51.- "Confesión"

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Ambos jóvenes miraban hacia la naciente bola de fuego, uno de los momentos más bellos del día cuyo costo tan solo era tener la determinación de levantarse de la cama. Cuando el sol estaba más arriba Karen y Ari se levantaron, la chica le dio los buenos días a Garreth con un fuerte abrazo, le gustaba sentir muy cerca el cuerpo del chico que le gustaba. Al pelirrojo le molestaba cada vez más el atrevimiento de la chica, pero no podía expresar abiertamente su descontento.

Para el desayuno hubo frutos secos y zumos preservados en una hielera. Al acomodar sus pertenencias dentro de las tiendas, Karen sugirió ir hacia la cascada, su lugar favorito de la zona. Se dirigieron hacia allá, atravesaron un puente de roca, una vez del otro lado descendieron hasta llegar al borde del cauce y siguieron la senda hasta la base de la cascada. El paisaje era espléndido, una deliciosa frescura emanaba de todo el lugar, era perfecto. Karen decidió tomar fotografías de sus amigos en ese maravilloso panorama, especialmente fijaba la cámara en Garreth, no desaprovechaba cada oportunidad que tenía para obtener imágenes de él.

—Podemos darnos un baño —sugirió la chica entusiasmada.

—Suena bien, hace calor —secundó Ari.

—Yo paso —mencionó el pelirrojo.

—Siempre evitas todo lo divertido o ¿solo te gusta darme la contra?

—No porque tú lo digas es divertido y creo que si —respondió Duke.

—Mejor, así no vemos tu pálido y debilucho ser. Tú si, ¿verdad? —se dirigió a Garreth.

—Pero, te dije que no sé nadar —respondió el fornido chico.

—No importa, yo te enseño —ella insistió.

—Gracias Karen, pero prefiero hacerle compañía a Duke.

Karen estaba desanimada, sus insistentes intentos por que Garreth nadara con ella fueron en vano. Ari sonrió, como si hubiera sabido con antelación que Garreth elegiría a Duke. El castaño animó a la chica, la acompañó para darse un fresco baño, y al jugar en el agua hizo olvidar a Karen su descontento.

—No quiero que te aburras por mi culpa —expresó Duke con voz monótona —. Pero me alegro de que no siguieras sus tonterías.

—Me sería incomodo ser enseñado por una chica, además... quería quedarme contigo, nunca me aburro contigo.

Los latidos de su corazón se aceleraron repentinamente, era como si las palabras de Garreth se hubieran convertido en una especie de escalofríos que recorrió todo su cuerpo, haciéndolo sentir bastante nervioso. Duke estaba feliz, muy feliz, pero evitó mirarlo a la cara, sentía que el solo cruce de sus miradas podría exponer todo lo que en su interior experimentaba. Su piel era muy pálida, cuando estaba al lado de Garreth imaginaba que era transparente, que sus emociones podrían ser fácilmente apreciables y lo eran, pero afortunadamente para Duke, Garreth era un chico que apenas conocía lo básico en relaciones humanas y era algo distraído.

Había prolongados lapsos de silencio entre ambos jóvenes, pero eso no evitó que la conversación siguiera con naturalidad, al menos para uno de ellos. Después de tanto jugar en el agua, Karen y Ari salieron para secarse antes de regresar a su campamento. La chica le comentó al pelirrojo de algunas duchas que rentaban en el pequeño poblado, eso le pareció mejor que bañarse en aguas no potables.

De regreso, Duke acomodó en su mochila lo necesario para ir al poblado, Karen detuvo su andar para mirar hacia el cielo y observó las nubes.

—¿No sería maravilloso que lloviera? —mencionó la chica.

Recuérdame: más que una historia de amor [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora