capítulo 18 - La venganza

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Atención, este capítulo podría contener narraciones obscenos. En caso de ser sensibles favor omitir este capítulo.

POV Jorge

-Tampoco es para que te disculpes -me levante. Mientras Jazmín aplaudía de lejos su triunfo. -Creo que deberías poner un alto a esto para que los demás podamos estudiar tranquilos -me di media vuelta y la deje sola.

Que feo se siente esto.

¿Por qué me siento así?

Di pasos largos mientras dejaba que la ira se apoderara de mí.

-Tranquilo Chuletitas -dio golpes ligeros a mi espalda -todo estará bien.
-No me toques, ya date por satisfecha-rugí, mientras me dirigía al portón de salida de la Universidad.

Un mes sin Yeruti, un mes de tortura donde los días se me parecían eternos, ignorar a la única mujer quien me inspiraba a seguir sonriendo dolía, los dolores calaban en lo profundo de mi corazón ¿Por qué me molestaba que los demás sepan mi pasado? No quería sufrir nuevamente del bullying por haber sido un gordito en mi infancia o mejor dicho por haber sido "Chuletas", se habían burlado tanto de mi, que yo mismo me encargue de dejar al gordo en el pasado, los ojos me pesaban y el ardor en los ojos ayudaban a que el sueño empezara a ganar; lentamente fui quedando dormido.

<-Cuando seas grande nos casaremos y tendremos muchos hijos-Pronuncio mientras yo no paraba de masticar aquel pedazo de pastel que me había invitado-espero que estés contento porque tendrás a la esposa más hermosa del mundo-en aquel entonces pensaba que tener esposa era tener mucha comida y por ello no podría estar más feliz.
-OH par de tortolos -pronuncio Diego quien siempre me molestaba porque Ana prefería estar conmigo.
- ¿Qué es lo que quieres Diego? -Pronuncio Ana mientras lo empujaba-deja a mi gordito en paz.
-No soy tu gordito Ana -reclame aún con la torta alrededor de toda mi boca, ya no me llames así, ya no quiero problemas.
-Por esto es que mi madre dice que los gordos arruinan el mundo, te crees por tus cachetes rojos y gordos, pero cuando crezcas serás un gordo feo comiendo "Chuletas" -gruño secándose las lagrimas y arreglando las coletas del cabello-, nadie me rechaza... yo te rechazo a ti gordo, fuera de aquí "Chuletas"
-Fuera -gritaron los demás niños.
- ¿Qué queremos? -pregunto un compañero
-Una escuela limpia sin Chuletas -Respondió Diego.
- ¿Cuándo lo queremos? -pregunto Ana.
-Ahora, ahora -gritaron, y la única opción que encontré fue correr y esconderme. >

Desperté inmediatamente con la frente sudada y la respiración entrecortada, recordar que aquella vez fue la primera vez que sentí vergüenza de mi cuerpo, vergüenza de no poder completar todos los estereotipos que te exige la sociedad, aquella vez fue una de las peores agresiones que sufrí por ser gordo, a mis 11 años de edad ya había sufrido de tanta agresión. En algunas ocasiones Ana y sus amigos me esperaban para poder disfrutar de mi desgracia si la suerte me acompañaba solo terminaba con el rostro en el inodoro o dentro de un bote de basuras, hasta que un día no pude más y le conté todo a mis padres que muy lejos de apoyarme me regañaron por mi contextura física obligándome a entender que el único culpable de la agresión fui yo por ser un cerdo andante, luego me mudaron de colegio y fui obligado a cumplir con una estricta dieta y a mi corta edad tuve que ir a un gimnasio, No volvería a ser llamado "Chuletas", no volvería a ser humillado.

Tratar de conciliar el sueño se me hacia complicado, la pantalla de mi celular alumbraba mi dormitorio oscuro quien daba la bienvenida a un nuevo mensaje, procedí a ingresar el patrón de mi celular para leer el mensaje.

Llena de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora