44.- "Si dejamos de ser amigos..."

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El pelirrojo escuchó una voz familiar que lo llamaba, volvió su mirada hacia esa persona que se encontraba detrás de él, era su padre quién lo había llamado. Un señor de apariencia madura, de gran estatura, postura erguida, complexión mediana y un severo semblante.

— ¿No me vas a presentar? —preguntó el señor.

— Claro, él es mi padre —le dijo a la joven —. Papá ella es una amiga.

— ¿Y tú amiga tiene nombre?

— Me llamo Karen, mucho gusto señor —la joven lo saludó estrechando su mano.

— Rafael Arias, jovencita.

El pelirrojo permanecía cohibido, la presencia de su padre le infundía, más que respeto, un cierto temor que no comprendía. El hombre de duro semblante parecía estar contento de haber encontrado a su hijo en, lo que consideraba, excelente compañía. No les quitó mucho tiempo, intercambiaron algunas palabras y el padre de Duke pasó a retirarse, no sin antes informarle que lo iría a visitar en los días siguientes. Duke estaba verdaderamente sorprendido con la actitud de su padre, hacía mucho no le dedicaba una sonrisa, menos una visita en su casa.

Estaba feliz, una de las cosas que Duke más anhelaba en el mundo era volver a tener una buena relación con su padre, aún sin saber el motivo por el cual se habían distanciado tanto.

— «Me alegra ver que Duke ha regresado al buen camino» —meditaba Rafael al alejarse de los chicos.

Al final del día, Duke se sentía bastante bien, no pensó que esa salida con la chica fuera una pérdida de tiempo después de todo. Pasaron unos días, el pelirrojo no había hablado con su madre todavía, imaginó que al saber lo que le ocurría podría solucionarlo solo, de no ser así en un determinado tiempo, le trasmitiría su preocupación. La problemática persistía, pero eso no impidió que Duke regresara a su ritmo normal de vida.

Mientras que el pelirrojo volvía a ser el de antes, Garreth se comportaba diferente, y no solo con Duke.

— ¡Hola! —Karen saludó alegre, como siempre, tomando del brazo a Garreth.

El chico de cabello blanco, en un impulso, realizó un movimiento brusco librándose de su agarre, apartando con ello a Karen.

— ¿Eh? —estaba confundida ante la áspera e inusual reacción por parte de Garreth.

— Lo siento —mencionó con tono débil y siguió caminando.

A Garreth no le molestaban las continuas y atrevidas muestras de afecto por parte de Karen, pero llevaba algunos días que la presencia de la chica lo fastidiaba.

— «¿Por qué hice eso?» —reflexionaba Garreth camino al aula de clases.

Había dejado atrás a la chica castaña, la acción de Garreth la entristeció, intentaba comprender por qué últimamente la evitaba y trataba de forma injusta.

— Milagro que llegas solo —expresó Duke al no ver a Karen prendida del brazo de su amigo.

El joven de cabello blanco suspiró, no emitió palabra alguna ante el comentario de su amigo. No entendía el motivo de su reciente molestia, para él no existía razón alguna. Tenía amigos, ya no tenía que seguir mintiéndole a Duke, al menos a la personalidad que estaba presente en el colegio, las calificaciones eran aceptables, no había experimentado más situaciones desagradables con su madre, aun así, había algo que lo incomodaba.

— ¿Te pasa algo? —preguntó Duke.

— Nada, ¿por qué lo preguntas?

— Porque llevas unos días más serio de lo normal.

Recuérdame: más que una historia de amor [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora