El sueño de toda mujer es encontrar al hombre perfecto con quien formar una familia.
Bueno...
No el sueño de toda mujer...
Cambio de frase.
El sueño de una mujer como yo, Yeruti de la Cruz una mujer obesa de 19 años de edad es conocer a un buen hombre y formar una familia.
Todo esto obviamente luego de tener un diploma en la mano.
Pero eso son sólo sueños.
Sueños inalcanzables, ya la vida me había enseñado que los sueños no eran fáciles de cumplir pero mi interno yo quería saltar de página y cumplir otra, ignorando todo lo demás.
Aquel día me levanté feliz esperando algo más, pero pestá vez no había ruidos... esta vez no había niños cantando, estaba vez me desperté sola, está vez no me vestí ni lave el rostro rápidamente ni al salir de la habitación no encontré un cartel tal como "Bienvenida a nuestra tercera cita" como yo me lo imaginaba.
Quizás Francisco se había arrepentido, pensé.
Pero luego de dar tantas vueltas al asunto concluí que apenas empezaba el día y que una gran cita me esperaba en el transcurso del día.
Así es chicos... ya me habían mal acostumbrado.
El día paso tranquilo sin un rastro de Francisco.
Las clases terminaron rápidamente.
Y y yo Seguía sin conseguir una señal de vida de aquella persona que me había dicho que tanto me amaba.
¿Qué estaba haciendo?
¿Realmente estaba esperando algo más de él?Yo sólo era una insignificante mujer gorda. Me decía internamente mientras lentamente fui quedando dormida.
Pasaron dos días sin saber nada de Francisco... 2 días a punto de convertirse en una tercera mientras yo me preparaba para una cena en la que debía asistir con la hermana Sonia ya que una grande empresa daría donaciones mensuales a nuestro hogar, algo que realmente sería de gran ayuda.
Mi madre me había dejado un hermoso vestido azul en la cama, la cual obligadamente debía utilizarlo en aquella cena.
— Que pena que un vestido tan hermoso como tu, sea mal gastado en alguien como yo—pronuncié inconscientemente al verme al espejo.
Peine bien mi cabello, tratando de ocultar aquellos clavitos rebeldes que se escapaban del cabello, me coloque unos zapatos de tacos medio color negro y en los labios simplemente un brillo.
—lista—dije tratando de convencerme de que todo estaba bien a pesar de no me gustarme lo que veía atra vez del espejo.
Muy dentro mío deseaba ser nuevamente la Yeruti fuerte de siempre... Pero la vida me había golpeado, Jorge me había golpeado... sono un eco en mi cabeza.
Moví mi cabeza en negación tratando de apartar a aquel hombre de mis pensamientos. Luego de unos minutos me dirigí a la habitación de mi madre Sonia.
—Madre ya estoy lista —dije dando unos golpecitos a la puerta.
Pero nada.
Intente con unos golpecitos más, pero de nuevo nada.
Gire la perilla de aquella habitación para encontrarme con una habitación oscura, al prender la luz pude visualizar aquel lugar vacío con una nota en la cama.
Decidí asistir a la cena sola ya que al final el empresario tenía otras cosas importantes que hacer y no vi la importancia de que Asistieras conmigo, luego de que te negaste en varias ocasiones decidí traer a la hermana Francisca para que te sientas cómoda.
Te amo hija mía.— ¡Oh, no! ¡Oh, no! ¡Esto no puede ser verdad!—exclame.
Tanta preparación ¿para qué?
Me tumbe a la cama mientras me quejaba en mis adentros sobre mi mala suerte... hasta que la luz se fue.
Sentí como las piernas me temblaban y de inmediato me levanté de aquella cama al escuchar el rechinido de la puerta salí despavorida de aquel lugar y al cruzar el patió me encontré con una camino iluminado por velas.
Era hermoso.
Como un sueño, tanto que el miedo se me fue.
Camine siguiendo aquel camino iluminado únicamente por las luz de las velas, di varios pasos hasta llegar en donde sería la fuente de nuestro hogar que se caracterizaba por ser la atracción del orfanato. Pero esta vez aquella fuente traía algo más atractivo que presentar, una mesa iluminada al igual que el camino por las velas sólo que también iluminadas por una especie de luz roja, en el centro de la mesa se encontraba un hermoso adorno de flores, pero lo más bello de todo era aquel hombre que se encontraba parado en una esquina vestido con traje blanco y una gran sonrisa.
—Bienvenida a nuestra tercera cita Yeruti — pronunció acercándose a mi y depositando un casto beso en la frente.
—¿Te-te-tercera cita?—consulté
— Te dije que estés preparada—pronunció guiñandome el ojo.
Me quedé congelada.
No sabía que decir.
— Pero ven... ¡Siéntate! —dijo con su ya particular sonrisa.
Al llegar a la mesa, el aparto la silla para que pudiera sentarme cómodamente y una vez que estuve bien procedió a sentarse.
De la nada aparecieron unos hombres con camisas blancas y moños negros con delantal quiénes trajeron el plato de comidas.
— El menú del día es lomo a la vinagreta con ensalada de lechuga —mi corazón empezó a latir desesperado—¿tu preferido no?
Asenti.
Lo que más amaba comer era un rico lomo a la vinagreta.
Una vez que los hombres se retiraron procedimos a comer.
Pasamos como 30 minutos masticando sin emitir ninguna sola palabra, hasta que el rompió el silencio.
— ¿sabes lo que más me gusta de ti Yeruti? —pregunto levantándose de su lugar.
No respondí, realmente tenía ganas de saber que podría gustarle a un hombre como Francisco de alguien como yo.
—De ti Yeruti me gusta tu pureza, me gusta tus ganas, me gusta tu carácter, me gusta tu mirada... me gusta todo de ti Yeruti—expiró—yo se que es muy pronto, pero no aguantaría estar dos días más sin ti, sin que te preocupes por no saber de mi como yo lo estoy cuando no estoy contigo ¡se siente feo, Yeruti! —resoplo—te daré todo el tiempo que quieras pero sólo quería decirte esto—dijo por último.
Y yo Seguía quieta sin saber que decir.
Recordé aquella vez que tenía tantas ganas de que Jorge me besara y este no lo hizo.
Si yo besara mi ex jefe ¿el se alejaría?
¿se sentiría bien hacerlo?
¿lo intento?
¿no lo intento?Luego de unos segundos de debate, di unos pasos al frente tome la barbilla de Francisco con mis manos y uni sus labios con los míos a lo que él de inmediatamente respondió.
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Llena de amor
Short StoryMe llamo Yeruti tengo 19 años soy una mujer "llena de amor" para no hacerles la historia de que estoy gorda, hoy es mi primer día de clases en la Universidad; soy huérfana e pasado toda mi vida en un orfanatorio, pero eso nunca logro apagarme. Hoy...