El día de la lectura del testamento había llegado. Todos los involucrados se encontraban en frente al juez quien leería parte por parte el testamento que había dejado el señor Park.En un extremo de la mesa se encontraba Park Shin, la única hija dentro del matrimonio de los Park, quien estaba junto a su esposo y abogado. Al otro lado, casi en la esquina de la mesa, se encontraba Bomi, una mujer de 45 años quien era representante de una de las fundaciones de niños huérfanos más conocida en el país Coreano. Mientras tanto que en frente de ellos, se hallaba Eric Baker, abogado representante de Amely Lee.
—Buenos días a todos —saludaba el juez ya sentado en su silla, siendo respondido enseguida por las personas presentes «Buen día» escuchó en coro—. Estamos presentes aquí para leer y dictaminar el testamento del difunto Park Chung-Ho, quien dejo por escrito que tal documento debía leerse luego de 4 años.
El juez era claro en cada una de sus palabras, y verificaba cada caso entre los documentos entregados con anterioridad por el abogado de la familia Park, Eric Baker; todo bien hasta ese momento, sin embargo, el gozo y sonrisa por parte de Shin se acababan cuando se mencionaba que ella era dueña del 25% de las compañías Park, a lo que se agregaba algunas propiedades dentro y fuera del país.
El otro 25% quedaba en manos de la fundación para niños huérfanos quienes anualmente tenían ese derecho, es decir, de la totalidad de ganancias anuales una parte de estas sería exclusivamente para la fundación.
Mientras tanto el 50% se lo llevaba la persona a quien representaba Eric Baker, Amely Lee, convirtiéndose en la nueva líder de las compañías, además de convertirse en dueña de varias cuantas en bancos y propiedades.
Al término de leer el testamento, el juez entregó a los presentes el documento el cual debían leer y firmar si estos estaban de acuerdo.
—Está loco si piensa que voy a firmar tal aberración. Mi padre no debió hacerme esto ¡No a mí! —comentó Shin en voz alta mientras trataban de calmarla su esposo y abogado—. ¡No lo entiendes! Yo soy la primogénita y su única hija ¡¿Cómo es posible que me haya hecho esto?!
—Señora Shin, si piensa que esto está mal, entonces puede pedir una audiencia para que hablemos del testamento y así volver a leerlo sólo para usted, pero le advierto que en estos caso no es mucho lo que se puede hacer. Más bien, debería hablar con la persona del 50% y ver si le vende su parte ¿No es así, Eric? —aclaró el juez.
—Así es —respondió el apuesto joven firmando los documentos, aceptando el 50% dejado para su cliente—. Tu mismo abogado puede verlo, Shin. Ya está —sonrió.
— ¡Estoy segura que tienes que ver con esto! Mi padre te tenía mucha confianza, de seguro lo engañaste para que me hiciera esto.
—Por dios, Shin... el mundo no gira en torno a ti —Eric se levantó de la mesa arreglando su saco y entregando firmado el documento para que fuera certificado por el juz.
Lo mismo lo hacía Bomi, la representante de la fundación quien con una gran sonrisa agradecía la oportunidad que le había entregado el difunto.
—Voy a investigar esto, Eric... Y si es una trampa asquerosa de tu persona voy a luchar por obtener todo de regreso —amenazó Shin
—Ya no hay mucho de lo que puedas hacer, mujer. Ya ríndete —musitó Eric.
La mujer enfadada firmó el documento dejando este en la misma mesa, luego salió echando humo por las orejas y haciendo sonar sus tacos al andar. La seguía su esposo quien logro realizar una leve venia ante el juez y salir de la sala.
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Amely (Proceso)
Teen FictionAmely, es el libro que cuenta la historia de vida de una joven asiática que sobrevive a fuertes sucesos. Todo comienza con la muerte de su madre, pero ¿Cómo terminara? Anímate a vivir desde cerca esta emocionante historia. Po...