Maria abrazó su cuerpo con temor, sentía que aquella desesperación en su interior iba a matarla de dolor; la creación de una guerra mundial era lo que tenía en su cabeza, quería llorar, gritar, golpear una palmada poderosa en el rostro de Amely, pero ¿Cómo podía? no eran nada, sin embargo tenía esa necesidad de respuestas, necesitaba saber quien era aquel hombre y porqué la asiática viajaba en su auto hasta la casa.—¿Quién es...? —volvió a preguntar desgarrándose el alma, sintiendo como el nudo en su garganta bajaba y subía haciendo que sus sentidos enloquecieran.
—Es un amigo —respondió Amely con el entrecejo fruncido.
—Tú no tienes amigos —lentamente se acerco hasta la pelinegra sosteniendo a esta desde el hombro y en su brazo. La miró con intensidad, rogando por una explicación más concreta, no deseaba palabras vagas, necesita sinceridad—. Dime la verdad ¿Quién carajos es? —apretó sus labios luego de decir.
—Un jodido amigo ¿Vale? nada más. Ahora, suéltame —la sangre comenzaba a hervir, su cabeza daba vueltas con tan solo notar la tensión en el airé, Amely odiaba dar explicaciones, jamás lo hizo antes ya que era una persona de pocas palabras, el mundo le había enseñado lo sola y desvalida que estaba, que la gente no se preocupa por otros, sino que por ellos mismos, por ende entendía que Maria sintiera interés por aquellos estúpidos sentimientos que tenía.
—¿Te acostaste con él? —sacó con miedo, sabía que aquello podía ofender a la asiática, no obstante su corazón latiendo fuerte permitía que sus palabras fueran duras.
—¿Qué? ¡Já! ... —bufó con desagrado para luego hacer fuerza y liberarse del agarré. No podía creer que Maria pensará así de ella «Acaso cree que soy una puta» pensó mordiendo sus labios. Suspiró—. ¿Y qué si lo hice?
La joven española libero unos sollozos al escucharla de aquella forma, tan obstinada y desvergonzada, sentía como su pecho se apretaba, como su cuerpo se debilitaba con cada mirada que la ajena interpretaba, era una bomba de sentimientos negativos, una bomba que iba a explotar.
—Eres una...
—Una zorra ¿mh? ... ¡Vamos, dilo!
Mordió su labio con fuerza haciendo que el dolor también fuera físico, realmente no podía dimensionar los sentidos, estaba ida en aquella furia combinada con la tristeza, como si los hubieran metido en una juguera con toda la potencia —¡Si! una zorra que juega con los sentimientos de otros —liberó la española para luego ocultar su rostro con sus propias manos.
Amely cerro sus ojos, aquello había dolido —No sabes lo que realmente paso... Y no... No me acosté con él... Sólo es un amigo. Pero veo que no me creerás —dijo volviendo abrir sus parpados con cuidado, ahora era su corazón el que dolía con intensidad ¿Pero por qué? quería decir algo fuerte, deseaba golpearla donde más dolía, así tan cual como ella la había lastimado al llamarla de aquella forma —Te lo advertí la primera vez que tuvimos sexo, Maria... No te enamores de mi, te lo dije ¡Maldición! —con frialdad terminaba por decir volteando hacía la puerta, dispuesta a salir por esta y desaparecer en la noche de aquel domingo. La había lastimado al decir eso, lo sabía.
La castaña se había enamorado sin control, se había entregado en cada beso, en cada caricia, en cada momento intimo que habían tenido dentro de esas paredes, no obstante, Amy había sido clara con ella desde un comienzo, habían conversado incluso mucho antes de acostarse, aclarando que jamás iba amarla porque su corazón estaba roto, su alma había muerto dentro de ella.
Se puso sus zapatos ya sin importar nada más, ambas se habían herido esa noche, sin embargo, Maria quiso insistir una vez más; la detuvo enseguida, apretó su mano con fuerza y se apego a su espalda con el llanto a la vista, su rostro se había convertido en un río —No te vayas... —susurró entre cortado, pero su voz ya no era agradable para la ajena, se había convertido en una molestia, una tortura, un dolor de esos pocos que nacen desde las entrañas, como un cáncer, la española había lastimado a Amely desde lo más profundo, porque a pesar de no amarla, ella si la consideraba una gran amiga, un apoyo dentro de tanta mierda vivida.
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Amely (Proceso)
Novela JuvenilAmely, es el libro que cuenta la historia de vida de una joven asiática que sobrevive a fuertes sucesos. Todo comienza con la muerte de su madre, pero ¿Cómo terminara? Anímate a vivir desde cerca esta emocionante historia. Po...