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      Conseguí todos los papeles que ella me había dicho y al otro día en la tarde tomé de nuevo el tranvía y fui y hablé con el celador y llené mis pulmones de ese mismo olor que ya sentía más mío y caminé alegre por esos corredores y cuando llegué a secretaría encontré a la rectora de nuevo allí y me saludó y me dijo que más y le dijo a la secretaría esta es Mónica la chica de la que te hablaba y la secretaria me dijo ven sientate y empezó a sacar y a escribir en unos papeles y me preguntó varias cosas y ella seguía escribiendo y yo permanecía mirando hasta que en un momento ella detuvo el lapicero y se quedó como congelada, me miró y me preguntó -¿Y dónde está tu acudiente?- y a mí se me enfrió todo, yo pensé Roxane Roxane no puede ser y le pregunté -¿No puedo hacer esto yo sola?- y me respondió -No, tú eres menor de edad y necesitas a alguien que firme como tu acudiente- y yo pensé puta vida, le dije que bueno, que volvería al otro día con alguien y me fui toda desilusionada, me devolví a la casa. El camino se me hizo el doble de largo. Lo siguiente iba a ser muy complicado.

Me quedé esperando hasta las 11 de la noche que fue cuando llegó Roxane. La esperé sentada en un sofá de la sala y cuando al fin ella llegó me vio y me dio un simple hola, luego se fue a su cuarto y se encerró. Yo decidí darle un tiempo prudente a que llegara, se acomodara, se cambiara la ropa, se desestresara del trabajo antes de decirle que la necesitaba, pero ella no salía de su habitación, esperé un rato más pero nada, así que fui y toqué su puerta.

-¿Qué quiere? -me preguntó desde el otro lado de la puerta.

-Necesito hablar contigo.

-Hablamos mañana, estoy muy cansada, vete -dijo y yo me estremecí, dudé por un segundo.

-Tiene que ser ya -me sentí avergonzada, me agarré un brazo y ella no respondió.

Luego de un momento Roxane abrió la puerta. Estaba en pijama y con el pelo recogido, estaba de mal humor, como siempre. Le conté que había ido al CEFA a pedir un cupo y que me lo habían dado, que me había matriculado y que ya estaba todo hecho y que solo necesitaba que ella fuera a firmar como mi acudiente para concluir y poder terminar mi bachillerato.

-¿Que usted se matriculó en el CEFA? ¿¡Y con permiso de quien!? -gruñó-. No no no, cómo así, a mí ese colegio no me gusta, eso allá está lleno de lesbianas y además queda bien lejos y yo no tengo para darle pasajes ni almuerzo y bla bla bla.

Yo me sentí demasiado enojada, empezamos a discutir, me dijo que no, que yo no me mandaba sola y yo le dije que ella no era mi mamá y me respondió que demalas y así, luego me cerró la puerta en la cara y yo fui y me encerré en mi pieza. Tiré la puerta, cerré las cortinas, me sentía triste, frustrada, enojada, me quería morir. Me tiré en la cama a llorar. Volví a caer en lo mismo. Esa noche me fumé media caja de cigarrillos.

Sing me to sleep, I don't want to wake up for my own anymore

Las desventajas de vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora