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      Afortunadamente yo no era claustrofóbica, estaba ahí atrapada, en unos pocos metros cuadrados, encerrada en contra de mi voluntad, me movía por toda la casa, intentaba distraerme, buscaba una manera de escapar, de salir, pero todo era inútil, simplemente estaba atascada mientras la tristeza y la ansiedad aumentaban y me consumían. Me sentía frustrada, impotente, olvidada.

El teléfono no sonaba, también ellos me habían abandonado, yo no le importaba un carajo a Roxane, yo no le importaba un culo a Mandy, era desolador, yo solo era un intento fallido de vida, una adolescencia frustrada, un desperdicio de aire. Había hecho todo a mi alcance, lo había intentado mil y una veces, había tratado con todo pero la vida simplemente no me quería ver feliz, todo estaba en mi contra, yo era una inútil, una estúpida, simplemente nada merecía la pena y los malos pensamientos daban vueltas una y otra vez por mi cabeza y la ansiedad crecía y crecía hasta que me hacía temblar y comerme las uñas, necesitaba urgente algo que me hiciera olvidar de mí misma, pero Roxane parecía decidida a dejarme encerrada allí de por vida

Las desventajas de vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora