La elegida ~«•[Jason the toymaker y tu]•»~

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- y por eso te vas a ir? - se podía sentir una vibra leve de enojo que emanaba de el pelirrojo - no hay nadie más?-

- no hay nadie más, Jason, será por poco tiempo- volviste a tu acción de guardar tu ropa en la maleta.

La verdad era que ni siquiera sabias cuando ibas a regresar, pero lo que dijiste calmo un poco a Jason.

El miro a otro lado, pensando en una solución a ese problema, tal vez si mataba a el viejo... pero te pondría triste, la verdad, eso nunca le había importado hasta ahora, le estabas empezando a importar más que otras amigas que ha tenido, y eso incluía que le importaba cómo te sentías. Pero algo era seguro... si alguien se interponía lo suficiente entre tú y el... seguro te imaginas lo que pasaría. En lo que su mente divagaba por otros pensamientos, tu ya habías acabado de empacar y empezaste a cargar la maleta hacia la puerta de tu cuarto, en eso los ojos de Jason se abrieron como platos, señalando una brillante idea, salió de su estado pensativo y te agarró del brazo, deteniéndote de salir del cuarto y haciendo que lo voltearas a ver.

- ___! Se me ocurrió...- soltó tu brazo y puso una gran sonrisa - puedo acompañarte? - antes de que pudieras dar respuesta el continuo - mira, si somos dos podríamos cuidar mejor de tu padre, y así tú podrías... no se, dormir? O hacer otra cosa en lo que yo lo cuido- mientras que contaba su propuesta caminaba alrededor de ti - así no tendrías que preocuparte mucho-

Pensaste un poco en los pros y los contras, hace unas semanas que conociste a Jason y la verdad... ya confiabas completamente en el, así que te fuiste por señalar que aceptabas la propuesta asintiendo con tu cabeza.

- ok, pero no abra tanto tiempo libre, estás bien con eso?-

- pero si habrá después de todo no?- el pelirrojo se mostró optimista - además, estoy bien con solo ayudarte- eso no era cierto, pero estabas ciega ante los malos lados de Jason.

- ve a empacar tus cosas y nos vemos aquí cuando termines- dijiste sonriendo.

El salió del cuarto corriendo, pero cuando tú saliste ya no había ni rastro de el, eso no te extrañó porque ya había pasado muchas veces que hace eso, lo que si te asustó fue cuando sentiste que tocaban tu hombro, soltaste un pequeño grito y te volteaste para ver a Jason sosteniendo una maleta roja.

- y bueno- una sonrisa estaba pintada en su cara - cuando partimos?-