32.- "Del otro lado de la moneda" (P.O.V Duke)

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Este capítulo está dedicado apokyy12   SandraGarces17   donis020703 Y JK-SHINee (mi lector beta) que ama a Duke.

Solía preocuparme únicamente por los estudios, mis padres siempre han sido estrictos con eso y han tenido altas expectativas sobre mí. Para poder corresponder un poco a lo mucho que me han dado a lo largo de mi vida, decidí esforzarme al máximo en los estudios. Desde pequeño me enseñaron a ser muy amable con todas las personas, en especial con las chicas, con el tiempo lo hacía por educación más no por que quisiera serlo.

Hice lo mejor que pude por ser un hijo ejemplar, ese hijo perfecto que ellos anhelaban, pero no bastó. No recordaba con exactitud mi primer año de secundaria, lo que si recordaba fue que en ese tiempo mis padres decidieron enviarme a un internado, sin saber los motivos, se alejaron de mí y poco después se divorciaron.

Me sentí verdaderamente frustrado al no saber por que había sucedido algo así, porque mi vida había cambiado drásticamente. Eran estrictos conmigo, pero también eran unos padres amorosos, tal vez porque era su único hijo.

Debí hacer algo muy malo ya que la buena relación que tenía con mi padre jamás fue la misma, se distanció física y emocionalmente de mí. Mi madre tampoco era la misma, después de que regresé a casa la sentí muy sobreprotectora, como si tuviera miedo de que algo malo me pasara. En una ocasión los escuché discutir y en ella mi padre me culpaba a mí de su separación. Por más que traté de recordar que fue lo que hice mal, no pude, tampoco les pregunté a ellos, tenía miedo, no quería remover el pasado. Si yo era el causante de todo lo que nos pasaba, debía tratar de remediarlo. Fui aún más disciplinado, me dediqué por completo al estudio, no salía de casa, me alejé de las amistades y trataba de no conocer personas nuevas, solo hablaba lo mínimo posible.

Me volví una persona fría e inexpresiva, según la opinión de mi primo, pero, aun así, siempre les sonreía de manera amable a quienes se me acercaban, una sonrisa que me costaba fingir. A pesar de mis esfuerzos por ser un hijo perfecto tanto en la escuela como en mi casa, mis padres no volvieron a ser los mismos, tampoco a estar juntos, todo parecía en vano, pero aun así no desistí. Me tomó bastante tiempo, pero logré que mi padre me hablara de nuevo, poco y casi siempre por teléfono, pero era un avance. Lo extraño de sus conversaciones era que siempre me decía que me relajara en cuanto a la escuela y buscara una novia, que no me relacionara demasiado con los chicos, menos con los que tenían apariencia de delincuentes o problemáticos. Aunque tenía su aprobación para tener una novia, traté de elegir mejor para que no me sucediera lo mismo que con las otras, pero ninguna capturó mi interés. En cuanto a las amistades inadecuadas, no era difícil seguir su consejo, ya que no tenía intenciones de tener por amigos a sujetos de ese tipo.

Había logrado recuperar un equilibrio en mi vida, con mi familia, aunque no era lo mismo. Eso se destruyó cuando conocí a una persona, un chico de mí misma edad, el primer día de clases en la preparatoria. Su cabello teñido de blanco, su robusta complexión y su mirada intimidante eran señales más que obvias de que se trataba de un chico problemático. No teníamos ni diez segundos de habernos visto y afirmó que nos conocíamos, aseguraba que yo era alguien más. Jamás tendría por amigo a alguien con ese aspecto, no quería involucrarme con él, así que fui lo más directo y breve posible para demostrarle que se equivocaba de persona.

Él no dejaba de mirarme, al parecer aún seguía creyendo que me conocía, su mirada realmente me incomodaba. No sabía porqué, pero el primer día lo salvé de las preguntas de un profesor, sabía que estuvo todo el tiempo distraído por mí. Debía destruir las esperanzas que aún tenía, así que fui tajante en explicarle por última vez que la persona que él buscaba y yo no éramos la misma. Creí que había sido muy claro, pero al día siguiente insistió en hablar conmigo, «¿qué le pasa a este chico?» – me preguntaba al ver que no desistía, aunque sabía perfectamente que debía alejarme de él, cuando miré su rostro afligido no pude rechazar su petición. Se disculpó conmigo de una manera que no iba acorde a su ruda apariencia, lo cual me sorprendió mucho.

Recuérdame: más que una historia de amor [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora