Mi Señor.

C A P Í T U L O 34

Lo más difícil de todo no fue enfrentar a Yixing. No es por ser pedante, pero algo dentro de mí me decía que aquello no iba a afectar verdaderamente nuestra amistad. Lo realmente difícil fue enfrentar a Yifan cuándo se enteró de nuestro enfrentamiento. No pregunten cómo Yifan se enteró porque no lo sé. Ya habíamos salido del hogar de ancianos e íbamos rumbo a casa cuando él me escribió preguntando sí había sucedido algo del que tuviese que enterarse.

¿Se imaginan cómo quedé cierto?

[Sí, señor, ocurrió algo]

[Wu fan: Te escucho]

[Yixing se enteró de lo nuestro y le conté todo lo que ha pasado]

Llamada entrante

Wu Fan

[Contestar] [Ignorar]

[✔]

–¿Cómo que se enteró?

–Se enteró, así de simple. ¿Qué parte no comprende?

–ZiTao.

–Sabe, no estoy de humor. Adiós.

–Espera... Tenemos que hablar.

–Ajá

–ZiTao, por Dios... Ahorita tengo que algo que hacer

–¿Cogerse a Yixing para ponerlo feliz?

–¡Tao!

–Yo sólo decía.

–Tengo algo importante que hacer, te paso a buscar a tu casa a la 1:30

–Vale, cómo quiera.

[Llamada finalizada]

Bufé, en verdad no quería tener que hablar con Yifan, era más que obvio que iba a ponerse como cavernícola y a gritar mucho o algo así. Nunca había tratado con él molesto, pero era una posibilidad.

Cuando llegué a mi casa eran casi la una de la tarde, sólo tuve tiempo de cambiar mi ropa por algo más cómodo, enjuagar mi sudoroso rostro y cepillar mis dientes antes de escuchar la bocina del auto del profesor sonar fuera de casa. No dije para donde iba, pero estoy seguro que mis familiares dentro de casa supieron que era el auto del profesor Wu.

–Buenas –Dije con voz calma.

–¿Cómo estás?

–Supongo que bien... –Me encogí de hombros. Ya no estaba molesto o algo similar, realmente ahora estaba un poco nervioso.

–Bien, ahora dime que fue lo que pasó.

Suspiré. Debía empezar a hablar.