34.- ¿Me perdonas?

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Desde el inicio había sido un solo joven pelirrojo, un solo Duke, pero la situación era más compleja de lo que se pensaba. Ari le contó una parte de la verdad a Garreth, consideró que el resto no le correspondía decirlo. El joven de cabello oscuro se sentía confundido, estaba aliviado al saber la razón del cambio de su amigo, pero también estaba muy avergonzado por comportarse de esa manera tan injusta con él.

No aclaró su mente, sus pensamientos estaban tan desordenados como su cabello al momento de levantarse de la cama para ir al colegio. Al llegar a la puerta de entrada del colegio, imprevistamente coincidió con el joven pelirrojo, ambos detuvieron su caminar, quedando uno frente al otro. Sus miradas tenían la habilidad especial de conectarse ignorando todo lo demás.

Repentinamente la expresión de Duke cambió, bajó las cejas y arrugó un poco la frente en señal de molestia, bufó y continuó su camino.

— «Sigue muy enfadado conmigo» – Garreth pensó afligido. Al estar ensimismado no se percató de la persona que se acercaba por detrás.

— ¡Buenos días! – Karen saludó amistosamente al prenderse de su brazo.

— Buenos días – titubeó

Lo cercana y cariñosa que se mostraba con él, hacía pensar a quienes los veían que eran una pareja. A Karen no le molestaba en absoluto que los demás tuvieran esa idea, por momentos olvidaba que eran solo amigos, ya que Garreth no ponía objeción alguna a sus continuos acercamientos. Imaginaba que en un futuro no muy lejano lo que decían de ellos sería una realidad.

Al llegar al aula de clases, el chico de cabello oscuro intentó que sus ojos se encontraran de nuevo con esos ojos azules, pero Duke no permitió que eso sucediera, mantuvo la mirada baja con una evidente emoción de desagrado en su rostro.

Garreth tenía la idea de que Duke estaba molesto con él por lo que había sucedido, y que hacer las paces no sería nada fácil. Se quedó inmóvil observando a su compañero, la chica castaña lo jaló del brazo para que ambos tomaran asiento. La boca de la chica se movía, pero Garreth no escuchaba nada de lo que ella decía, se encontraba profundamente concentrado en sus pensamientos.

En la clase de inglés, la maestra instruyó a los alumnos a realizar una actividad en equipo, una alumna preguntó si podían elegir al compañero para dicha actividad, a lo que la profesora respondió afirmativamente. Tras escuchar esa respuesta, varias chicas voltearon su mirada hacia el pelirrojo. Al percatarse de ello, Duke sintió amenaza de su entorno, una sensación similar a cuando un cordero es rodeado por lobos hambrientos.

Él no era el único objetivo, las chicas que no lo observaban, tenían sus intenciones puestas en otro chico, a diferencia del pelirrojo, Garreth no se percató de esas miradas, algo usual en él. La castaña a su lado también quería ser su compañera, pero antes de que alguna se moviera o emitiera alguna palabra la maestra dio una segunda instrucción.

— Solo formaré una pareja – decidió al darse cuenta de la situación.

Las caras tristes se hicieron presentes en los rostros de las jovencitas cuando la profesora había formado como equipo a Garreth y Duke. Ambos jóvenes estaban sorprendidos, no podían evitar el tener que trabajar juntos.

— No es justo – rechistó Karen, parecía expresar la opinión de todas.

Intercambiaron lugares para realizar la actividad, el pelirrojo no se movió de su asiento, por lo que Garreth decidió acercarse, aunque la timidez lo invadía. Se encontraban uno al lado del otro, no se hablaban, tampoco se veían, no sabían cómo desaparecer esa incomodidad que los rodeaba.

Recuérdame: más que una historia de amor [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora