22.- "Un sueño muy real" (P.o.v. Garreth)

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Esa mañana de lunes no me encontraba nada bien, sentía el cuerpo muy pesado, fue obvio que me resfrié a causa de estar tanto tiempo bajo la lluvia la noche anterior. Normalmente, casi nunca me enfermaba, pero cuando un virus lograba pasar mis defensas era realmente devastador. Aunque estaba enfermo, algo mareado, sintiendo dolor y con un poco de dificultad para mantenerme de pie, decidí no faltar a clases.

No deseaba quedarme en casa solo, no quería que esa extraña sensación me invadiera de nuevo al recordar lo pasado recientemente. Pensé que el ir a la escuela y tener mi cabeza ocupada en algo, me serviría para olvidar mi malestar. Además, no quería retrasarme en las clases.

La distancia de mi casa hasta el colegio se me hizo el doble de lejos esa mañana. Cuando iba caminando, el ruido que escuchaba proveniente de los carros, los establecimientos, las voces de las personas e incluso el cantar de las aves se me hizo muy intenso y bastante molesto. Hasta la luz del sol por la mañana que tanto me gustaba, me desagradaba ese día.

Con dificultad logré llegar a mi salón, sin que el prefecto me detuviera en la entrada, tuve algo de suerte ya que no tenía ganas de soportarlo. Me dejé caer en mi asiento, coloqué los brazos sobre la paleta y apoyé mi cabeza en ellos. La sensación era agradable al cerrar los ojos. Mi placentero momento fue interrumpido de pronto.

— No te acomodes así. Te vas a jorobar – dijo Duke al darme una fuerte palmada en la espalda.

— Lo siento – le respondí al intentar sentarme derecho.

— ¿Te pasa algo?, tu cara se ve muy mal – mencionó al mirarme.

— Creo que estoy un poco resfriado. No te preocupes.

— No lo hago. Es solo que tu cara luce peor que de costumbre – dejó de mirarme para acomodar sus útiles.

Me quedé en silencio, su comentario me causó gracia, pero, no tenía ganas de seguir conversando. No me preguntó o dijo algo más, parecía que todo había vuelto a la normalidad.

Durante la primera hora sentí mi cuerpo aún más pesado que cuando llegué, la cabeza me daba vueltas y me dolían los ojos, tanto, que solo quería cerrarlos y dejar de resistirme a la enfermedad. Cuando estaban a punto de fallarme las fuerzas, escuché una voz que provenía de al lado.

— Profesor, mi compañero no se siente bien. ¿Puedo llevarlo a la enfermería? – dijo Duke con la mano levantada.

El profesor me vio y accedió a su petición, supongo que mi cara si estaba horrible como dijo Duke, porque el profesor no me preguntó nada. Duke decía que me apoyara en él cuando salimos del salón para ir a la enfermería, aun sintiéndome tan mal, no quería hacerlo, se veía tan delgado y frágil, a diferencia de mí. Intuí que si aplicaba un poco de fuerza sobre su débil cuerpo podría romperlo.

Hasta en esta situación te vas a hacer el fuerte me dijo en lo que tomaba mi brazo y lo pasaba detrás de su cuello hasta el hombro para que me apoyara en él. En ese momento descubrí que no era tan débil como pensaba. Me dejaba llevar por su fino y lindo aspecto, al punto que lo llegaba a tratar como a una chica, pero, él era un hombre, con más fuerza de la que imaginaba. En el trayecto noté que evitaba mirarme, con lo pulcro que era, quizás no quería que lo contagiara.

Llegamos a la enfermería, la médica que se encontraba ahí dijo que me sentara en lo que iba por un termómetro, mi temperatura estaba muy elevada. Me recetó unos medicamente y me preguntó si alguno de mis padres podría ir por mí. Naturalmente, le dije que solo tenía a mi madre, mentí diciendo que era imposible para ella por su trabajo, sabía que no iría, aunque pudiese hacerlo. Además, no tenía ganas de verla.

Recuérdame: más que una historia de amor [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora