Mi Señor.

C A P Í T U L O 48

No sé en qué momento exacto me pongo a llorar, solo sé que lágrimas brotan de mis ojos, mi mano duele un poco y ahí donde impacté Yixing tiene una enorme mancha roja. Me siento horrible, golpeé a una persona embarazada.

No importa si es un imbécil, el bebé no tiene la culpa.

–Eres un idiota, Yixing –Susurro, no sé qué parte de mi ser aún sigue enojada y cuál está lastimada. –El peor de todos. No eres más que una basura, escoria, Zhang. Me mentiste, me engañaste, me hiciste creer que Yifan estaba contigo cuando no era cierto ¡Y todo para tapar tu puto embarazo! Eres la zorra más grande que he conocido en mi vida, el bastardo más grande del mundo y te deseo de todo corazón que pagues cada una de mis lágrimas. Jamás vas a ser feliz en tu puta vida ¿Entiendes? Puedes decir lo que quieras de mí y de Yifan, puedes hacer lo que te dé la gana pero no vas a poder separarnos. Lamento tanto que ese bebé vaya a tener como padre un bastardo hipócrita como tú. Pobre desgraciado el que se quede contigo.

Yixing solo está ahí, de pie delante de mí escuchando cada una de mis palabras. Yo suspiro y limpio mis lágrimas antes de arrancar un par de las volantes que hay en la pared y tirárselas en la cara. Da un paso atrás y me mira fijamente, esperando algo más de mí, pero no lo recibirá. –Que tu hijo nazca bien, Yixing y que nunca se entere de la porquería de ser humano que eres.

–Yo no estoy embarazado... –Balbucea y yo me carcajeo en su cara, pero la risa no es real, es tan forzada.

–Sí lo estás, te escuché cuando se lo dijiste a Kyungsoo. Apuesto a que ni siquiera sabes quién es el padre.

–Es Yifan, el bebé es de Yifan.

–Pruébalo –Demanda una voz ronca a sus espaldas y veo como su cuerpo se tensa completamente –Prueba que ese bebé es mío y si resulta que es así entonces llevará mi apellido y jamás le faltará nada. De otra manera irás a la cárcel por difamación.

El jadeo que sale de entre los labios de Yixing hace que yo sonría victorioso en mi interior, la verdad es que no estoy realmente feliz por la situación, pero Yifan no está corriendo detrás de esa pequeña perra y eso sí me alegra.

–Tú eras la diversión, Yixing. –Anuncia Yifan dándonos la espalda a ambos y me estremezco –Desde la primera vez que le hice el amor a Zitao tu solo fuiste la puta buscona que no sabía cómo quitarme de encima, así que no te atrevas a decir o hacer nada en contra del hombre que amo o todos se enterarán de los abortos que te hiciste cuando aún eras menor de edad.

El chico en cuestión chilla horrorizado y yo no puedo hacer nada más que mirarle fijamente, aquello es información que yo desconocía. Él nunca lo dijo, jamás.

–Huang, sus clases comienzan en dos horas y su amigo Luhan le está buscando. Váyase.

Asiento, solo eso hago aunque Yifan no me ve.