Llegué a mi casa, mamá se encontraba en la cocina, evité mirarla a los ojos, solo le anuncié que era yo quién había entrado a casa. Me sentía bastante extraño, una sensación similar a cuando se ingiere una fuerte medicación, que tu cuerpo está, pero a la vez no, solo así podía describir el estado en que me encontraba ese día.
No era para menos, acababa de descubrir algo demencial, no era algo fácil de asimilar que padecía de "personalidad múltiple", el termino apropiado era complicado de recordar. Fui directo a mi habitación, una vez dentro dejé caer mi mochila al piso, normalmente la colocaba con cuidado cerca de mi escritorio, abrí la puerta que conectaba mi habitación con el cuarto de baño, caminé hacia el espejo. Miré fijamente mi rostro por un breve lapso, tratando de encontrar algo raro, como si haciendo eso mi otro yo me respondiera, obviamente no sería así. Abrí mis ojos, con las manos estiré mi cara, no encontré nada diferente de lo usual, Garreth tenía razón, seguía siendo yo mismo.
Al recordar sus palabras sonreí, al observar esa sonrisa reflejada en el espejo me dio algo de pena, me aparté del cristal, fue demasiado mi desconcierto al ver esa sonrisa boba que él dibujaba en mi rostro. En ese instante no supe que me hacía sentir más extraño, si el saber que tenía esa clase de trastorno mental o los sentimientos que tenía por Garreth y que cada vez eran más intensos.
Cuando tenía las manos presionando mi rostro, mamá me llamó para comer, su voz me trajo de nuevo a la realidad, le indiqué que iba en un momento, así lo hice, me senté en el comedor, la comida ya estaba servida y olía delicioso, aunque no tenía mucho apetito. Me mantuve en silencio picando los alimentos, mamá me preguntó si algo me pasaba, esa pregunta me encendió un poco, quise decirle "si, y tú sabes perfectamente que es", pero me contuve y respondí con una negativa.
Estaba indeciso, no sabía si hablar con ella sobre lo que me pasaba en ese momento, los padres podrán ser las personas que más nos aman, pero también son las que menos nos comprenden. Decidí esperar un poco antes de confrontarla, terminé de merendar, le agradecí por la comida y me retiré de la mesa, mamá no dejó de mirarme en todo momento. Regresé a mi habitación, tomé mi teléfono móvil para llamar a Ari, necesitaba que alguien me dijera todo lo que Garreth no pudo decirme. Al parecer Ari estaba ocupado haciendo de niñero, pero me dijo que vendría de inmediato. La espera me pareció eterna hasta que escuché el timbre, abrí la puerta y una pequeña persona se abalanzó sobre mí.
- ¡Conejo! -exclamó el pequeño con una sonrisa.
Ari se encontraba detrás del niño, trató de ocultar su risa causada por la palabra de nuestro pequeño primo. Había olvidado que él me llamaba así desde los dos años debido al color de mi cabello que le recordaba a las zanahorias, alimento de su conejo mascota.
- Aldo ya estas grande, no me llames así -lo aparté de mí.
- Lo siento "Du".
No sé que era peor, si el apodo o que no pronunciara bien mi nombre, lo pasé por alto, mientras que Ari seguía riendo.
- Tú le metes esas ideas ¿verdad? -lo cuestioné.
- Te juro que no, solo es una graciosa coincidencia.
Les permití pasar, dentro de mi habitación le presté algunos juguetes a Aldo para que no molestara en lo que hablaba con Ari. Me senté sobre mi cama, Ari lo hizo en la silla del escritorio, la cual giraba, era mayor que yo, pero en ocasiones parecía un niño.
- Ari, ya lo sé todo -dije con seriedad.
- ¿De qué hablas? -detuvo el movimiento de la silla y me miró confundido.
ESTÁS LEYENDO
Recuérdame: más que una historia de amor [BL]
Teen FictionSinopsis: Garreth es un chico solitario que no siente importarle a nadie. Su apariencia agresiva y su retraída forma de ser le causan problemas, al grado de tener ideas suicidas. Todo cambia cuando conoce a un chico de singular aspecto, Duke. Ambo...