Capítulo 22: Nudo.

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Harry tocaba algunas notas sueltas mientras yo lo observaba y oía atentamente, el parecía muy concentrado en conseguir la melodía inicial de la única canción que había aprendido a tocar entera en su adolescencia, ya que yo muy emocionado al ver su guitarra vieja le había pedido que tocara algo, y el había accedido diciendo que si tenía una canción para mi, aunque ahora no recordaba siquiera como posar una guitarra sobre sus piernas.

-Realmente llevo mucho tiempo sin tocar, casi 9 años..

Se excusó mientras mi mirada expectante se posaba en sus ojos.

Estábamos en la que había sido su habitación cuando aun vivía con sus padres, ambos sentados en el suelo, de piernas cruzadas y frente a frente. Yo me sentía la típica chica con mirada embobada esperando atentamente una serenata de su novio.

-Apuesto a que sería mas fácil para ti estar en una redada justo ahora.. que cantarme.

Me quejé, formando un puchero.

El puntea un poco más esas finas cuerdas y sonríe en mi dirección.

-Tengo un omega con expectativas muy románticas, y no puedo fallarle. Creo que ya tengo la melodía.

Una sonrisa se extiende en mi rostro, doy dos cortos aplausos y me preparo para oírlo con atención.

-Supongo que si la conoces, es muy popular, por algo la aprendí en su momento..

Inicia, tocando una melodía que si era muy conocida por mí, inmediatamente y antes de que empezara a cantar la reconozco.

"Today is gonna be the day, that they're gonna throw it back to
you.."

Era Wonderwall, de Oasis.
Harry canta de acorde a la melodía y yo lo sigo, aunque muy bajito, el sonríe al oírme cantar y continúa, yo algo sonrojado sigo cantando nuestro dúo. Debía admitir que la canción era muy cliché, debía admitir también que por esa razón me encantaba.

Siempre fui un chico de gustos románticos muy poco "originales", crecí leyendo cuentos de hadas en donde el príncipe va a buscar a la princesa para hacerla descender del balcón y llevarla a un paseo nocturno a la luz de la luna mientras le canta y la besa hasta el amanecer. Yo era un omega, un omega cursi. Harry ante mis ojos ahora parecía un príncipe encantador y yo la princesa del cuento, cayendo rendida ante sus encantos y su voz armoniosa. Mi alfa cantaba realmente bien, su voz algo ronca y gruesa eran atrayentes, esperé atento el coro.

"Because maybe.. you’re gonna be the one who saves me..
And after all.. you’re my wonderwall.."

Harry me observa en todo momento, yo sin saber en donde esconderme agacho la mirada, sonrojado y con el corazón latiendo a mil por segundo.

Él era mi príncipe de cuento, el alfa de mis sueños, mi destinado por elección propia, futuro padre de mis hijos y el amor de mi vida, de eso no había duda.

Lo sabía con solo oírlo, lo sabía solo con tenerlo cerca.

Sonriendo aunque aún sonrojado, me inclino hacia adelante y me atrevo a cortar tan bonita serenata,  interrumpiéndolo solo para plantar un muy merecido beso en sus labios, él.. nada sorprendido se detiene para tomar mis mejillas entre sus manos y profundizar así un poco mi tímido beso, agradecía estar sentado, siempre que Harry iniciaba un beso largo y atrevido me temblaban las piernas.

Nuestros labios se rozan, nuestras lenguas se encuentran, sus manos descienden a mi cintura y el mundo desaparece a mi alrededor.

Podrían estar acabando con la humanidad afuera y yo seguiría tan feliz en los brazos de mi alfa.

Sentimiento Increíble - |l.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora