C A P Í T U L O 24

160 17 2
                                    

Aquella mañana fue parcialmente tranquila. No hubo un puto molestando mi estado de alegría, más sí un Luhan demasiado preguntón para mi gusto.

–Luhan, ya te he dicho que no, joder.

–¿Entonces porque es cara de alegría infinita? Tú sólo eres feliz cuando tienes mucho sexo –Aseguró por quinta vez esa mañana. Malnacido, que bien me conoce.

–Luhan, no tuve sexo con nadie.

–¿Ni siquiera con Kibum? ¿Estás seguro?

–¡Luhan! ¿Quieres parar? –Espeté agotado, mas no molesto.

Luhan río bajito, maldito, lo único que quería era sacarme de quicio. Suspire agotado, debo escoger mejor mis amistades.

Por lo menos una menos locas.





[Acabo de salir de clases ¿vendrá por mi?]

[Wu Fan: Por supuesto]

[Wu Fan: Espérame en la entrada de la universidad]

[Wu Fan: Estaré ahí en 5 min]



Aquellos cinco minutos se transformaron en 25 y yo echaba chispas. Odio esperar.

–Que suerte la mía que solo serían cinco minutos. –Balbucee molesto.

–Lo siento, Siwon estaba en casa y no me dejaba en paz.

–Ajá, como diga.

El muy infeliz sonrió de lado. Estaba disfrutando de mi molestia.

El señor Wu condujo hacia uno de los centros comerciales más grandes del área, en un lugar tan enorme no habrían grandes riesgos de que alguien reconociera el auto del profesor y que yo iba junto a él a comprar anticonceptivos de emergencia. Sin embargo, aparentemente, ambos estábamos pasando por una mala racha ya que justo detrás del auto de mi hombre venía la camioneta negra, lujosa e imponente del rector de la universidad.

El jefe de Yifan.

–¡Mierda! ¿Es el auto de Sooman?

–Sí, lo es. –Dije con un gesto despreocupado. –Que buena suerte la nuestra.

–Voy a aparcar en el subterráneo. Vas a ir a comprar la pastilla rápido ¿De Acuerdo? Yo me quedo aquí.

¿Todo un plan bien estructurado, cierto? Pues no estructuramos el factor dinero. Yifan no tenía suficiente efectivo en la cartera "por motivos de seguridad". Quizás algún día les cuente esa historia, aunque mejor no porque es triste. La cuestión es que al final Yifan tuvo que salir del auto e ir al cajero automático por dinero. Salimos a la misma vez del auto, sin embargo yo tomé las escaleras eléctricas y Yifan el ascensor. Luego, muy disimuladamente yo me acerque al cajero contiguo y el me pasó los billetes que necesitaba.

Parecíamos un par de narcotraficantes en plena transacción, fue muy raro.

Él regresó al auto y yo fui a la farmacia. ¿Ya mencioné la mala racha, cierto? Pues aquí apareció de nuevo porque yo pedí la pastilla con toda la vergüenza del mundo pero fue aceptable, mas nunca imaginé que en la caja estaría el rector Lee Sooman.

–Señor Huang, un placer verlo –Saludó con una sonrisa genuina. El tipo es un hombre maravilloso. Yo sudaba frío.

–Igualmente señor Lee ¿Qué hace por aquí, está enfermo? –Pregunté con cortesía, deseaba que se fuera y no viera lo que estaba a punto de pagar, pero no podía ser descortés.

–¡Oh no, no es para mí! Gracias por preguntar. Debo retirarme, que estés bien Zitao.

Suspiré aliviado. –¿Joven, la post day es suya?

Volví a tensarme, Sooman no estaba tan lejos y temía que escuchara. No es como si pudiese regañarme o algo, pero que vergüenza.

–Sí, joven, es mía.

Lo demás son nimiedades. Quejarme de haber pasado la vergüenza más grande de mi vida y mi señor burlándose de mí. Yifan diciéndome que tenía ganas y yo aceptando que fuese a buscarme nuevamente, cuando mis clases de la tarde finalizaran.

[Wu Fan: Estoy ansioso por tenerte en mi cama de nuevo]

✓✓2:57 p.m.

Mi Señor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora