consideraba una belleza, pero me trató como un objeto. Fue un espejismo que vi en medio de un desierto, demasiado bueno para ser verdad...
-¿Qué quieres decir con que te trató como un objeto?
-Los ángeles son muy caprichosos...
-Espera....¿Ángeles?
-Ese bonito destello me dió alegria, pero luego....destrucción caos, dolor. ¡NUNCA DEBÍ DE HABER HECHO ESO!
-Mama, tranquilizate.
-¡TÚ! ¡Tú eres igual que él! Me harás daño, luego me dejarás..
-¿Qué? -intento cogerle la cara-. Mamá, ya, estoy aquí.
-FUERA. VETE FUERA, HIJA DEL DEMONIO.
-Pero...
-FUERA.- me empieza a lanzar cojines-. ¡No te quiero BASTARDA!
Bastarda. Nunca, jamás, me había dicho eso mi madre. Ahora comprendía lo loca que estaba mi madre, hasta el punto de hablar de ángeles. ¿Qué demonios? Mi madre me hablado de su pasado, aunque fuera imaginario. Por lo menos, durante unos segundos, eramos madre e hija. Pero era algo muy normal para que sucedieran por mucho tiempo. Senia me espera impaciente en el pasillo, paso a su cuarto y me pongo a jugar con ella. No le presto mucha atención ya que mi madre me ha hecho mucho que pensar. ¿Quién será esa persona de la que dijo que la utilizó? ¿Por qué especialmente ángeles? ¿Qué le habría hecho esa persona para que mi madre sufriera tanto? ¿Por qué me había llamado bastarda? Siento los ojos de mi hermana, mirandome con preocupación, asi que dejo mis pensamientos a un lado y vuelvo a jugar con ella. No debí haber pasado de ella, era justo lo que hacian mis padres conmigo...
ESTÁS LEYENDO
El amor del odio
Novela JuvenilNo hay mucho que contar sobre de mi vida. Guardo rencor a un idiota hizo que mi existencia fuese más dura de lo que ya era. ¿Lo peor de todo? Que no puedo olvidarle y creo que jamás lo haré y gracias a él he aprendido a no confiar en los hombres, ni...