12. Encuentros

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Habían comenzado a beber luego de que llegaran al departamento, ambos comenzaban a sentir un mareo permanente, aunque se notaba más en ella, sus mejillas estaban rojas, parecían dos manzanitas relucientes listas para ser mordidas y sus dientes se mostraban más de la cuenta por las carcajadas. A la vista se encontraba su ropa interior superior, ya que jugaban a las adivinanzas y ella había perdido un par de veces.  

—Eres muy mala para esto —dijo YoungMi. Bebió una copa más y apoyó su rostro sobre la pequeña mesa a la vez que maldecía al mareo que lo hizo pestañear un par de veces—. Paremos un poco —sonrió dejándose estar por varios minutos. 

—Ya veo que debo aprender a resistir el alcohol y las adivinanzas coreanas más conocidas, soy un asco —ambos carcajearon ante las palabras de Amely, acto seguido ella bebió su ultima copa haciendo sonar su garganta luego de dejar el pequeño vaso sobre la mesa—. No más —sonrió al aire tumbándose cómodamente en la orilla del sofá, tomando la misma postura del adverso. 

—Oye... Te ves muy tentadora. 

—Lo sé ... ¿Te gusta mi ropa interior? es de una tienda que da todo dos por uno.  

Sonrieron nuevamente, se les estaba haciendo costumbre reírse por cualquier estupidez que dijeran o vieran; la gran química entre ambos era visible con simpleza, no importaba mucho que fueran de diferente estatus social o que la arrogancia fuera una característica fuerte de la personalidad de YoungMi, a Amely le agradaba hasta con ese punto, hasta con los horribles peinados que se hiciera. 

—Pensé en dos deseos mientras comía mi ramen en esa tienda —alardeo la joven mirando de reojo al joven que rápidamente tomaba una postura al pendiente de lo que iba a decir, concentrado de cada palabra que iba a pronunciar la joven. 

—Dime, ¿Cuales son?

—Primero —calló por unos segundos provocando una leve tensión que los hizo sonreír al mirarse a los ojos—. Quiero hacerme un tatuaje... Vi el otro día que tienes uno en la espalda, así que imagino que conoces quien sabe hacerlos —sus ojos brillaban, siempre había querido tatuar los momentos más importantes de su vida en su cuerpo ¿Por qué no hacerlo con la persona que últimamente la hacía sentir cómoda? 

YoungMi ladeo una sonrisa alzando una ceja al escucharla, luego lamió sus labios y poso el indice sobre su fina comisura —Creo tener aún el contacto con aquel chico que hizo esta obra de arte —dijo mostrando la espalda aún con la camiseta puesta—. Pero todo va en lo que te quieres hacer, ya sabes, si es muy grande te va a doler y claro, tomara bastante trabajo —volvió a su posición tomando su móvil para buscar el número del artista. 

La chica aplasto sus labios fijando sus orbes al horizonte, como si estuviera pensando bien en lo que deseaba escribir o dibujar en su cuerpo, además en la zona en donde deseaba esto. —Quiero empezar con algo pequeño, como es el primero.  ¡Ah! y lo dibujaré yo 

Él alzó la mirada cuando escucho lo ultimo "dibujar" pensó mostrando una sonrisa que dejo ver sus dientes, la duda se hizo más grande cuando encontró a la menor pendiente de sus pensamientos, al parecer Amely guardaba muchos secretos, más de lo que él joven pudiera imaginar, no obstante, no quiso preguntar, se hizo a la idea de esperar a ver ese dibujo ya mencionado. 

—¿Qué te parece si vamos esta tarde? luego de dormir, porque borracho no iré ni a la esquina — dijo con la lengua enredándose en la ultima frase, los efectos del alcohol comenzaban a notarse al hablar—. ¿Cuál es el otro deseo? —preguntó. 

 La pelinegra se quedaba en silencio, seguía con la mirada las acciones del joven mientras buscaba las palabras adecuadas para pedir lo siguiente, no sabía si decírselo a él era lo correctos, no tenía la confianza, pero quería su ayuda, quería pasar por ese tramo junto a YoungMi —Quiero encontrarme con una persona de mi pasado —soltó bajando la mirada, su corazón comenzaba a palpitar a mil por hora ¿Por que cada vez que se acercaba a ese tema sus nervios explotaban? A ese paso iría a parar a un hospital. 

Amely (Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora