El mundo seguía funcionando de la misma manera, el sol salió por la misma dirección, el canto de las aves no había cambiado, el despertador sonó a la hora programada. Duke no había pasado una buena noche, no deseaba levantarse e ir a la escuela, pero quedarse en casa le parecía peor. No peinó su cabello como solía hacerlo al ir al colegio, salió de su habitación y fue directo a la puerta de salida. Tenía un nudo en el estómago, además no quería ver a su mamá, por lo que se marchó de casa sin ingerir la comida más importante del día.
Era una situación difícil e incómoda para Duke, quién toda su vida se había esforzado por ganar la admiración de sus padres y por mantener una buena relación con ellos. Todo marchaba bien hasta su primer año de secundaria, cuando conoció a Garreth. No se arrepintió de haberlo conocido, eso jamás lo haría, pero en ese momento se sintió culpable de haber desarrollado sentimientos más allá de la amistad, sentimientos que arrastraron a Garreth a convertiste en un ser despreciable, como él se sentía, y estar en esa situación donde era repudiado por sus padres.
Sin percatarse del tiempo y la distancia transcurridos, Duke se encontraba a escasos pasos de la entrada del colegio. Duke se detuvo frente a la gran puerta, estaba indeciso entre ingresar o no a la institución, dio un paso hacia atrás y al hacerlo chocó con alguien a sus espaldas.
—Lo sien... —se detuvo al ver con quién había tropezado.
—No te preocupes, yo me acerqué mucho sin avisar —mencionó Garreth sosteniendo a Duke de los hombros.
Duke se quedó un instante observando su rostro y escuchando la voz de Garreth, se sintió extraño, experimentó un agradable sentimiento que rivalizaba con la aflicción que lo invadía. Aunque el sentimiento que le provocaba Garreth era intenso, no borraba por completo lo que cargaba consigo desde el día anterior.
—Sí, tú tienes la culpa —respondió con una sonrisa forzada.
—¿Te sientes bien? —preguntó Garreth.
—No... —respondió Duke sin pensarlo, mirándolo a los ojos —. No, porque acabo de chocar con una dura roca —le dio un leve golpe con el dorso de la mano en el pecho.
El joven de cabello oscuro percibía que algo no estaba bien con Duke, pero su humor parecía el de siempre y eso lo confundía. Garreth le colocó la mano sobre el hombro a Duke y le dio un empuje para entrar antes del timbre. Para Duke, esa pequeña acción fue el estímulo que necesitaba para no evadir sus problemas, lo hizo sentir apoyado, a pesar de lo difícil que se había vuelto todo su entorno.
Durante las clases, la atención de Duke se distraía por breves lapsos, conforme pasaba el día se daba cuenta de que todo seguía igual, con excepción de su casa, su vida no había cambiado completamente. Garreth podía percibir que algo ocupaba la mente de Duke, trató de animarlo haciendo que pensara en otras cosas, como la música que les gustaba, las series que tenían en común, incluso le sugirió salir en su próxima cita a jugar bolos o billar, dos cosas que el pelirrojo quería practicar desde hace tiempo y no lo había hecho.
El semblante de Duke se vio relajado, era como si todos los problemas no importaran cuando estaba junto a Garreth, comprendió que seguía atado al pasado, que no era fácil cambiar lo que se es, pero esforzándose, poco a poco lograría convertirse en aquella persona de la cual se sintiera orgulloso y alcanzaría ese futuro que tanto anhelaba.
Las palabras de Garreth no dejaban de revolotear en su interior: Algún día seremos adultos y podremos estar juntos todo el tiempo. Duke estaba seguro de que así sería, ese día no estaba tan lejano, solo debía ser paciente y tratar de no romperse en el camino. Su objetivo valía todo el esfuerzo que fuera necesario.
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Recuérdame: más que una historia de amor [BL]
Teen FictionSinopsis: Garreth es un chico solitario que no siente importarle a nadie. Su apariencia agresiva y su retraída forma de ser le causan problemas, al grado de tener ideas suicidas. Todo cambia cuando conoce a un chico de singular aspecto, Duke. Ambo...