29. Busan

53 3 1
                                    










Bajó del auto con la sonrisa pegada en los labios y la esperanza bien puesta en el corazón, sabía que al fin había solucionado una pequeña pero significativa parte de su vida, y todo gracias a YoungMi, quien la había ayudado en aquella misión.

—Espero todo vaya bien de ahora en adelante, Amely —dijo el joven sonriendo para ella desde la ventana del carro. Sentía aquella felicidad por alegrar un poco la vida de la mujer que amaba.

—Gracias por todo, YoungMi —respondió la pelinegra.

—No agradezcas —dijo—. Ahora ve con calma. De seguro querrá recuperar el tiempo perdido.

—Creo que si... —aclaró ella para luego brotar una risita nerviosa, pues sabía que ahora entre JiHo y ella se venían cosas buenas.

Ambas miradas se cruzaron en un último adiós, quedando en sus mentes los colores permanentes de sus orbes, tan sinceros como la noche; reflejaban la felicidad de verse y poder ayudarse. 
Pegó un suspiro al firmamento, como si agradeciera al mismísimo dios del viento el hecho de ser feliz por unos minutos; dejando así que su mirada perdiera aquel carro. Entonces el móvil sonó.

Mensaje: Bin <3

Fue lindo verte hoy. De verdad te extrañaba mucho... Espero verte muy pronto ✔✔

De inmediato su rostro tomaba un nuevo color, la sensación de felicidad recorría todo su cuerpo ¿Acaso eso era estar feliz? Si así era, la sensación le encantaba.
Una sonrisa se dibujo en su rostro haciendo que sus facciones fueran más hermosas que la primavera. De inmediato contesto.

Mensaje: Amy

Espero lo mismo, Bin. Descansa ¿Si? ✔✔

Amely miraba el móvil como una niña con juguete nuevo, cuando una voz desde la esquina del edificio en donde vivía resonaba en su cabeza, con el paso de un aroma ya conocido: frutas rojas y lavanda.

—Que linda te ves siendo una boba —dijo Natasha apareciendo con una chaqueta negra larga que la cubría hasta la pantorrilla.

—Na -natasha —respondió la asiática con una sensación que recorrió su espalda — ¿Hace cuánto estás ahí?

—No lo sé —dijo—. Hace un par de horas ¿Por qué? Acaso ¿No querías que te viera con YoungMi? —aclaró tomando paso hacía la joven; resonando sus tacones en el paso—. No juegues con fuego, Amely, o vas a quemarte.

— ¿Jugar? —alzó una ceja con el rostro completamente confundido—. Yo no estoy jugando a nada.

—YoungMi es un hombre casado, y no con cualquier persona, lo sabes ¿No?

— ¡Espera! ¿Piensas que yo y él...? —guió sus dedos juntos, dando señales de unión, para luego dar una enorme carcajada—. No, no, no... Yo sólo...

—No me interesa lo que hagas o dejes de hacer con él, pero debes tener cuidado, porque ya fuiste golpeada una vez —terminó la japonesa acortando la distancia entre ambas—. No quiero volver a matar por la misma razón... Es aburrido.

—Ma... ¿Matar? —rápidamente sus orbes se agrandaban, mientras la japonesa avanzaba hacía un auto estacionado a unos metros de ellas—. ¿Qué quieres decir con eso? —alzó la voz Amely; no obstante la respuesta fue omitida por el sonido de las llaves que danzaban en la diestra de Natasha.

—Sube al carro, Amely... Eric nos está esperando —afirmó con la mirada fuerte; con la atmosfera tenebrosa que plantaba en la joven—. No perdamos más el tiempo

6 horas antes


— ¿Dónde encontraste eso? —preguntaba Kwan, nervioso de lo que veía sobre la mesa.

Amely (Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora