C A P Í T U L O 9

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"Sr. Wu"

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-¿Qué tanto hablaste con Yifan anoche? -Me preguntó Yixing, en aquel momento pensé que era curiosidad, hoy sé que eran celos.

Lo miré durante unos segundos, haciéndole desesperar. Yixing detesta que no le cuente cosas y mucho más si desea inmensamente saberlas.

-Nada bueno -Dije apático. Sólo sobre lo buen amante virgen que hubiese sido y que le gustaban morenos, sí, nada bueno -Hablamos de algunos alumnos, unas cuantas clases y cosas así.

Mi querido amigo empinó una de sus cejas de esa manera tan escalofriante que tanto odio, es como si retara con la mirada porque no se cree ni una sola palabra. No le culpo, después de todo le estaba mintiendo descaradamente.

En cada intermedio de clases le contaba un poquito de lo que había conversado con el señor Wu. Obviamente no todo era cierto, o algunas cosas estaban cambiadas a como las habíamos escrito él y yo.

-¡Hablaron un montón, entonces! -Dijo con un tinte molesto. Decidí obviarlo, en ese momento, y justo ahora, en estos momentos de mi vida o mejor dicho de nuestras vidas, no me importa mucho que digamos.

[Sr. Wu: Ya veo que le estas contando todo lo que hablamos a tu amigo]

[Sr. Wu: Que barbaridad]

[Le he contado cosas sin importancia y solo porque usted le dijo que estábamos conversando. Si no le cuento va a sospechar más de lo que ya lo hace]

[No es mi culpa]

[Sr. Wu: Quien confía en lo poco, confía en lo mucho, Zitao.]

[¿Qué quería que hiciera si él ya sabía que usted y yo anoche nos estábamos escribiendo]

√√ 2:51 p.m.

Aquella fue nuestra primera discusión y el día que me di cuenta que absolutamente todo lo que saliera de mi boca frente a Yixing iba a llegar a oídos de mi profesor en un santiamén.

Lastimosamente aquello no lo comprendí a cabalidad o más bien no le di la importancia debida ese día, ni siquiera en la siguiente extraña y tensa semana que viví. Para mi infortunio lo entendí cuando ya estaba metido en un buen lío con mi señor.

Mi Señor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora